Campanillas

Los Chopos: un barrio en tierra de nadie

Los vecinos de este diseminado de hace 60 años se consideran del "tercer mundo" y reclaman agua potable, más seguridad vial, iluminación y limpieza. Podemos apoya sus reivindicaciones. El Ayuntamiento responde que está en zona no urbanizable, pendiente de la Junta

Vecinos de Los Chopos con la concejala Paqui Macías, a la entrada del barrio esta semana.

Vecinos de Los Chopos con la concejala Paqui Macías, a la entrada del barrio esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Aquello es el primer mundo y esto es el tercer mundo», comenta Juan Acedo. Este vecino de Los Chopos señala como primer mundo el barrio del Tarajal, separado de su barrio -con categoría de diseminado- por la vía del tren. Un cochambroso túnel sin luz conecta los dos barrios para quienes van a pie al Tarajal a hacer la compra o a coger el autobús para el Centro.

Dolores Martín, delante del túnel de acceso peatonal a El Tarajal.

Dolores Martín, delante del túnel de acceso peatonal a El Tarajal. / A.V.

Al lado de Juan está Dolores Martín, su suegra, que cuenta que cuando se vino de Álora con su familia a Los Chopos, en 1963, «aquí sólo había tres casas». El entorno estaba lleno de cortijos, como el que dio nombre al diseminado. «Algunos vecinos trabajaban en cortijos, otros en Intelhorce», cuenta Juan Román, su marido.

En la actualidad, con cerca de 40 casas y «entre 60 y 100 vecinos», calcula Juan Acedo, Los Chopos es un diseminado de Campanillas en el que faltan muchas cosas y bastantes de las que hay están en mal estado.

Juan Acedo y María del Mar Rodríguez, delante del pozo de agua no potable, en el río Guadalhorce.

Juan Acedo y María del Mar Rodríguez, delante del pozo de agua no potable, en el río Guadalhorce. / A.V.

Para empezar, no cuentan con agua potable. El pozo tradicional del que se surtían «antes estaba a 200 metros del Guadalhorce pero con el ensanche del río se ha quedado metido dentro y la contaminación nos ha llegado a nosotros». En 2016, el Ayuntamiento señaló que el agua del pozo era «no apta para el consumo humano y con riesgo para la salud».

Por este motivo, los vecinos deben gastan de 35 a 40 euros al mes en garrafas de agua potable, de ahí que reclamen la llegada de la red municipal al barrio.

La carretera

«Cuando llueve se forma una balsa y no podemos salir, estamos incomunicados», lamenta Rafael Nuevo, vecino de Los Chopos desde hace 20 años, que recuerda que paga más de 500 euros al año de IBI, aunque, resalta, recibe muy poco a cambio.

La Carretera de Los Chopos, que desemboca en la avenida José Ortega y Gasset, justo enfrente de los terrenos donde iría la Expo 2027, tampoco es idílica: Hay un tramo importante sin aceras a los lados y en su lugar, grandes matas de zarzas. «Cuando los niños van a coger el autobús para el instituto, si pasa una moto o un caballo se asustan y se caen en las zarzas», comenta Juan Acedo.

Tramo de la carretera de Los Chopos sin aceras y con zarzas.

Tramo de la carretera de Los Chopos sin aceras y con zarzas. / A.V.

María del Mar Rodríguez, la mujer de Rafael Nuevo, comenta que tiene un hijo con un 90 por ciento de minusvalía que va en silla de ruedas «y no lo saco a pasear por aquí».

En la calzada de la carretera, un gran socavón es un trampa perfecta para el coche, sobre todo cuando llueve y en el tramo con aceras y farolas led a veces no hay luz, porque cierra mal la puerta del transformador eléctrico y cuando llueve, «salta la luz; por eso hemos tapado la puerta con una tabla», explica Rafael.

Rafael Nuevo muestra el cuadro eléctrico, protegido de las  lluvias con una tapa y una piedra.

Rafael Nuevo muestra el cuadro eléctrico, protegido de las lluvias con una tapa y una piedra. / A.V.

El grupo de vecinos muestra a La Opinión un tramo sin quitamiedos, sólo con los peligrosos soportes metálicos. Juan Acedo confirma que faltan de la carretera desde hace un mínimo de 8 años y que en enero volvieron a pedir la reposición por la aplicación de móvil ‘Málaga funciona’, sin resultado hasta ahora.

El trozo de quitamiedos falta desde hace ocho años, critican los vecinos.

El trozo de quitamiedos falta desde hace ocho años, critican los vecinos. / A.V.

Y dentro del diseminado, aceras levantadas por los árboles, descampados llenos de basura y escombros y un bache en la calzada que ha dejado al aire piedras que, al saltar con el paso de los coches, hacen añicos los azulejos de las casas.

Paseo por el barrio de representantes de Podemos, el pasado día 16.

Paseo por el barrio de representantes de Podemos, este mes. / La Opinión

«Llevo aquí desde el 94 y el alcalde nunca ha venido a Los Chopos o al menos no lo hemos visto nunca», indica Juan Acedo, que destaca que le gustaría que el barrio tuviera una pequeña zona infantil para la veintena de niños que vive aquí. «Sólo pedimos un columpio y una chorraera», destaca.

Acompaña a los vecinos la concejala de Podemos Paqui Macías que resalta que «la demanda más urgente es el agua potable y después la accesibilidad del barrio y quitar los puntos negros de peligrosidad, que son muchos». Para Macías, «el barrio está totalmente abandonado» y pidió al Ayuntamiento «una solución para una población consolidada que lleva décadas pagando el IBI».

Respuesta del Ayuntamiento

La concejala de Campanillas, Mar Torres, que se reunió con los vecinos días antes de la visita de La Opinión, explicó a este diario que «el principal problema es que están en una zona no urbanizable y ahí se nos cierran muchas puertas», lo que sólo permite atender «actuaciones pequeñas como desbroce de carriles o arreglo de losetas rotas pero no obras mayores, no se puede asfaltar ni hacer un acerado». La concejala explicó que están a la espera de la nueva regulación sobre diseminados de la Junta de Andalucía para, en el caso de que Los Chopos constara oficialmente, realizar nuevas actuaciones.

«No se trata de que no haya intención de atender peticiones, de hecho, ahora El Tarajal tendrá una actuación muy importante de acerado por unos 600.000 euros», puso de ejemplo.