Crónicas de la ciudad

De las torres de Martiricos y el destrozo paisajístico

El paisaje de Málaga se ha empobrecido con estas mediocres construcciones. El problema no son los rascacielos sino el sitio elegido para levantar algunos de ellos

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Paradójicamente, la construcción en la primera mitad de los 70 de la Torre Montparnasse en París, de 209 metros de altura, fue una llamada de atención para dejar de importar sin más el urbanismo de Estados Unidos.

No fue casualidad que muy pocos años después los franceses pusieran en marcha el Conservatorio del Litoral, para que el Estado recuperara parajes costeros destrozados por la especulación ni que los rascacielos futuros de París se levantaran a muchos kilómetros de la Torre Eiffel, a la que nunca más había que hacer sombra.

Hoy la Torre Montparnasse es un espléndido mirador para quien sube a ella pero un enorme destrozo paisajístico para el resto de mortales que contempla París al pie de la calle.

La Torre Montparnasse de París.

La Torre Montparnasse de París. / Wikipedia

Una sensación parecida transmite el rascacielos de Iberdrola que monta guardia junto al Museo Guggenheim. Bilbao estaría mucho mejor con este edificio en otro sitio porque ha empobrecido justamente el paisaje de su renovada ría.

El Museo Guggenheim de Bilbao y el rascacielos de Iberdrola.

El Museo Guggenheim de Bilbao y el rascacielos de Iberdrola. / Wikipedia

No quiere esto decir que los rascacielos y otros edificios altos no tengan cabida en las ciudades españolas. Sin ir más lejos, en nuestra ciudad, las Málaga Towers en La Térmica y los últimos edificios altos que se levantan en Teatinos no parecen desentonar donde se construyen y además las primeras parecen de muy buena calidad.

El problema, claro, no son los rascacielos ni los bloques altos sino dónde se levantan, pero si encima el resultado es mediocre, los malagueños tendremos un doble problema que heredarán las siguientes generaciones.

Lo podemos comprobar en las dos torres de Martiricos, emplazadas de tal manera que colapsan la tradicional vista de los Montes de Málaga y el río Guadalmedina y en realidad, al estar tan estratégicamente situadas pregonan su diseño de medio pelo a muchos kilómetros a la redonda. ¿Estos son los «hitos», «iconos» y «referentes» que nos prometían nuestros políticos?

Una de las torres de Martiricos desde la plaza del Patrocinio, junto al Cementerio de San Miguel, este martes.

Una de las torres de Martiricos desde la plaza del Patrocinio, junto al Cementerio de San Miguel, este martes. / A.V.

Cuando menos, estas vulgares pero invasivas torres servirán para que los malagueños sepamos lo que se nos vendrá encima cuando se construya el desaconsejado rascacielos del Puerto.

Si en Martiricos superarán los 100 metros y los promotores anuncian que la segunda versión de la Torre del Puerto tendrá 116 metros -está por ver que no mida más porque no se cuentan los 12 metros del basamento- las alturas no diferirán demasiado. Comprobarán entonces si la UMA tenía razón sobre el enorme impacto visual del hotel o si al final hay que dar la razón a las infografías publicitarias que lo ensalzan.

Visto lo visto en Martiricos, vamos camino de ser, como en los años 60 y 70, un referente en mediocridad y destrozo paisajístico. No aprendemos.

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