Salud

La familia de Ezequiel pide un centro para su hijo

Mari Carmen y su pareja solicitan a la Junta una solución para su hijo Ezequiel, un joven con parálisis cerebral por un error médico al nacer, que sufre ataques violentos que le obligan a ser sedado. La familia ha tenido que rechazar dos destinos en Andalucía, uno por falta de sanitarios durante parte de la jornada y otro por riesgo físico para sus compañeros de piso. El delegado de Salud responde que se reunirá con ellos.

Ezequiel, en una foto familiar con Ricardo y Mari Carmen.

Ezequiel, en una foto familiar con Ricardo y Mari Carmen. / Archivo familiar

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El pasado 21 de julio La Opinión daba a conocer el caso de Ezequiel, un malagueño de Huelin de 31 años, con un 99 por ciento de discapacidad a causa de un fallo médico durante su parto que le provocó parálisis cerebral, contaba Mari Carmen Rodríguez, su madre, que además es enfermera en el Clínico desde hace 33 años.

El problema se agravó cuando el joven cumplió 18 años porque comenzó a sufrir ataques violentos que le desataban una enorme agresividad. En total, y debido a estos ataques, desde 2011 «ha tenido 21 ingresos hospitalarios», contaba la madre.

Los accesos, por cierto, le empujaron en una ocasión a destrozar el salón de su casa y no pudo ser inmovilizado hasta que no intervinieron seis policías nacionales. En otro de esos arrebatos se tiró de un coche en marcha.

Con estas arremetidas incontroladas e inesperadas, la vida de Mari Carmen y su pareja se volvió muy difícil. Por este motivo, como ya explicó esta enfermera, solicitaron a la Junta un centro para su hijo. El primero de los que le ofreció se encontraba en Guadix pero lo que les obligó a descartarlo no fue la distancia sino el hecho de que a partir de las 2 de la tarde el centro ya no tuviera personal sanitario.

«A partir de esa hora no hay quien le ponga una medicación, cuando normalmente Ezequiel suele estar 24 ó 48 horas en ese estado de agitación y requiere servicios sanitarios las 24 horas, aparte de que en los primeros días habría que llevarlo sedado, mientras se adecua al sitio, al estar con personal extraño, y no puede estar en manos de auxiliares, es una cuestión de personal sanitario», detalla su madre esta semana, al tiempo que subraya que ese fue el motivo de no poder aceptar Guadix. «Los auxiliares no administran medicación, tampoco sedantes, que es cogerle la vía y meterle medicación intravenosa», precisa.

El joven, con su madre.

El joven, con su madre. / Archivo familiar

Pero lo que ya descolocó a esta familia de Huelin fue la siguiente opción que le ofreció la Junta: un piso tutelado. «Es una locura, creo que nadie se ha hecho una composición de lugar de la magnitud del problema que tenemos», confiesa Mari Carmen. Como ya explicó en julio pasado, el hecho de que su hijo compartiera piso con otras personas pondría a estas en riesgo físico en caso de que le diera un ataque. Por este motivo, la familia no tuvo más remedio que descartarlo.

Sin ayuda

Pero como detalla Mari Carmen Rodríguez, el haber desestimado el ofrecimiento de la Junta les ha llevado a perder la ayuda que le concedía la Ley de Dependencia, que recibían desde hacía cerca de una década.

Ahora, deberán ponerse en la cola para volver a solicitar la prestación y en cuanto a volver a pedir un centro para el joven, «nos han dicho que estamos en el punto cero».

A este respecto, Mari Carmen cuenta esta semana que las dos opciones que verían más plausibles sería conseguir una de las plazas concertadas por la Junta de Andalucía en el Centro Asistencial San Juan de Dios o en las Hermanas Hospitalarias de Capuchinos.

«La trabajadora social nos informó de que conseguir una plaza puede tardar cinco años y con lista de espera», lamenta esta enfermera, que explica que tanto ella como su pareja «nos estamos metiendo ya en una edad complicada; él se tiene que operar de hernia y yo también estoy pendiente de un problema de cervicales».

Dado el comportamiento de Ezequiel, han intentado que vaya a un centro de día, «pero cada intento ha supuesto un ingreso hospitalario» y también han comprobado que es «inviable» contratar a una persona para que lo cuide.

Por este motivo, tanto ella como Ricardo, su marido, deben hacerse cargo del joven en su casa de Huelin.

El matrimonio ve cómo única salida el que el hijo pueda acceder a alguna de esas plazas concertadas en estos dos veteranos centros de Málaga, especialistas en salud mental.

«Si quisieran hacer las cosas bien siempre tienen la posibilidad de hacer un traslado para personas que no son de Málaga y que surja una plaza; se podría trasladar a un usuario a otro centro si estuviera estabilizado», apunta Mari Carmen Rodríguez, que no concibe que, con el problema tan serio que tienen en casa, ahora tengan que esperar un mínimo de cinco años para poder optar a una plaza en San Juan de Dios o en las Hermanas Hospitalarias, a la vez que subraya que no se trata de ningún capricho para tener al joven en Málaga sino una imperiosa necesidad.

Respuesta de la Junta

El delegado de Salud de la Junta de Andalucía, Carlos Bautista, mostró su disposición a ponerse en contacto y reunirse con los padres de Ezequiel «y vamos a haber lo que podemos hacer», declaró a este periódico el pasado lunes, Día Mundial de la Salud Mental.

«Ahí hay cosas que puedo tratar de solucionar a través de la Delegación de Salud pero hay otras que son de Dependencia y tendríamos que sentarnos con la delegada para ver cómo podemos solventar este problema», señaló.