Sucesos

Una deuda de 1,7 millones de euros motivó el secuestro y desaparición de Jamal en Marbella

La investigación de la Policía Nacional sostiene que la familia de la víctima conocía las circunstancias y la autoría del rapto desde el principio e implica a ocho personas entre las que destacan dos holandeses

Seguimiento a Jamal minutos antes de su secuestro.

Seguimiento a Jamal minutos antes de su secuestro.

Una deuda millonaria de uno de los hermanos de Jamal está detrás del secuestro que este último sufrió en Marbella el 22 de agosto de 2020, día desde el que está desaparecido. Así lo defiende la investigación cuyo secreto de sumario se levantó hace algo más de una semana tras la detención de dos de los ocho investigados por estos hechos. Uno de los arrestados es un francés que fue captado por las cámaras de Puerto Banús acechando y siguiendo a la víctima con un Audi RS6 hasta la rotonda previa al Marbella Arena minutos antes del secuestro. La secuencia de imágenes demostraría que allí les cedió el testigo a dos vehículos, un Audi A3 Sportback negro y un Peugeot 308 blanco ocupados por el comando que culminó el rapto de Jamal en el cruce entre la avenida del Prado y la calle París, en el corazón de Nueva Andalucía. Los investigadores también han reconstruido con distintas cámaras el seguimiento que estos dos coches realizaron a la víctima hasta que esta se percató de la amenaza y el paseo se convirtió en persecución. Finalmente, los asaltantes utilizaron un dispositivo luminoso azul como los que usan los cuerpos de seguridad para engañar a Jamal.

La investigación de la Udyco Costa del Sol, Udyco Marbella y Greco Costa del Sol sostiene que la familia de la víctima conocía las circunstancias del secuestro desde el principio. Al menos su hermano, que en una charla telefónica con un preso de Algeciras manejó datos hasta entonces desconocidos para los investigadores. En la conversación, captada 40 días después de la desaparición forzosa, no sólo pone cifra a la deuda, 1,7 millones de euros, sino que dice saber quién ordenó el rapto y da por hecho que no le devolverán a su hermano ni pagando tal cantidad. Habla de unos holandeses con los que incluso se reunió en San Pedro Alcántara días antes del secuestro para evitar que cumplieran las amenazas previas sobre su familia. Para reforzar su teoría, le comenta a su interlocutor que algunos de los presuntos autores se reunieron en un restaurante de Marbella ocho días después del rapto y que el encuentro fue grabado por un detective privado que habían contratado. Las imágenes y los audios de esa cita fueron entregados a los investigadores, ya que supuestamente quedaron registrados detalles relevantes sobre la desaparición de Jamal.

Vehículo que conducía Jamal la noche de su desaparición.

Vehículo que conducía Jamal la noche de su desaparición.

Detective privado

El informe del detective concluye que a la cita del restaurante acudieron tres personas. El primero es un holandés de origen marroquí sin antecedentes en España, pero la inteligencia policial de Países Bajos, donde lo conocen como Crocket, y la familia de Jamal lo consideran el autor intelectual y organizador del secuestro. Según las pesquisas, el hermano de la víctima lo conocía y no sospechó de él hasta que vio el encuentro del restaurante.

Otro de los asistentes es un francés con antecedentes por delitos contra la salud pública, falsedad documental y tenencia ilícita de armas que comparte con su hermano empresas de alquiler de coches de lujo en Marbella. Precisamente, los agentes atribuyen a estos la rematriculación fraudulenta del Sportback en el que Jamal fue metido a la fuerza. La investigación precisa que el cambio de las placas francesas por las españolas se hizo en mayo de 2019 a través de la gestoría de confianza de los hermanos. En la transferencia del coche se puso como titular a un hombre ajeno a los hechos, una práctica habitual entre los grupos organizados para que no se les relacione con los vehículos con los que delinquen. Las gestiones las hizo el segundo hermano, uno de los dos detenidos hasta el momento y al que se investiga tanto por el secuestro como por falsedad documental.

El coche, sin embargo, entró en el radar policial por otros asuntos justo un año después. A los investigadores les consta que el Sportback negro estaba aparcado en mayo de 2020 en la casa de un francés que vivía en Mijas al que investigaban por narcotráfico. Ya tenía las llantas de aleación que ese modelo no trae de serie y que coinciden con las del coche que se llevó a la víctima. El Audi estaba en el garaje junto al Mercedes Clase A con el que este mismo hombre participó, trece días antes del secuestro, en la búsqueda para localizar en Puerto Banús a un varón cuya descripción y vehículos coincidían con el de Jamal, como el exclusivo Mercedes G Mansory con tapicería amarilla que conducía cuando fue secuestrado delante de su esposa. Según la investigación, Crocket iba en ese coche liderando la búsqueda. Los agentes también habrían demostrado que el Clase A se desplazó desde Mijas hasta el punto del secuestro minutos antes de que se ejecutara y que su conductor tiene vínculos con el arrestado por el asunto de las matrículas.

Ni el detective ni la familia de Jamal sabían quién era el tercer hombre del restaurante de Marbella, pero la policía no tardó en identificarlo como un marroquí «muy peligroso» con antecedentes por tenencia ilícita de armas y secuestro. Las bases policiales revelaron que este tipo fue detectado en un control rutinario en Benalmádena un día después de la reunión grabada por el detective. Iba con un belga que los investigadores también tienen en el punto de mira por el GPS que la familia de Jamal encontró en los bajos de su Rolls Royce meses después del secuestro. El dispositivo, supuestamente utilizado para monitorizar a la víctima, funcionaba con una tarjeta telefónica que fue dada de alta en julio de 2020 por este individuo.

Llamada a Holanda 15 minutos después del secuestro

El puzle lo completa una octava pieza, un holandés de origen árabe al que las autoridades de su país le atribuyen un papel determinante en el secuestro. La Policía Nacional supo en septiembre de 2020 por sus colegas neerlandeses que esta persona llamó a una cafetería de su Roosendaal natal 15 minutos después del rapto para informar de que ya se había consumado. Los agentes españoles buscaron un vínculo entre este hombre y los anteriores y lo encontraron con el que inició en Puerto Banús el seguimiento sobre Jamal la noche del secuestro. Las bases de datos demostrarían que este fue sancionado en abril de 2021 en Valencia por una infracción de tráfico que cometió en un coche cuyo titular fue identificado el 19 de agosto de 2020, tres días antes del secuestro, en un control de la Policía Local de Málaga. Al conductor le acompañaba el hombre que llamó a la cafetería de Roosendaal.

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