«La fotovoltaica es la solución a los altos precios de la energía»

«La situación de Andalucía es preocupante. Los puntos de acceso a las redes están bloqueados por proyectos con fuerte impacto medioambiental, lo que dificulta el acceso ciudadano»

Miguel Carra, delegado de Anpier en Andalucía.

Miguel Carra, delegado de Anpier en Andalucía. / La Opinión

La Opinión

El próximo 19 de octubre Anpier organiza ‘Camino del Sol’, una jornada en Málaga en el que la que se analizará el presente y futuro de la energía fotovoltaica en Andalucía. Hablamos con el delegado en Andalucía de la Asociación de productores de este tipo de energía.

Para los que no conozcan Anpier ¿a qué se dedica, desde cuándo funciona, número de miembros, etc.?

Anpier es una asociación de ámbito nacional y sin ánimo de lucro, creada en el año 2010 para representar y defender los intereses de los pequeños y medianos productores de energía solar fotovoltaica, velando por el restablecimiento de sus derechos y por la seguridad jurídica y la estabilidad regulatoria en el sector. Anpier cuenta actualmente con más de cinco mil socios.

¿A cuántos productores de energía fotovoltaica ayudan y de qué modo lo hacen?

Actualmente además de luchar por el restablecimiento de los derechos de los pioneros fotovoltaicos con una intensa acción política, y continuos contactos con todos los partidos políticos y grupos parlamentarios, ayudamos a nuestros socios en el día a día de sus instalaciones ofreciendo asistencia técnica, fiscal y jurídica, contestando todo tipo de consultas y remitiendo continuas circulares informativas, a través de un equipo especializado en el sector eléctrico y en particular, en la energía fotovoltaica.

¿Podemos considerar en la actualidad a Málaga como zona prioritaria de inversión inmobiliaria?

Por supuesto, sin duda. Málaga se ha consolidado como polo tecnológico y de actividad. El año pasado se instalaron 27 firmas extranjeras aquí, que se espera generen casi 3.000 puestos de trabajo, y este año sigue esa expansión con la llegada de nuevas sedes de compañías que se fijan en Málaga para ampliar su negocio o instalarse en España.

Llega a Málaga el evento ‘Camino del Sol’. ¿Qué pretenden transmitir? ¿Qué radiografía hace de la situación de la energía fotovoltaica en nuestra provincia y en Andalucía más en general?

En realidad, el Camino del Sol es un análisis del sector y una reivindicación de la generación social y distribuida, representada por el autoconsumo, las comunidades energéticas y los pequeños parques de generación de hasta 5 MW, que tienen un menor impacto medioambiental, paisajístico y sobre el territorio, además de no necesitar grandes infraestructuras para su transporte, ni soportar las pérdidas de energía que dicho transporte ocasiona.

La situación en Andalucía es preocupante, ya que los puntos de acceso y conexión a las redes se encuentran bloqueados en parte, debido a grandes proyectos, con fuertes impactos medioambientales y en el territorio, que no es seguro que lleguen a desarrollarse, lo que dificulta el acceso de los ciudadanos a estos proyectos.

Un ejemplo es la zona norte de Granada y la provincia de Almería, que carecen de capacidad, incluida, paradójicamente, la subestación de La Ribina, que, aun estando prevista en los planes nacionales de inversión en infraestructuras de esta tipología, todavía no se encuentra construida, y cuya capacidad, sin embargo, conforme ha trascendido recientemente, ya se encuentra reservada a varios megaproyectos de una gran compañía eléctrica.

Dado que dicha situación impide el acceso de particulares y pequeñas y medianas empresas andaluzas a estos pequeños proyectos, una vez más pedimos a las autoridades competentes que se reserve un porcentaje de potencia, tanto en los nudos de Red Eléctrica como en las subestaciones de distribución para los mismos.

¿Estamos en plena crisis energética (energías tradicionales). ¿Cómo le afecta, si es que le está afectando, esta crisis a la modalidad fotovoltaica?

La energía fotovoltaica es la solución a los altos precios de la energía y a la dependencia del gas, pues es una fuente de energía limpia, barata y autóctona, y por ello está aumentando considerablemente, pero en nuestra opinión no en la línea correcta, la solución a esta crisis no se trata solo de cambiar las fuentes de generación, resulta también necesario una penetración renovable racional y sostenible, respetando el medio ambiente, el territorio y el paisaje, en definitiva a través de la generación distribuida, poniendo en el centro al ciudadano y en el que todos puedan participar, lo que además contribuye a un sistema energético más democratizado y descentralizado.

¿Cómo se puede acercar la energía fotovoltaica al grueso de la ciudadanía?

Pues resulta esencial un esfuerzo de las administraciones, para difundir de forma generalizada el mensaje de que es posible el desarrollo de las energías renovables sin poner en riesgo ni el territorio, ni el patrimonio rural, el paisajístico, ni la biodiversidad.

Hasta ahora esa labor la han realizado plataformas ciudadanas y asociaciones sectoriales como Anpier, pero se necesita la implicación de las administraciones en estas tareas de difusión.

La legislación respecto a la energía fotovoltaica se ha mostrado muy cambiante en la última década y esto ha incidido negativamente en los productores de esa energía, ¿no es así?

Efectivamente, en concreto las familias pioneras que representa Anpier y que acudieron a la llamada del estado, han sufrido recortes en los ingresos que se les aseguraron de entre un 35 y un 50%, habiendo sufrido una difícil situación económica y financiera, que a día de hoy sigue sin compensarse.

Pero además los diferentes recortes retroactivos sufridos supusieron una elevada inseguridad jurídica, lo que generó una gran desconfianza e incertidumbre, y la paralización de muchos proyectos, lo que ahora, en esta situación de crisis, estamos pagando todos.

¿Por qué es tan importante que pymes y pequeñas «familias» fotovoltaicas lideren la transición energética frente a los grandes tenedores?

Pues como vengo diciendo, el principal motivo es que la generación distribuida tiene menores impactos en el medio ambiente, el territorio y el paisaje, y contribuye a una penetración renovable racional y sostenible, de acuerdo con nuestras necesidades reales, y evitando un sobredimensionamiento de nuestras fuentes de producción y de nuestro sistema eléctrico.

Pero además la democratización del sistema eléctrico supondría importantes beneficios socioeconómicos locales, ya que los ingresos se quedan en nuestras familias, se genera empleo sostenible y se contribuye a fijar población en zonas rurales.

¿Qué panorama a corto y medio plazo les espera a los productores de energía fotovoltaica?

Respecto de las familias pioneras pensamos que es posible adoptar medidas que sin apenas coste para el sistema eléctrico y diferidas en el tiempo, las compensen mínimamente y sobre todo de reconocimiento de la importante labor de desarrollo que llevaron a cabo, y que ahora nos permite disponer de una tecnología desarrollada para responder a la actual crisis energética.

Y en cuanto al sector en general, somos optimistas y confiamos en que finalmente se logrará cambiar el actual modelo energético y avanzaremos hacía una mayor accesibilidad de la ciudadanía, si bien para que ese cambio se haga correctamente es necesario que las administraciones tomen conciencia de esta necesidad y que se adopten medidas para fomentar la generación social y distribuida.