Feriantes
Los feriantes de Málaga, en jaque por el fin de la concesión para sus atracciones
El gremio teme que la explotación de los terrenos del Real quede en manos de una firma inversora como ocurrió en Marbella y Fuengirola. El Ayuntamiento de Málaga estudia la fórmula legal para que no prime la oferta económica en el contrato

Montaje de las atracciones en el recinto ferial de Málaga. / ÁLEX ZEA
Los feriantes de Málaga miran con preocupación a uno de los eventos más importantes del año, no solo por la tradición que entraña sino por los ingresos que reporta y que les permiten cuadrar cuentas.
Se trata de la Feria de Málaga 2023, para la que aún queda más de medio año pero que ya genera inquietud entre los feriantes que desde hace décadas incluyen estas fiestas en su ruta por los eventos y verbenas a lo largo y ancho de la provincia.
Ese malestar reside en la extinción de la concesión demanial que la Asociación de Feriantes de Málaga y Provincia ostentaba desde 2011 para la explotación de los terrenos dedicados al montaje de las atracciones en el Cortijo de Torres, además de la de El Palo y el Puerto de la Torre.
Esa concesión, con un importe de 892.553 euros, ha vencido este año, incluidas las prórrogas, por lo que el Ayuntamiento de Málaga tiene que volver a sacar a concurso público una nueva concesión demanial para el uso privativo de estos terrenos, que son de propiedad municipal.
De hecho, la Junta de Gobierno Local aprobó recientemente esa extinción de la concesión y comunicó que ya estaba trabajando en los pliegos para sacar a concurso un nuevo contrato.
Ante esta situación, los feriantes temen que, al igual que ha ocurrido en Marbella y Fuengirola, una empresa inversora se haga con la concesión -que hasta ahora siempre se ha adjudicado a la asociación malagueña- al presentar una oferta económica más fuerte, con la que el gremio no puede competir.
Críticos con la gestión
Según explica el presidente de la asociación, Rafael Blánquez, la empresa consigue la concesión y después subarrienda el espacio a los feriantes por un precio mucho más elevado, con incrementos que van desde el 100% al 300% con respecto a lo que pagan habitualmente.
«Ellos van a ganar dinero con nosotros y si te cuadra bien, y si no me busco a otro. Y nosotros lo que hacemos es mantener la feria con la gente que lleva 20 o 30 años funcionando y no tienen que perder el derecho a la explotación del sitio», subraya Blánquez. «Hay quien ha perdido hasta el sitio porque no podían pagar lo que le pedían y han preferido no montar».
De hecho, como ya informó este periódico el año pasado, estos profesionales ya denunciaron que en la feria de Fuengirola se quedaron algunos puestos vacíos por la imposibilidad de los propietarios de las atracciones de afrontar los precios que se les exigía.
Una situación que en otros lugares está atrayendo a feriantes de fuera de Andalucía, que ven una oportunidad en esos puestos que no se llegan a ocupar.
Los feriantes denuncian que esta situación les obliga a subir el precio de la entrada de sus atracciones, ya que se ven obligados a compensar la subida abrupta del precio del suelo junto al aumento de los costes de la luz o el combustible. «El problema es que lo va a pagar quien viene a la feria, el feriante. Y nosotros perdemos nuestra afluencia de público en la feria. La gente está descontenta», continúa explicando el presidente de la Asociación de Feriantes de Málaga y Provincia.

Varios operarios trabajan en el montaje de una de las atracciones Feria de Málaga / Jesús Mérida
Buscar la fórmula legal
Consciente de este problema, el Ayuntamiento de Málaga están estudiando la fórmula legal para que en los pliegos del contrato para la nueva concesión no prime solo la oferta económica de los interesados sino que también se tenga en cuenta el uso habitual de esos terrenos.
«Lo que nos prima es que una vez conocida la singularidad que se están produciendo en otras ciudades, lo que estamos intentando es preservar y garantizar que se evalúen criterios que no tengan que ver únicamente con la oferta económica, para evitar que tengan que pagar mucho por el suelo y eso se reproduzca en un precio alto de la entrada para el uso de estos aparatos», señala el edil de Urbanismo, Raúl López. «Comercio está trabajando con el equipo técnico de la gerencia, con abogados de Patrimonio para que [el contrato] vaya en consecuencia con una ciudad que tiene precios muy de mercado y no una barbaridad como hemos visto en otros municipios».
Los feriantes fueron unos de los colectivos más afectados por el parón provocado por la pandemia de la Covid-19. Las restricciones epidemiológicas obligaron a suspender todos los grandes eventos, incluyendo ferias y verbenas, que son el sustento de las familias dedicadas a esta actividad. Según indica el presidente de la Asociación de Feriantes de Málaga y Provincia, el sector aún no se ha recuperado del duro golpe y explica que, en algunos casos, incluso han decidido apostar por atracciones más grandes para intentar obtener un mayor beneficio.
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