Homenaje a Martín Heredia en un panteón recuperado

Tras salvar seis años de trámites burocráticos los descendientes de Martín Heredia Escolar (1802-1867) y Josefa Livermore Salas (1805-1868) vieron ayer cumplido su sueño de contemplar el panteón familiar en San Miguel por fin recuperado, así que para recordar a sus seres queridos, tras esta obra en común celebraron una misa en su pequeña pero preciosa capilla.

«Estoy muy contenta de cómo ha quedado», confiesa Isabel Krauel Heredia, que explica que cerca de una quincena de primos ha cubierto los gastos para restaurar la capilla este año, mientras que un solo familiar ha querido costear las obras de la cripta que hay bajo ella y a la que se accede por unas escaleras en la parte trasera, por lo que para muchos de los asistentes fue una sorpresa verla también restaurada.

El panteón, de aires neoclásicos y elementos de hierro de la Ferrería de Heredia, se encuentra junto a la capilla del Cementerio Histórico de San Miguel y casi rozando el panteón de Manuel Agustín Heredia, hermano mayor de Martín Heredia Escolar, con quien compartía el mismo padre.

Como explica Isabel Krauel, para la misa la Agrupación de Cofradías había cedido unos candelabros y el paño del altar. Este, el altar, se encontraba originalmente en una de las casas de la familia, explica.

A su lado se encuentra Jaime Conejo Heredia, tataranieto de Martín Heredia, que señala que la recuperación del panteón es una forma de «realzar» el Cementerio Histórico de San Miguel.

Alrededor de 45.000 euros han puesto en común los familiares para poder recuperar este trozo de Historia de Málaga, explica Jorge Serra, director del Cementerio Histórico de San Miguel. Junto a él, Federico Souviron, director gerente de Parcemasa, confiesa su «alegría» por esta acción conjunta de la familia Heredia por recuperar una obra «que además de su patrimonio es patrimonio de la ciudad».

El riojano Martín Heredia Escolar, 16 años menor que Manuel Agustín Heredia, fue el principal colaborador del empresario y tras su muerte llevó las riendas de los negocios hasta que los hijos de su hermano pudieron hacerse cargo.

Además, creó la sociedad Martín Heredia e Hijos con la que levantó la primera azucarera de Málaga, en la playa de La Malagueta, que abrió en 1860 y cerró sus puertas en 1906. Dos años más tarde, en una parte de los terrenos fabriles se construyó el Palacio de la Tinta. La azucarera de Martín Heredia aparece inmortalizada en la alegoría del techo del Teatro Cervantes.

Restauración de la cripta familiar de Martín Heredia en el Cementerio de San Miguel

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