Super Bowl

EEUU se come en una noche todo el aguacate que España produce al año

Los estadounidenses acaban de dar a conocer algunas de las cifras más curiosas de la final de la Liga de Fútbol Americano (NFL), con ese hábito que reforzó Obama en su día, el de degustar nachos con guacamole en el acontecimiento televisivo más importante del calendario deportivo de su país - En la comarca de la Axarquía, los precios de la fruta subtropical catalogada en ocasiones como «el nuevo oro verde» son más altos que los de hace un año, pero la bajada de la productividad desata todas las alarmas entre los productores

La Super Bowl ha vuelto a disparar las audiencias televisivas en Estados Unidos un febrero más. | REUTERS

La Super Bowl ha vuelto a disparar las audiencias televisivas en Estados Unidos un febrero más. | REUTERS / FRAN EXTREMERA. MÁLAGA

Fran Extremera

Fran Extremera

Una noche mágica. Y en muchos casos, lo de menos es el resultado. Porque la final de la Liga de Fútbol Americano (NFL) es mucho más que un encuentro deportivo. Para millones de estadounidenses es la excusa perfecta, igual que ocurre con la Liga de Campeones en media Europa, a la hora de poder compartir mesa y mantel con familiares o allegados. Esa velada propicia que en Estados Unidos se consuma todo el aguacate que España produce en un año. Es en forma de guacamole y, por supuesto, acompañado de nachos.

«Ya quisiéramos nosotros en España tener un acontecimiento de tal magnitud, bien la Champions o la Copa del Rey, vinculado al consumo de aguacate», señala el gerente de la cooperativa Trops, Enrique Colilles. Dicha entidad comercializa la mayor parte de la producción española, porque a su sede inicial con unos 3.000 asociados en la comarca de la Axarquía y otras zonas como el Valle del Guadalhorce o la Costa Tropical granadina han agregado hasta divisiones en tierras alicantinas o en distintas zonas meridionales de Portugal.

Aguacates.

Aguacates. / ShutterStock

Los productores malagueños sueñan con que el consumo de guacamole, como ocurre en Estados Unidos, se uniese a un acontecimiento global. Serviría como cuentan como aliciente para divulgar las extraordinarias propiedades nutricionales que atesora una fruta que para algunos es considerada como el «nuevo oro verde». De hecho, no hay otra que tenga tanta repercusión diaria y planetaria en redes sociales como Instagram, posiblemente por su peculiar color verde.

Es asimismo una de las frutas más consumidas por deportistas y personas que tienen a sus entrenadores personales como auténticos gurús sobre el cuidado físico y la necesidad de tomar una alimentación consciente y saludable. «Así lo demuestran numerosos estudios que avalan las extraordinarias características del aguacate», incidían en un reciente foro de Sabor a Málaga, desarrollado en el marco del Salón H&T, varios de los chefs con estrella Michelin en la provincia.

En Estados Unidos, el consumo de guacamole por febrero, con motivo de la Super Bowl, dispara los precios. Y como aquel mercado fija las retribuciones globales de esta fruta, en España también experimenta un repunte por estas fechas. Así lo expresaba ayer el propio Colilles. Aunque el hábito de comer guacamole esa noche de retransmisión multitudinaria ya estaba establecido, a fijarlo como una auténtica moda contribuyó en su día Obama. Según relatan los cronistas, una imagen del presidente tomando nachos con guacamole disparó la demanda.

Productividad

A este lado del Atlántico se imagina la posibilidad de que alguna personalidad de relevancia internacional eligiese la Copa del Rey de baloncesto, como ejemplo ahora que la ha vuelto a ganar el Unicaja, para «mostrar y demostrar» que el aguacate es el complemento ideal del deportista y de cualquier persona que quiera alimentarse de una forma saludable. Porque el consumo de fruta y verdura, además de las legumbres, es la mejor alternativa a la proteína animal. En pleno debate sobre la sostenibilidad se recuerda además lo que requiere de agua un filete de vacuno.

Más allá de que los aguacates ronden en origen los 2,50 euros por kilogramo a estas alturas del año, muy por encima de los alrededor de 2 euros con los que se llegó a la primavera la campaña pasada, la preocupación actual del sector pasa por la pérdida de productividad.

Y es que la sequía hace estragos como en el olivar. En ciertas zonas del valle del río Vélez y de Benamargosa, las pérdidas en cuanto a rendimiento en kilos son superiores al 50%, con lo que la temporada es «muy mala» para los productores. Detrás está la sequía, con el embalse de la Viñuela en mínimos históricos a estas alturas del año y sin previsiones de importantes precipitaciones y prolongadas en el tiempo, de manera que puedan enderezar la tendencia mantenida en los dos últimos años.

Dicha preocupación la han expresado durante los últimos días varios de los portavoces de los principales sindicatos agrarios, Asaja, COAG y UPA en la provincia, que recuerdan la necesidad de agilizar medidas complementarias al uso de agua regenerada.

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