Crónicas de la ciudad

La Torre del Puerto y el lado oscuro de la Fuerza

Nuestro alcalde, aún en el lado oscuro y desarrollista de la Fuerza, deberá convencer a futuros concejales para lograr el mayor atentado paisajístico contra Málaga en 60 años

Infografía promocional de la Torre del Puerto.

Infografía promocional de la Torre del Puerto. / L.O.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Vivimos tiempos aciagos en los que los dos principales partidos de España se han apartado de la decencia por intereses partidistas; unos, bloqueando desde hace años la renovación de los órganos judiciales; otros, inmersos en una injustificable prisa legislativa y abaratando los delitos que hagan falta para aplacar al sector ‘neolítico’ catalán.

Pero en ocasiones, los políticos de uno y otro lado nos dan sorpresas que evidencian que no todo está perdido.

Así, en los últimos tiempos hemos visto en Málaga cómo, primero el grupo socialista y ahora Ciudadanos, se han desmarcado de forma clara del agresivo proyecto de la Torre del Puerto, una propuesta tan beneficiosa para la imagen de la ciudad como lo fue el Málaga Palacio para la Catedral hace casi seis décadas.

Respaldada por uno de los más desangelados ‘argumentarios intelectuales’ que se recuerdan («será un referente», «la Torre Eiffel tampoco gustó al principio», «todas las ciudades evolucionan») y unas infografías salidas de la primera parte de Avatar, profesores de la Universidad de Málaga han demostrado en un par de estudios el impacto visual real de este misil hotelero que además inutilizará de por vida la Farola, el verdadero «referente» de ese espacio.

La invasiva llegada de las mediocres Torres de Martiricos ha hecho que muchos malagueños, políticos incluidos, se caigan del burro y constaten la imprudencia de autorizar otro rascacielos en el sitio erróneo.

Es un misterio que nuestro alcalde Francisco de la Torre apoye con tantas ganas un proyecto que, frente a uno similar en 2007, descartó de forma rotunda su propia Gerencia Municipal de Urbanismo, por las negativas consecuencias para la imagen de Málaga,

También que abandere con tanto entusiasmo lo que, según repite, no sería sino una propuesta socialista de Paulino Plata. Y por último, que no vea mal que detrás esté un fondo de inversión de un país tan poco recomendable como Catar, una dictadura corrupta e irrespetuosa con los derechos humanos que se está haciendo tristemente famosa por untar al personal y no precisamente con mermelada.

En minoría para autorizar el mayor atentado paisajístico contra Málaga de los últimos 60 años y contrario a una consulta ciudadana ante el riesgo de perderla, ya sólo le queda esperar a que soplen mejores vientos en las próximas municipales y convencer a futuros concejales.

A todos ellos hay que decirles: están a tiempo de escapar del lado oscuro y desarrollista de la Fuerza (y por si no fuera suficiente, catarí).

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