Día Mundial de la Salud Mental

La atención por salud mental sube más de un 40% en Málaga desde el inicio de la pandemia

Los expertos subrayan que las crisis en menores de edad se han disparado y que vienen condicionadas por el propio proceso evolutivo que se experimenta en la adolescencia - Inciden en el aislamiento externo que ha generado las medidas de aislamiento social frente al Covid-19

Los especialistas consultados subrayan las dificultades que entraña para los más jóvenes la incidencia del Covid-19.

Los especialistas consultados subrayan las dificultades que entraña para los más jóvenes la incidencia del Covid-19. / EP

Fran Extremera

Fran Extremera

La atención primaria por salud mental ha aumentado más de un 40% en Málaga desde finales de 2020. En concreto, las atenciones en este ámbito subieron un 25% el pasado año y en lo que va de 2022 han vuelto a aumentar un 17% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

Son datos muy significativos y que no están relacionados exclusivamente con las medidas sanitarias frente al Covid-19. En el Día Mundial de la Salud Mental, los grandes centros hospitalarios de la capital han arrojado estas cifras a través de los responsables de las unidades de Salud Mental, donde se ha certificado que la mitad de los trastornos comienzan a la edad de 14 años.

Los numerosos cambios sociales que entrañó el confinamiento, el cierre de aulas o de espacios donde los más jóvenes compartían juegos y desarrollaban habilidades sociales, así como otros aspectos aún en fase de estudio, han condicionado un aumento de las crisis. Pero la subida en las atenciones por parte de los especialistas se han disparado en todas las franjas de edad.

Según apunta el jefe de servicio de Salud Mental en el Hospital Regional, Antonio Bordallo, este año la celebración del Día Mundial de la Salud Mental ha incidido en una problemática que afecta a uno de cada siete adolescentes, con depresiones «graves o moderadamente graves». El aislamiento social que no sólo viene derivado del uso o abuso de las redes sociales ha disparado durante los dos últimos años las crisis.

«Pero tenemos que tener en cuenta que los adolescentes se encuentran en pleno proceso evolutivo, por lo que no tenemos de entrada que enfrentarnos a una patología infantil. Hay crisis que no tenemos de antemano que asociarlas con una enfermedad mental», argumenta esta voz autorizada en el análisis de la salud mental en el conjunto de la provincia de Málaga.

Un aspecto que también se remarca con los datos oficiales en la mano es el relacionado con las autolesiones que se detectan entre los jóvenes y que también se han disparado de manera exponencial conforme pasaban los meses y la pandemia condicionaba las relaciones sociales entre esos menores.

Bordallo aclara que las nuevas generaciones tienen un mayor acceso a la información, con una mejor preparación en cuanto a las habilidades digitales, que paradójicamente no implica que haya un mejor conocimiento sobre cómo afrontar una patología o crisis en el ámbito de la salud mental. Para este experto serían necesarias muchas más fechas en las que poner el foco en la salud mental, no sólo con motivo del día mundial.

Otro asunto que preocupa en la conmemoración de esta jornada internacional va relacionada con la atención que en el propio ámbito familiar se dispensa a los más jóvenes, en relación a la salud mental. El jefe de servicio de la unidad en el Hospital Clínico Virgen de la Victoria, Javier Romero, aboga por incrementar la divulgación sobre los distintos cuadros que pueden mostrar los adolescentes, al objeto de afrontar sus posibles crisis sin un excesivo alarmismo.

En España, entre los más jóvenes, la ideación suicida afecta a algo más del 10% de ellos. Y los trastornos mentales suelen desarrollarse en un 75% cuando alcanzan los 24 años. El drama parte de que la mayoría de esos trastornos no son diagnosticados, de forma que no reciben tratamiento alguno, como inciden los responsables de Salud Mental de estos dos hospitales de referencia para la provincia, Regional y Clínico.

Pero de qué manera, sin distinguir por edades la realidad de la salud mental en la provincia, ha modificado conductas la pandemia. Un informe de la Organización Mundial de la Salud arrojaba a principios de este año, justo 24 meses después de que llegase la enfermedad del Covid-19 a España, algo de luz con análisis elaborados sobre un extenso abanico de casos reales.

Así se subraya que aquellos pacientes o personas en general que antes del coronavirus «ya experimentaban problemas de salud mental no han tenido mayor riesgo de contagio, pero si se contagiaron, han tenido mayor gravedad de la enfermedad, mayor número de hospitalizaciones, y mayor mortalidad en comparación con las personas sin problemas de salud mental».

Con estos informes que debieran ser discriminados por provincias o comunidades autónomas, no resulta nada extraño que los doctores apunten a un incremento del 40% en la atención primaria por enfermedad mental. La pérdida de miles de vidas humanas ha contribuido a que la sociedad en su conjunto requiera de nuevas estrategias orientadas hacia unos mejores hábitos en salud mental.

Para responsables nacionales como el director ejecutivo de Unicef España, José María Vera, es urgente exigir «actuaciones dirigidas por la administración para mejorar la salud mental», especialmente entre las personas de menor edad. «No tenemos unas cifras frías sobre salud mental, ante sí hay niños y adolescentes que merecen ser escuchados. Pero para mejorar su bienestar emocional y acabar con el tabú y el estigma social, es necesario invertir más en esta franja de la población».