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Las carreras ilegales de motos y coches van a más en Málaga: así son las quedadas de los viernes

Las concentraciones en torno a estas peligrosas actividades reúnen cada vez a más jóvenes en zonas apartadas como el polígono Trévenez, el recinto ferial o el parking de Ikea - Fuentes policiales advierten de que no se están tomando medidas al respecto

Concentraciones ilegales de coches y motos en Málaga

Concentraciones ilegales de coches y motos en Málaga La Opinión

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Concentraciones ilegales de coches y motos en Málaga Jose Torres

El aparatoso accidente entre dos coches que hace dos semanas acabó en el recinto ferial de Málaga con un conductor denunciado penalmente por conducción temeraria no fue casual. La propia Policía Local informó días después de que el suceso se produjo durante una concentración de vehículos en la que algunos jóvenes se dedicaban a realizar maniobras ilegales. No fue la primera. Este tipo de reuniones van a más, con el peligro que suponen tanto para los conductores como para el gran número de personas que acuden como espectadores.

Este fenómeno, que comenzó a despuntar en la capital tras la pandemia con reuniones en el aparcamiento del recinto comercial de Los Patios, ha ido ganando adeptos hasta convertirse en una cita multitudinaria que se suele celebrar las noches de los viernes en diferentes escenarios. Fuentes policiales explican que ese primer emplazamiento ya quedó obsoleto y los jóvenes, cada vez más numerosos y procedentes de distintos municipios, organizan estas quedadas en la explanada de la feria, en el aparcamiento de Ikea o en el polígono Trévenez, este último el escenario preferido por los conductores más atrevidos por la larga recta que ofrece la calle Mercadante y el poco tránsito que hay a esa altura de la semana.

Dos coches atraviesan un cruce durante una carrera. | L.O.

El pasado viernes 27 de enero, la convocatoria se trasladó hasta el parking del centro comercial El Ingenio, en Vélez-Málaga, un cambio de aires que las fuentes consideran provisional y que podría justificarse por el revuelo mediático que provocó el accidente con el que arranca este artículo.

También indican que las concentraciones, que incluyen botellón, se organizan a través de las redes sociales y a las mismas acuden dos tipos de participantes. Están los activos, que son los que protagonizan las carreras o exhiben sus peligrosas maniobras ante los demás.

Drifiting y otras prácticas peligrosas

Los más jóvenes (entre 17 y 18 años) son los motoristas, mientras que los conductores de coches suelen moverse en la veintena. Después está el público, un grupo considerable que en ocasiones puede superar fácilmente las doscientas personas, tal y como revelan las imágenes a las que ha tenido acceso este periódico. Numerosos vídeos muestran carreras entre vehículos, desplazamientos en manada a gran velocidad, caballitos de motoristas y otras maniobras que suponen un gran peligro tanto para sus autores como para los asistentes. Una de las más jaleadas es conocida como drifting, un estilo de conducción basado en el derrapaje en el que las ruedas traseras no siguen el mismo recorrido que las delanteras. Como se puede apreciar en la imagen que acompaña a esta información, el conductor de un coche de gran potencia lo pone al límite el coche para sobrevirar mientras su acompañante saca medio cuerpo por la ventanilla. Estas maniobras, realizadas sin ningún tipo de medida de seguridad para los asistentes en el cruce de las calles Mercadante y Gaspar Casado, fueron subidas a las redes sociales por varios usuarios, lo que permitió a la Policía Local identificar el vehículo y al conductor, al que se investigó como presunto autor de un delito de conducción temeraria.

Otro impactante vídeo grabado en junio de 2021 en el mismo polígono muestra una carrera en la que uno de los vehículos pierde el control a toda velocidad y termina embistiendo a un grupo de espectadores que se encontraban en la acera. Milagrosamente, sólo hubo un herido y el conductor también acabó investigado. El pasado mes de agosto, un joven que asistió a un evento similar en un polígono de Terrassa (Barcelona) murió arrollado por un coche.

Todos los policías consultados sobre este asunto coinciden en dos cosas: que los accidentes que salen a la luz son la antesala a una tragedia y que en este asunto no se están tomando medidas suficientes por parte de las autoridades municipales, que conocen el asunto al menos desde hace más de un año. Hasta ahora, las fuentes aseguran que la respuesta policial es «tímida, tardía e ineficaz». Al no haber dispositivos concretos, los agentes suelen acudir a estas concentraciones por llamadas puntuales o por un incidente como los anteriormente descritos, pero a su llegada la mayoría de los jóvenes se han marchado o comienzan a marcharse sin que una sola dotación, salvo que detecte una infracción flagrante, pueda hacer mucho más que disolver el evento con su presencia. En este sentido, las fuentes aseguran que para afrontar esta situación es necesario activar «operativos específicos» que hasta ahora no se han llevado a cabo. Como ejemplo, ponen dispositivos realizados en ciudades como Zaragoza, donde cerca de 70 agentes de la Policía Local y la Guardia Civil trabajaron conjuntamente en un operativo que permitió en una sola noche imponer más de 60 denuncias por conducción temeraria y otras conductas antirreglamentarias.

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