Cerebros de la UMA

Impulso a la investigación para mejorar el diagnóstico de la enfermedad de Kawasaki

Este proyecto, liderado por el investigador Adrián Ruiz Villalba junto a Esmeralda Núñez, ha recibido una de las ayudas impulsadas por la Sociedad Española de Cardiología

A la izquierda, los investigadores Esmeralda Núñez y Adrián Ruiz Villalba junto al equipo al completo.

A la izquierda, los investigadores Esmeralda Núñez y Adrián Ruiz Villalba junto al equipo al completo. / La Opinión

Dani Vivar

Un logro más para la medicina y la investigación malagueña: la Sociedad Española de Cardiología (SEC) financiará a través de su convocatoria del 2022 un proyecto de la Universidad de Málaga sobre la enfermedad de Kawasaki.

Este trabajo, que está liderado por el investigador de la Facultad de Ciencias Adrián Ruiz Villalba, analizará cómo surge esta dolencia desde sus mecanismos más básicos.

Dentro del equipo también se encuentra Esmeralda Núñez, responsable de la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría.

El objetivo del proyecto es averiguar el origen y desarrollo de esta enfermedad de las arterias coronarias: los vasos sanguíneos que dirigen la sangre al corazón.

«Reaccionamos con bastante ilusión cuando nos concedieron esta ayuda. Hemos solicitado otras que no nos han dado, pero creemos que es una puerta abierta a un camino largo. Es una primera colaboración», asegura Núñez. En palabras de la pediatra, la enfermedad de Kawasaki es rara y se enmarca dentro de las llamadas ‘vasculitis’, que conllevan la inflamación de los vasos.

«Esta enfermedad es completamente desconocida, no se sabe qué células están involucradas, por qué aparece...», agrega el investigador Ruiz Villalba.

Una incógnita clínica

Ruiz Villalba explica que la idea del proyecto vino de «aplicar las experiencias profesionales» que obtuvo en materia del desarrollo cardiovascular; de aplicar conocimientos de cómo se desarrolla el corazón en condiciones normales en mamíferos a aplicarlos a patologías como el infarto de miocardio.

El punto de la investigación es que esta dolencia tiene predilección por estas arterias y por una población de corta edad, niños sobre todo.

Parte de la inspiración del investigador vino del estudio de un grupo en Nueva York que trabajó con Kawasaki durante mucho tiempo. Ciertos tratamientos están basados en las conclusiones de esta investigación.

El dilema sigue en que no sabían qué pasaba en el corazón y es ahí donde vio el nicho Ruiz Villalba y donde la SEC ha decidido colaborar con 15.000 euros, fraccionado en tres pagos, y de los cuales ya han recibido 6.000.

El resto lo enviarán el próximo mes de abril y cuando publiquen un trabajo relacionado con la investigación.

Otro apunte importante, comenta Núñez, es que esta enfermedad se expresa de forma parecida a otras infecciones comunes, ya que puede dar fiebre, generar manchas en la piel o cambios en los labios o la lengua.

«Se puede expresar como el sarampión u otras enfermedades comunes en los niños que hacen que Kawasaki pase por alto y el paciente quede con secuelas. Un Kawasaki no controlado puede desembocar en patologías cardíacas similares al infarto de miocardio», advierte la pediatra.

Los datos arrojan, además, un panorama insólito: a nivel del Hospital Regional Universitario, solo se diagnostican cuatro o cinco casos al año. La incidencia está entre 5,5 y 15 niños de cada 100.000. En Japón, donde se descubrió, la incidencia es mucho mayor: de 300 niños por cada 100.000.

La pediatra comenta que se debe a factores genéticos: «Hijos de padres japoneses que crecen o viven fuera del país siguen teniendo una tendencia mayor a desarrollar la enfermedad», afirma.

Fases del proyecto

Aunque desconocen el tiempo que durará el proyecto, el líder de la investigación explica que tiene tres objetivos: dos de ellos serán con modelos animales y el otro con pacientes.

Con los animales, la idea es recrear un modelo de ratón con la sintomatología completa de Kawasaki para descubrir qué células cardíacas son las más perjudicadas.

Con los pacientes, la misión será encontrar marcadores diagnósticos (o biomarcadores) que faciliten a los clínicos saber si la persona tiene Kawasaki.

«En la actualidad, no existen herramientas que diagnostiquen claramente esta dolencia, solo la experiencia acumulada del pediatra lo llega a hacer», comenta Ruiz Villalba.

«Ahora mismo, con esta investigación, lo que queremos saber es qué se genera en el corazón, qué se cuece cuando llega la enfermedad», explica la pediatra e investigadora Esmeralda Núñez.

El equipo lo componen investigadores de la UMA del grupo de I+D ‘Desarrollo y Enfermedad Cardiovascular’, en colaboración con profesionales de Ibima Plataforma Bionand, que desarrollan también su trabajo en la universidad y en el Hospital Materno Infantil.

Enfermedad de Kawasaki

Esta enfermedad fue descubierta en el año 1961 por Tomikasu Kawasaki, un pediatra japonés que, tras atender a un niño de cuatro años con diversas patologías, se sorprendió de no poder dar un diagnóstico claro. En 1967, pasaría a llevar su nombre tras años viendo que más niños la padecían.

Entre los síntomas más comunes, se encuentran la fiebre alta, sarpullido en la espalda, el pecho o la ingle, hinchazón en pies y manos, enrojecimiento de los labios, la lengua o conjuntivitis o inflamación de los ganglios linfáticos. En casos más graves, puede provocar aneurismas que desembocan en infartos de miocardio, inflamación del corazón o problemas en la válvula cardíaca.