Violencia machista

Letradas y juezas instan a mejorar la pulsera paramaltratadores

Andalucía, con más de 1.000, Valencia y Madrid son las comunidades con más dispositivos en términos absolutos. Por cada millón de españolas mayores de 15 años, una media de 144 usan estos dispositivos para controlar a sus agresores

¿Son efectivas las pulseras para maltratadores? ¿Cómo funcionan? 5 claves sobre los dispositivos de control.

¿Son efectivas las pulseras para maltratadores? ¿Cómo funcionan? 5 claves sobre los dispositivos de control.

Elisenda Colell

Es una de las medidas estrella que anunció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para hacer frente al aumento de los asesinatos machistas de las últimas semanas: las pulseras para controlar a los agresores deben extenderse. Frente a las más de mil que llevan los agresores en Andalucía, las casi 400 en Valencia o las más de 200 aplicadas en Madrid, en Cataluña solo 53 víctimas usan esta medida de protección. Con los datos proporcionales, Cataluña es la segunda comunidad con menos implantación de toda España, solo superada por la ciudad autónoma de Melilla, con un 0%. Consultadas por El Periódico, diario editado por Prensa Ibérica como La Opinión, las expertas son escépticas con este método, del que reclaman una revisión a fondo para que se introduzcan mejoras sustanciales.

Los dispositivos de seguimiento a maltratadores

Los dispositivos de seguimiento a maltratadores

3.015 en toda España

En noviembre de 2022, 3.015 hombres portaban estas pulseras de control en toda España. Un tercio de ellos estaban en Andalucía (1.138), un total de 376 se aplican en la Comunidad Valenciana y 289 monitorizan casos en Madrid. Cinco comunidades más están por encima del centenar de dispositivos activados: Canarias (177), Castilla y León (114), Castilla-La Mancha (188), Galicia (151) y Murcia (130).

Los datos a nivel proporcional son aún más demoledores. Por cada millón de españolas mayores de 15 años, una media de 144 usan estos dispositivos para controlar a sus agresores. Cataluña está en la segunda posición por la cola de esta lista, con 15 dispositivos por cada millón de mujeres, solo por debajo de Melilla, que tiene cero. En la franja alta, Andalucía cuenta con 309 mujeres por cada millón usando este mecanismo de protección y Castilla la Mancha y Murcia, más de 200.

Las expertas que tratan a diario con víctimas y agresores en Cataluña admiten a este diario reparos a usar esta medida de control. «A nivel personal, el sistema de las pulseras tiene que mejorar. Yo no he puesto ninguna en los 18 años que llevo en el juzgado especializado», admite Francisca Verdejo, magistrada titular del Juzgado de Violencia 2 de Barcelona.

Verdejo detecta dos fallos en este sistema. Uno, que la central que pilota los datos está en Madrid, y no es cercana a la víctima. «En Galicia una mujer que usaba esta pulsera murió porque a pesar de que se detectó la llegada del agresor, la Policía fue advertida demasiado tarde, tardaron en llegar y ella ya estaba muerta», cuenta. «Pensemos en un pueblo remoto en el Empordà o el Pirineo. La pulsera detecta un quebrantamiento de la orden, se llama a la víctima, al agresor, y luego se activa a la comisaría más cercana. Pasa demasiado tiempo. Esto lo deberían controlar las comisarías más cercanas a la víctima», defiende.

Y el segundo problema, cuenta Verdejo, es el estrés que genera en las víctimas. «Este dispositivo lo llevan tanto víctimas como agresores. Y hay muchos falsos positivos. Salta la alarma cuando el investigado no está cerca del radio por muchos motivos (inhibidores de frecuencia, olvidos de cargar la batería...) y esto genera una situación de estrés tremendo en la víctima, que resulta perjudicada», explica la jueza.

Una visión que comparte al 100% Ester Garcia, abogada especialista en violencia machista. «Yo tengo casos de clientas cuyos agresores usan las pulseras para seguir perpetrando violencia psicológica», cuenta.

Aumento del 16,77%

A pesar de ello, el uso del control telemático ha experimentado un aumento del 16,77% respecto a noviembre del año anterior, informa Patricia Martín.

De hecho, cuando se formó el primer Gobierno de Pedro Sánchez, permanecían activados 1.108 brazaletes. Pilar Llop, entonces delegada del Gobierno para la Violencia de Género, reclamó precisamente a los tribunales incrementar su uso después de cambiar la tecnología: en parte, su infrautilización venía derivada de que la mitad de las alarmas eran provocadas por errores técnicos.

Un grueso de abogados y fiscales no solicitaban esta medida de protección para no alterar más a la víctima, ya que a menudo los agresores la utilizan como una herramienta más del terror.