Crónicas de la ciudad
La suciedad pertinaz bajo los bancos de José Iturbi
El bulevar es recorrido por máquinas barredoras que no alcanzan a limpiar bien bajo los bancos, cuenta un veterano vecino de este rincón de Nueva Málaga
Nueva Málaga cuenta con calles ligadas a su complicado nacimiento, con vías dedicadas al magistrado Salvador Barberá, el fiscal Enrique Beltrán y hasta al Ministerio de la Vivienda, después de que la quiebra fraudulenta de Construcciones Nueva Esperanza, con un desfalco de 700 millones de pesetas, dejara a 10.000 personas en la estacada. Gracias a la Cooperativa de Viviendas Ciudad Nueva Málaga y a la Justicia el barrio pudo hacerse realidad.
Otras calles del entorno, sin embargo, siguen la tónica general de otros rincones del barrio y están dedicados a personas del pasado. Es el caso de la calle José Iturbi, en Los Castillejos, que homenajea a este pianista valenciano, fallecido en 1980 y profesor honorario del conservatorio profesional de Málaga. El pianista tiene la suerte de contar en la parte central de la calle, no con una doble hilera de coches, como en tantos rincones, por ejemplo, de Echeverría de Gamarra, sino con un bulevar central, un paseo peatonal escoltado por ficus.
El autor de estas líneas estuvo hace unos días en el bulevar acompañado por Paco Fernández, vecino del barrio desde hace 30 años y uno de los creadores de un nutrido grupo vecinal en Facebook.
La paradoja del bulevar, cuenta Paco, es que luce sucio a pesar de que la limpieza es cíclica. Sólo hay que acercarse a los bancos de madera que jalonan el paseo para comprobarlo: la porquería se almacena bajo ellos.
Paco Fernández aclara el entuerto: aunque el bulevar es recorrido de punta a punta por máquinas barredoras todos los martes y los jueves que no caen en festivo, los aparatos no son como los robots aspirador que se cuelan por todos los rincones: no alcanzan a barrer bien lo acumulado bajo los bancos.
El problema, prosigue Paco, se completa porque dado que las barredoras hacen en teoría su trabajo, los operarios de Limasam barren las aceras de la calle pero no el paseo central, donde se limitan a vaciar las papeleras.
El resultado es una porquería pertinaz bajo los bancos. Si a eso sumamos la presencia abundante de palomas y cotorras por tanto ficus, los bancos lucen también en su parte superior sucios de tanto bombardeo y los mayores que los utilizan, muchas veces deben colocar cartones para no mancharse.
Por cierto que tras tres años de peticiones vecinales, informa Paco Fernández, el pasado otoño el Consistorio puso dos carteles recordando las multas por dar de comer a las palomas, algo tristemente frecuente. Retirados a los 15 días por el alumbrado navideño de 2021, no han regresado al bulevar hasta la fecha.
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