Entrevista | Ezequiel Navarro CEO de Premo, Premio Empresa 2022 de La Opinión de Málaga

«Nuestro reto es multiplicar por cuatro el tamaño de la compañía en dos años»

Ezequiel Navarro lidera los designios de Premo, una empresa cien por cien malagueña que triunfa en todo el mundo en el diseño y fabricación de algunos de los componentes electrónicos para automoción - Para Navarro, la innovación en Premo «es algo local» que se exporta y triunfa en muchos lugares del mundo.

Ezequiel Navarro, CEO de Premo, recogió el Premio Empresa 2022 de La Opinión de Málaga.

Ezequiel Navarro, CEO de Premo, recogió el Premio Empresa 2022 de La Opinión de Málaga. / JULIÁN NIETO

¿Qué supone para Premo recibir el Premio que le otorga La Opinión de Málaga?

Estamos muy contentos porque siempre es difícil ser profeta en tu tierra. Nuestro impacto es difícil de ver de cara al ciudadano malagueño. Nuestros componentes van a muchos países del mundo y no se ven, como por ejemplo un mango o un aguacate que la gente sabe que se cultivan en nuestra tierra. Es más difícil conocer que hay una empresa de Málaga que fabrica algunos de los elementos que tenemos todos en nuestros coches.

¿Cómo definiría la innovación en nuestro país? ¿Somos un país que apuesta por ella, según su criterio? ¿Y en Premo? ¿Cuál es la filosofía de su empresa si hablamos de innovación?

España es un país que no innova lo que debería innovar. Estamos en el puesto 40 del mundo y deberíamos estar entre los diez primeros. Nos falta mucho todavía para llegar a la altura en la que deberíamos estar. Esta es una asignatura pendiente que necesitamos cerrar. Para nosotros, la innovación pasa por la investigación más la ciencia, aspectos estos que se hacen para mejorar la vida de la gente del planeta. La innovación en Premo es algo que ocurre a nivel local, es para los territorios, y las empresas que innovan capturan más oportunidades de negocio, se internacionalizan, compiten más, ofrecen más servicios, etc. Para nosotros es muy importante la educación. Hay que ser capaces de entender que no hay nadie mejor que nosotros y que somos capaces de innovar como el que más y que se puede competir a través de la innovación y esto es algo que hacemos en Premo desde hace muchos años, donde, por ejemplo, registramos patentes mundiales cada cinco o seis semanas.

¿Qué hacen actualmente en Premo? ¿Desde dónde y para quién trabajan? ¿Cuáles son los mercados preferentes para su empresa?

Nos dedicamos al diseño y fabricación de componentes electrónicos que incluimos, entre otros sitios, en los vehículos eléctricos (sistemas de acceso al mismo, la apertura remota del coche, el sensor de presión de los neumáticos, la captura de movimientos en metaverso, etc). La innovación asociada a todos estos elementos, la desarrollamos en Málaga, el desarrollo lo hacemos en varios centros que tenemos en España, Francia, Alemania, USA, India, etc. Los productos los fabricamos en cinco fábricas que tenemos, dos en China, dos en Vietnam, una en Tánger y muy pronto incorporaremos una sexta en el entorno de USA-México. Estamos creciendo un 30% cada año: el año pasado facturamos 54 millones de euros, en este 2022 llegaremos hasta los 74 aproximadamente y para 2023 las previsiones nos dicen que llegaremos a los cien millones. Nuestra actividad tiene el foco puesto en reducir el impacto medioambiental a través de políticas sostenibles (reducción de consumo energético, economía circular, etc).

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta Premo?

En cuestiones medioambientales tenemos el objetivo de las cero emisiones en 2030. Estamos muy bien enfocados en producir nuestra propia energía y que la energía que empleamos en la fabricación de nuestros componentes sea 100% verde. Queremos que nuestra materia prima solo venga de los vertederos, de la chatarra, que sean todos materiales reutilizados con impacto positivo. Económicamente, el reto más importante de Premo es multiplicar por cuatro el tamaño de nuestra compañía en dos años, incorporar todo el talento posible para formarlo y gestionar así todo el crecimiento conjunto de la empresa.

Cuando digo que el 70% de los coches eléctricos del mundo llevan sus componentes. ¿Qué se le viene a la cabeza?

Pues que es lo que estamos haciendo. Trabajamos desde hace 14 años en los componentes para los coches eléctricos y ahora estamos recogiendo lo sembrado durante tantos años. Premo está inmerso en todos los proyectos más importantes que hay en el mundo en automoción, que algunos saldrán bien y otros no, eso forma parte del juego. Ahí está la tecnología malagueña para que los coches sean mejores, más eficientes y tengan más rango.

¿Les está afectando la famosa crisis de los microchips?

No mucho, la verdad. Somos proveedores de componentes, la demanda crece y eso nos da más oportunidades. Sin la crisis de los microchips se hubieran construido 11 millones de vehículos más en 2021, pero no nos afecta en demasía. Premo tiene sus proveedores en países que no están sufriendo esta crisis como Corea del Sur, China y Taiwán.

¿Cómo ha sido el proceso para que una empresa como Premo sea líder mundial en componentes electrónicos para automoción?

Premo es líder en los componentes que fabricamos, con un 70% de cuota en algunos de ellos. Componentes de un coche hay muchos y todavía nos queda mucho para ser líderes en todos los componentes. En los que sí somos líderes es en innovación y tecnología. Hemos invertido mucho, hemos creado talento y tenemos el mejor equipo, eso seguro, con gente que lleva aquí desde becario (directivos de 40 años que llevan ya 20 años de trabajo), el equipo es lo más importante.

Usted dice que el sector de la automoción tiene que variar su mentalidad de mecánico a digital. Explíquenos esto.

Las empresas fabricantes de coches de toda la vida han sido dirigidas por ingenieros mecánicos, expertos en motores. El motor de combustión ahora está muerto. Hace 15 años resurgió el motor de hidrógeno y hoy hay que pensar que el coche se parece más a un teléfono móvil con ruedas que a un vehículo con un motor de combustión. El valor del coche en el Siglo XXI pasa por la inteligencia artificial, la conectividad, el vehículo autónomo, etc. y entonces las empresas como Tesla, que no tienen ese lastre mecánico que tienen los fabricantes tradicionales, son las que se están llevando el gato al agua porque muy pronto, si no ya, el coche lo vamos a utilizar para muchas más cosas que para conducirlo, de hecho no lo vamos a conducir, nos va a conducir él a nosotros.