Piscinas públicas

Málaga y el toples en las piscinas públicas: ¿a favor o en contra?

Los municipios del interior de la provincia, donde se encuentran la mayoría de estas zonas recreativas, no han contemplado aún regular esta práctica

Un joven toma el sol en la piscina de Moclinejo, en la Axarquía

Un joven toma el sol en la piscina de Moclinejo, en la Axarquía / J. Lerena

Dani Vivar

Calor, cigarras cantando, brisas leves y días largos. Demasiado largos a veces. Chiquillos de un sitio para otro, zambullidas y salpicones. Los quioscos y bares a rebosar vendiendo lo que sea para calmar la sed; para evitar el terral. Noches cortas, al fresco, mirando el cielo. Toples... otra cosa que trae el verano y que está ahora de actualidad. Porque allá donde se comenta genera reacciones diversas. Algunas personas ven este asunto de lo más normal. En la parte contraria, puede llegar a resultar una actividad impúdica e indecorosa de ver.

Debates al margen, una ciudad que se ha posicionado respecto a esto es Córdoba. De hecho, lo recogen dentro de su proyecto de Ordenanza Municipal de Uso de Instalaciones Deportivas Municipales, que ya ha pasado por el filtro de la exposición pública. Aunque aún tiene que ser aprobado por el Consejo Rector del Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (IMDECO) y después en el Pleno del Ayuntamiento de Córdoba, ya es un paso que puede animar a otras provincias. O echarlas aún más para atrás. Pero, ¿qué pasa en las piscinas públicas de Málaga?

Piscinas en la capital

En Málaga capital, no queda ninguna piscina municipal. No, no es broma. A pesar de contar con un área de 394,98 km2 y 577.405 habitantes, esta parte de la provincia no dispone de zonas recreativas de baño de este tipo. De las que gestionen el Área de Deportes del Ayuntamiento de Málaga al menos. La ciudad llegó a tener varias que han devenido a otro control.

La última de la que estaba al cargo era la de Colmenarejo, en el distrito de Campanillas. En 2018, pasó a ser gestionada por una empresa privada. Con el paso de los años, todas han pasado a estar concesionadas o en manos de entidades de estas características, cuya actividad se basa principalmente en el deporte: gimnasios, clubes deportivos…

Es una obviedad el por qué en Málaga capital no hay piscinas municipales: a pocos minutos está el Mediterráneo. Aunque aglutinar a toda la población en la costa no sea la mejor opción, al menos se dispone de ella. Provincias como Córdoba o Sevilla no tuvieron más remedio que abrir enormes piscinas con grandes ratios por habitante como respuesta a la falta de costa.

Por ello, el planteamiento de esta práctica se reduce al reglamento o normativa de estas empresas. Y no parece que vayan a permitir ejercerlo en ningún caso.

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Una piscina municipal en Córdoba / Salas

Casos del interior

Las piscinas municipales pasaron a ser cosa de terrenos más áridos; del interior. De hecho, un gran número de los municipios de esta zona de Málaga dispone de una. Desde allí, la costa es una especie de espejismo que haría salivar a los beduinos.

En estas zonas recreativas el acceso es libre. En la mayoría de casos, con pagar menos de tres euros o dar tus datos personales, puedes disponer de sus servicios. Todas están gestionadas, además, por el ayuntamiento del municipio o su área de deportes.

Es una obviedad el por qué en Málaga capital no hay piscinas municipales: a pocos minutos está el Mediterráneo. Aunque aglutinar a toda la población en la costa no sea siempre la mejor opción, al menos se dispone de ella.

Tras intentar contactar con varios responsables de estas áreas recreativas en algunos pueblos del interior, han sido pocos los que han respondido y han decidido, coloquialmente hablando, mojarse en este debate.

En Casarabonela, de momento no se ha planteado la posibilidad de permitir esta práctica porque tampoco se han dado casos. Ni se contempla de cara al futuro. Así lo dieron a conocer fuentes del Ayuntamiento.

En Jimera del Líbar, en la Serranía de Ronda, el alcalde del municipio, Francisco Lobo, opina que es poco probable el ejercicio del toples y su posterior inclusión en la normativa. "En un pueblo tan pequeño es difícil que estas cosas ocurran", explica.

Similar el es caso de Jubrique. La funcionaria del consistorio, Carmen Garabito, cree que no se implementará jamás: “Un pueblo en el que todos se conocen entre sí… no sé. No hay necesidad y por pudor no creo que vaya a contemplar nunca”.

En Pizarra, el concejal de Deportes, Juventud y Turismo, Antonio Marín, queda sorprendido ante la decisión de Córdoba: "No sabía nada (ríe). Es complicado. De momento, nadie se ha interesado por este asunto, pero de darse el caso, habrá que estudiarlo con detenimiento".

Más optimista es Pedro Ortega, concejal de Deportes de Istán. El edil piensa que, al no practicarse el toples en el municipio, no se ha "integrado" en una normativa. No obstante, si se exigiese por parte de la ciudadanía, se podría estudiar el ejercicio. Al menos es un comienzo.

El teniente de alcalde de Almargen, Víctor Herrera, sorprendido de esta noticia en Córdoba, piensa: “el pudor y la vergüenza hacen que estas cosas no se comenten. No es lo mismo ir practicar el toples en la costa que en la piscina del pueblo”. Pero sí que asume que, de darse el caso a la apertura de la piscina municipal, podrían “implementar la práctica” en la normativa.

Ronda

Este caso es especial: Ronda se lanzó a abrir su primera piscina municipal al aire libre el 21 de junio del año pasado. Este área tiene capacidad para más de mil personas, una piscina para niños, una cafetería, zonas de juegos, merenderos y un aparcamiento exterior al aire libre con más de 150 plazas.

El responsable y monitor de la piscina cubierta, Jorge Badillo, ayudó en la gestión de la que está al aire libre. Dice, como todos, que esto es algo nuevo y que no se ha dado la práctica aún. Asegura que se ha comentado irónicamente entre algunos usuarios. “Varias personas me decían: ¿has visto la noticia del toples? Y bromeaban con hacerlo. Pero tendremos que verlo de cara a abrir la otra piscina en verano si la ciudadanía lo comenta”, concluyó Badillo.

El toples, esa práctica playera que surgió del escándalo del 'monokini', del diseñador vienés Rudi Genreich, fue juzgado en su momento con más intensidad que ahora. Ahora parece que va camino de normalizarse en estas zonas. Solo el tiempo dirá.