Crónicas de la ciudad

El acento andaluz asoma ya por las radios nacionales

La aparición de cada vez más locutores andaluces en las cadenas nacionales de radio que no disfrazan su acento es un esperanzador signo de normalidad

Acto conmemorativo del Día de Andalucía, este año.

Acto conmemorativo del Día de Andalucía, este año. / E.P.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Ayer, el autor de estas líneas escuchó tres emisoras de radio nacionales y en las tres intervinieron sendos periodistas andaluces a los que ningún especialista en fonética, como el profesor Higgins de 'My fair lady’, les había encarrilado por la senda del español supuestamente más correcto de Valladolid o los Madriles.

Es más, estos locutores exhibieron la característica más conocida de los diferentes acentos que hay en Andalucía, la aspiración de la ese, y aunque no se lo crean se les entendía a la perfección.

En esta sección, a lo largo de más de 20 años, el firmante se ha lamentado más que Jeremías cada vez que algún político cojo en cultura general se mofaba del acento andaluz de algún rival o incluso compañero de partido.

Ahí está el caso del president catalán Artur Mas: «En Sevilla, Málaga o La Coruña hablan en castellano (...) pero a veces no se les entiende». Como si todos los paisanos de Mas nacieran con el don divino de la claridad meridiana. O el caso del concejal socialista madrileño Ramón Silva, que pretendió imitar el acento de su correligionaria Susana Díaz, en plenas primarias, y qué decir del popular Juan Soler, cuando señaló que la forma de hablar de Trinidad Jiménez era «más apta para Dos Hermanas o Vélez-Málaga», de ahí que no la viera adecuada para presidir la Comunidad de Madrid.

Que uno sepa, ninguna revuelta política o social se ha producido en Sevilla cuando fue elegido y luego reelegido hermano mayor de la Macarena José Antonio Fernández Cabrero, natural de un pueblo de Cantabria y que estos días podemos escuchar hablando con el bonito acento de su tierra natal, con motivo del traslado de los restos de Queipo de Llano.

El que las cadenas de radio normalicen la forma de hablar de la comunidad autónoma más numerosa de España y la tierra que puso las bases del español que se habla en América es una fantástica noticia. Ayuda mucho también el que los principales responsables autonómicos como Juanma Moreno o Elías Bendodo hablen en todos los foros sin bajarse de su acento, como hace la gran mayoría de políticos de otras regiones.

Quizás esto permita que las futuras generaciones de locutores malagueños no tengan que adoptar, como el ventrílocuo José Luis Moreno, una forma de hablar que no es la suya, algo que en 2022 nos suena a muchos ñoño, engolado e impostado.

No hay aquí asomo de nacionalismo paleto, tan sólo la reivindicación de que la variedad andaluza del español, una más de las que hay en el mundo, ni mejor pero tampoco peor que el resto, deje de ser caricaturizada e infravalorada y con ello sus hablantes.

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