Añoranza de una Guía oficial del Museo de Málaga

El pasado 30 de diciembre cerraba sus puertas la tienda del Museo de Málaga, en la entrada del Palacio de la Aduana. Dependiente de la Junta de Andalucía, en concreto de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, lo lógico es que reabra, quién sabe si con alguna modalidad de gestión diferente, diseño o vaya usted a saber. 

Las tiendas de los museos son estupendos instrumentos de divulgación no sólo del contenido en sí de los fondos museísticos, también del esfuerzo de investigación y preservación de los museos y sirven para dar salida a todos esos libros institucionales que, si no, dormirían el sueño de los justos en olvidados almacenes.

Sin ir más lejos, en la tienda del Museo de Málaga podía adquirirse la estupenda monografía de la Tumba del Guerrero, el famoso hallazgo arqueológico de las calles Jinetes y Refino. Como ‘producto libresco’ la monografía era una portentosa obra editorial, además de intelectual. 

Lo que el autor de estas líneas ni nadie sobre la faz de la Tierra ha podido conseguir jamás de la tienda ya clausurada ha sido algo tan básico y a la vez tan necesario en cualquier gran museo español que se precie como es una Guía oficial, en este caso del Museo de Málaga. 

Qué menos que poner al servicio del público visitante una publicación resumen con los principales fondos de una institución que acoge nada menos que a los museos de Bellas Artes y el Arqueológico de la provincia. Pues hasta la fecha no ha caído esa breva. 

Y mira que hablamos de un museo largamente reclamado por los malagueños frente a, en un principio, obtusos políticos que seguían defendiendo el palacio de la Aduana como trasnochado batiburrillo burocrático. Pues han pasado seis años desde su inauguración y el que en diciembre de 2016 era el quinto museo más grande de España y el mayor de Andalucía continúa sin guía oficial.

En lo que respecta a grandes museos dependientes de la Junta, el de Málaga se encuentra entre esa minoría de centros sin una guía oficial que ofrecer al público como el Museo de Huelva, el de Jaén o el Arqueológico de Córdoba. 

Así que si algún día de estos reabre la tienda, al menos al firmante le importa relativamente poco si cambiará el diseño o la forma de llevarlo pero sí que le encantaría encontrar por fin en sus anaqueles, una Guía oficial del Museo de Málaga, que es lo que se merece un equipamiento tan importante y tan reclamado por los malagueños como el del Palacio de la Aduana.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Ánimo.

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