Metro de Málaga

La Junta ultima el nuevo contrato para llevar el metro al Hospital Civil

La Agencia de Obra Pública concluye la liquidación del expediente iniciado en 2018 para ejecutar las obras del tramo del metro en superficie y que permitirá ejecutar el nuevo proyecto soterrado

Túnel del metro desde la cabina de la conductora.

Túnel del metro desde la cabina de la conductora. / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

La Junta de Andalucía ultima el contrato para llevar el metro soterrado hasta el Hospital Civil desde la estación de Guadalmedina, un tramo de 1,8 kilómetros y tres estaciones que entrará en funcionamiento en 2027.

Fuentes indican que la licitación del contrato para adjudicar las obras es «inminente», en especial porque ya han concluido el trámite administrativo que quedaba pendiente para dar este paso.

Ese trámite es, en jerga técnica, la «no adjudicación» del contrato de obra para prolongar la línea 2 del metro al Hospital Civil, que traducido significa que se cierra el anterior contrato, el que contemplaba un ramal en superficie y que incluso había salido ya a concurso al que, por cierto, se habían presentado más de una decena de ofertas, como las UTE Eiffage-OHL, Acciona-Conacon, Azvi-Ferrovial o Sacyr-Verosa.

De manera que ahora la Junta «desactiva» ese contrato, lo que le permitirá sacar a concurso un nuevo pliego incluyendo el proyecto soterrado, cumpliendo con las exigencias vecinales y del propio Ayuntamiento de Málaga, que en todo momento se mostraron contrarios a que un tren discurra en superficie por Eugenio Gross y Blas de Lezo. El importe de licitación de este contrato que ahora se extingue es de 41,4 millones de euros.

Para el nuevo contrato hay una partida prevista de 56,6 millones de euros. Según el último plazo otorgado por el presidente de la Junta, Juanma Moreno, el primer tramo de esta extensión de la línea 2 se licitará este mismo mes.

Beneficios del soterramiento

La Junta de Andalucía, en su decisión de no adjudicar este contrato -que sacó a licitación en 2018- argumenta ampliamente los beneficios que reportará para el servicio y para la capital malagueña el soterramiento de esta prolongación de la línea 2.

Por ejemplo, el trazado soterrado supondría una menor percepción de ruidos a nivel de calle por la ciudadanía y tampoco afectaría prácticamente a los aparcamientos en superficie, ya que «una vez finalizada la ejecución de la infraestructura del túnel» se repondrá el viario «a la misma situación existente antes de las obras o bien mediante otra solución viaria que estime conveniente el Ayuntamiento de Málaga».

Asimismo, se refleja que una estación soterrada junto al futuro tercer hospital permitirá realizar un acceso directo desde la estación hasta la parcela del equipamiento sanitario y, en cuanto a los propios vagones, al ir bajo tierra, los trenes podrán alcanzar una mayor velocidad comercial «y por tanto reducir el tiempo de viaje».

En el informe se alude también a que la solución bajo tierra reducirá el «efecto barrera» que se produciría en los entornos de las paradas y «de forma más intensa» en la zona de la calle Hilera, donde «se produciría una brecha infranqueable de 140 metros de longitud».

Además, permitirá reducir la energía de tracción necesaria y minimizará el desgaste de los carriles -y el gasto de mantenimiento- porque se salvan dos problemas que habría que enfrentar con la solución en superficie: la rampa desde el tramo soterrado al de en superficie en Hilera coincidiendo además con una curva cerrada hasta la calle Santa Elena, junto a la posterior pendiente que habría que escalar en Eugenio Gross hasta el Camino de Suárez.

Por último, destaca el menor impacto en el tráfico más allá de las obras, un hecho que se califica como «particularmente importante en las calles Eugenio Gross y Blas de Lezo por su importancia como eje vertebrador de las relaciones Norte-Sur».

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