Tradición

Los verdiales, la tradición que vive en el presente

El Parque Andrés Jimenez Díaz se llena con los platillos, las guitarras y los violines de los fiesteros de 25 pandas de verdiales - La edición número 60 de la Fiesta Mayor, ya sin mascarillas, homenajea a la leyenda Paco Maroto, que falleció en agosto a los 90 años.

Ana Barranco

Ana Barranco

Son las manos, que tiemblan con decisión, es el quejio. Son los labios que se mueven para entonar unas letras que dicen "yo canto a la vida". Son los pies de las fiesteras en las alpargatas, que al seguir el compás, se llenan cada vez más del albero del Parque Andrés Jiménez, en el Puerto de la Torre. Definir una tradición que comenzó en los pueblos de los Montes de Málaga resulta cuanto menos retador. 

Los verdiales son, en definitiva, una fiesta. Y su encuentro anual en el Puerto de la Torre, después de la pandemia, y sin mascarillas, ya vuelve a poner "las emociones a flor de piel". 

Esta edición, la número 60, resulta "ilusionante después del parón", como lo define Mariví Romero, portavoz de la Federación Provincial de Pandas de Verdiales, que no deja de mirar el cartel con la foto de su padre tocando el violín. 

Y es que, aunque ya participan 25 pandas, y no solo 12 como el año pasado, no todo llega a ser igual que antes. "Seguro que donde él esté, estará disfrutando". La hija de Paco Maroto aguanta las lágrimas en los ojos y celebra que este es "un día feliz", que homenajea a su padre, originario de Comares y uno de las leyendas del cante de los fiesteros. 

Las carpas de las pandas no paran de llenarse. Solo se necesitan unos cuantos 'ria ria pita' de las castañuelas para que sean muchos los que se acercan a mirar y sentir las melodías de una tradición que, sin duda, vive en el presente.

A las una y media de la tarde el auditorio está lleno de un público del todo variopinto. Sobre el escenario, veteranos y caras nuevas, como la de Carmen Soledad, que a sus 20 años tiene claro que los verdiales son una de sus pasiones. 

"Yo empecé a los 10 años porque tengo familia en Comares y me llamaba la atención. Pusieron clases en Vélez, que es donde vivo, y comencé. Primero el violín, la guitarra, los platillos. A alguien que le gusta la fiesta acaba tocando todo", apunta la joven.

Su amor por la fiesta le lleva a considerar: "Si se me pone en una balanza salir a una discoteca con mis amigos o irme con la gente de los verdiales, no sé cuál elegir". Este año repite en la panda de estilo Comares de "San Isidro de Periana". 

El cortejo de otras épocas

Carmen Soledad es un ejemplo de que aquellos fiesteros "a los que se veía a una legua con los espejos de los gorros", son cada vez más gracias a las escuelas de verdiales de los municipios y pedanías de la provincia. 

"Se hacen amigos. Las parejas se conocen en las pandas, así era el cortejo de antiguamente", detalla Carmen. 

Fiesta de verdiales en Málaga (2022)

Fiesta de verdiales en Málaga (2022) / Álex Zea

Los mayores y jóvenes tienen en común una cosa, eso seguro: "Aquí estamos para echar la fiesta", como dice Antonio, uno de los veteranos. El alcalde de la panda de Arroyo Conca tiene 76 años y lo vive como si fuese un niño. Es él mismo el que se acerca y comienza casi a susurrar: "Te voy a contar una cosa que no saben ni los de Málaga. En Extremadura, las mujeres casadas llevan el espejo roto. Aquí en Málaga nos gusta más dejarlos tal cual".

Mientras el concurso continúa en el auditorio, son cada vez más los seguidores de los verdiales que lucen en la solapa de sus chaquetas un broche de colores. Aunque las cintas que cuelgan de sus abalorios no ponen 'ole la fiesta' o 'viva el vino y las mujeres', como los gorros de los fiesteros a los que imitan, crean una sensación que se traduce en "somos hermanos". 

Remedios Ramos, portavoz del grupo municipal Unidas Podemos del Ayuntamiento de Málaga, equipada con broche y pendientes se define a si misma como "un árbol de navidad": "Ya he picado", añade. La muñeca barbie de uno de los puestos de recuerdos también repite este año y tampoco le falta un detalle, desde la falda con ribetes azules hasta la blusa blanca de encajes y el clavel de un rojo intenso en el pelo recogido. 

Al puesto de Antonio Gómez y su mujer Lina se acerca Salvador, más conocido por su apellido, Padilla. 85 años de puro verdialero. "Ha sido mi diversión toda la vida (...). Mi primer violín fue de lata". El fiestero de Almogía sentencia que no se pierde un año la Fiesta Mayor en el Puerto de la Torre, menos en un año en el que como señala el locutor Pepelu Ramos, presentador del concurso de pandas, "Paco Maroto está en el cartel y en el corazón de todos".

Al encuentro de verdiales también ha acudido el alcalde de Málaga Francisco de la Torre, junto a la concejala de Fiestas, Teresa Porras. "Un día espléndido y con este clima, qué maravilla. Ya vendrá la lluvia pero hoy disfrutamos de un buen clima para acompañar a esta fiesta grande de Málaga", ha apuntado el primer edil de la capital de la Costa del Sol. 

Petición a la UNESCO

Las administraciones públicas de Málaga llevan años pendientes de que la Organización de Naciones Unidas (UNESCO) reconozca los verdiales como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como ya lo es el flamenco, que recibió dicho reconocimiento en el año 2010. 

La tradición de Los Montes ya está registrada como Bien de Interés Cultural (BIC) en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. El interés por convertir a esta expresión oral con gran arraigo entre los malagueños consiste en salvaguardar sus características a lo largo del tiempo y promocionar sus bailes y canciones fuera de Málaga, tanto a nivel nacional como en otros países del mundo. La petición a la UNESCO lleva pendiente desde que en 2014, el Ayuntamiento de Málaga aprobó  una moción institucional para solicitar su declaración. 

Palmarés

En Estilo Comares: Raíces de Málaga (1º), Arroyo Conca y El Borge (2º y 3º compartido).

En Estilo Montes: Jotrón y Lomilla (1º), Santo Pitar (2º) y Primera del Puerto de la Torre (3º).

En Estilo Almogía: Raíces de Almogía (1º), El Sexmo (2º), Panda de Almogía, Coto Tres Hermanas y Raíces de las Moras (comparten el 3º premio).