Solidaridad

Un empresario costeará el traslado de Oliver a España en un avión medicalizado

Este niño malagueño, que padece un tumor cerebral, necesita volar de México a Barcelona para ser operado

Avión medicalizado.

Avión medicalizado. / L. O.

La Opinión

Un empresario español se ha comprometido a pagar los más de 196.000 euros que cuesta trasladar en un avión medicalizado a Oliver, el niño malagueño de dos años y medio que vive en México junto a sus padres y padece un tumor cerebral, hasta Barcelona, donde le espera un equipo de médicos para operarle.

El tío del pequeño, David Romero, ha explicado que un empresario que reside fuera de España ha tenido conocimiento del caso de Oliver a través de lo medios de comunicación y se ha puesto en contacto con la familia para intentar ayudarla.

El hombre, que prefiere permanecer en el anonimato, se ha ofrecido a costear los 196.400 euros que vale fletar un avión medicalizado de Cancún a Barcelona, la vía más rápida y segura para que Oliver pueda volar a España para ser atendido por neurocirujanos del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Como explica Romero, estos aviones son como ambulancias aéreas y están diseñados y equipados con todos los instrumentos de una unidad de cuidados intensivos de cualquier hospital, para garantizar la máxima seguridad de los pacientes, especialmente con enfermedades severas.

«Estamos acabando de cerrar la fecha para que Oliver pueda venir a España, pero será cuanto antes», afirma David Romero, que agradece las muestras de apoyo recibidas, en especial la de este empresario, cuya generosidad, subraya, podría salvar la vida del menor. Recuerda, no obstante, que no ha sido el único que ha ayudado a la familia, que en los últimos días ha recibido numerosas donaciones de particulares, teatros, hermandades, pueblos o asociaciones.

Diagnóstico

Al pequeño le diagnosticaron hace unos días un tumor cerebral que los médicos mexicanos se niegan a operar por falta de medios, por lo que la familia trata a contrarreloj de volar a España para que reciba la atención médica que necesita.

Los padres de Oliver, que desde hace un año viven en Playa del Carmen, en la Península de Yucatán, llevaron al niño al hospital el pasado 13 de octubre al notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito.

Allí le realizaron varias pruebas diagnósticas que concluyeron que Oliver tenía un tumor cerebral en la fosa posterior e hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto que dejó de comer, hablar y caminar.