Crónicas de la ciudad

El torreón del Molinillo y la segunda ‘arca perdida’

El historiador Víctor Manuel Heredia plantea otra hipótesis para la torre localizada en la calle Cruz del Molinillo, vinculada no a la Málaga musulmana sino al Siglo de Oro

Los restos arqueológicos, el año pasado, antes de que el solar se cerrara.

Los restos arqueológicos, el año pasado, antes de que el solar se cerrara. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El martes esta sección hablaba de la ‘misteriosa’ torre aparecida en la calle Cruz del Molinillo después del derribo en 2013 de una casa de finales del XVIII, la del veterano depósito de hielo.

Ante sus viejas hechuras el firmante planteaba la posibilidad de que fuera una de las torres -muy transformada, eso sí- del segundo cerco de murallas de la Málaga musulmana, la que cerraba por el norte el arrabal de Fontanalla.

Tras la publicación, el historiador malagueño Víctor Manuel Heredia, atento colaborador de esta sección, se puso en contacto con el autor de estas líneas para señalar que los restos pudieron ser parte de una estructura defensiva, pero también aprovechó para lanzar una sugerente segunda hipótesis.

El investigador, que ha estudiado el abastecimiento de aguas en Málaga recuerda que a finales del XVII se renovó la cañería que traía agua desde el Almendral del Rey a la ciudad, una conducción realizada entre 1532 y 1556 que tomaba el agua de la mina del Almendral del Rey, junto al arroyo de Teatinos, por la parte de la Hacienda Cabello. La famosa fuente de Génova se nutría de este manantial. Por cierto que el Almendral del Rey también se conocía como las Aguas de la Trinidad, porque la primera fuente estaba delante del antiguo convento de la Trinidad.

Parte inferior de la torre, el año pasado.

Parte inferior de la torre, el año pasado. / A.V.

La renovación supuso incorporar también las aguas del arroyo de la Culebra del Puerto de la Torre a través de una alcubilla, ya desaparecida, que había en la Granja de Suárez. Fue el momento de replantear el sifón que cruzaba bajo el cauce del río Guadalmedina, a la altura del puente de Armiñán.

En enero de 1690 ya estaba en marcha esta gran obra, «bajo el cuidado del maestro albañil Juan Ramos, pasando luego a ser dirigida por los arquitectos Bartolomé Pérez y José Coscojuela, que se encargaron de levantar dos arcas grandes, con forma de torres a ambos márgenes del Guadalmedina: una en Martiricos, que es la que se conserva y otra gemela en la Huerta del Molinillo, desaparecida», escribe a esta sección.

Por este motivo, Víctor Manuel Heredia plantea otra hipótesis que habría encantado a Indiana Jones: «¿Y si esta estructura fuera el arca perdida del Molinillo por la que salía hacia la plaza de Montaño la tubería de las Aguas de la Trinidad después de cruzar por un sifón el río?», se pregunta, al tiempo que recuerda que coincide el volumen, «muy similar a la torre de Martiricos y su ubicación aproximada». El historiador confía en que un estudio planimétrico y arqueológico desentrañe el misterio del torreón del Molinillo.

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