Día de la Mujer

Las mujeres rompen barreras pese a la losa de los cuidados

Mujeres del mundo empresarial, la salud, la ciencia, de la construcción y el deporte coinciden en que ya nadie pone en duda su capacidad de liderazgo aunque siguen obligadas a poner en una balanza la crianza y su carrera profesional - Muchas profesionales se ven obligadas a rechazar puestos de liderazgo por la imposibilidad de compaginarlos con las cargas familiares

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Casi medio siglo después de que las Naciones Unidas declarasen el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, ya nadie duda de la fortaleza del liderazgo femenino y su capacidad para desempeñar funciones en gremios tradicionalmente «masculinos».

Décadas y décadas de reivindicaciones han pulverizado esa barrera entre los empleos que se consideraban «aptos» para las mujeres que se zambullían de lleno en un mercado laboral que hasta entonces las había ignorado. Ese viejo molde se ha roto, al igual que se quiebran poco a poco los techos de cristal que siguen separándolas de los puestos directivos y del emprendimiento, eso pese a la losa que siguen arrastrando las profesionales de cualquier sector: los cuidados.

Es el denominador común de las cinco mujeres que aparecen en este reportaje, referentes del mundo empresarial, la construcción, la salud, la ciencia y el deporte. Todas miran hacia la crianza y otras cargas familiares como una responsabilidad que sigue recayendo en ellas y que puede llegar a suponer un parón en sus carreras profesionales del que muchas veces no consiguen salir.

«En el mundo empresarial seguimos estancados. Aunque cada vez hay más autónomas mujeres, seguimos estando en el 70%, 30%. Hay mucho emprendimiento femenino pero la pérdida de empresarias cuando llega el momento de la crianza, del cuidado de mayores, de conciliar... Ahí dedicas menos horas y la gente lo termina dejando», explica Rocío García, presidenta de la Asociación de Mujeres Profesionales y Empresarias de Málaga (Amupema).

Rocío García Presidenta Amupema | L.O

Rocío García, presidenta de Amupema: «A muchas empresarias, sobre todo cuando empiezan jóvenes, les preguntan por su padre o por el jefe. Y tienes que decir: no, soy yo. Y no te pones en tu sitio hasta que le demuestras con un esfuerzo doble la calidad de tus servicios». / L. O.

Y las que no abandonan, ven perjudicada su cuenta de resultados y su facturación por no dedicar tantas horas como sus colegas hombres a la actividad productiva por la necesidad de conciliar.

«Sobre todo en el caso de la jubilación de una autónoma con un autónomo, en la cotización adicional hay una diferencia de hasta un 60%, porque no es nuestra actividad principal nuestro negocio», prosigue García, que señala además cómo en los eventos empresariales, institucionales y organizados por medios de comunicación sigue escaseando la presencia femenina, no solo porque no son invitadas sino porque ellas mismas declinan la asistencia.

«¿Cómo se pueden organizar para ir si eres tú la que tienes que estar en la recogida del niño del cole o le tienes que dar tú de comer o no concilias con tu pareja o, como es mi caso, somos familias monoparentales?».

La secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores, Violeta Aragón, accedió al cargo en 2008 cuando «no tenía cargas familiares y la disponibilidad horaria era más fácil». Por eso, cuenta que entonces ni se planteó esa encrucijada entre lo laboral y lo personal.

Violeta Aragón Secretaria General ACP | L.O

Violeta Aragón, secretaria general de ACP: «A muchas empresarias, sobre todo cuando empiezan jóvenes, les preguntan por su padre o por el jefe. Y tienes que decir: no, soy yo. Y no te pones en tu sitio hasta que le demuestras con un esfuerzo doble la calidad de tus servicios». / L. O.

«Pero a medida que pasa el tiempo y tienes esas cargas familiares, percibes que puede ser un problema porque quieres hacer tu trabajo con la mejor de la disponibilidad y que ser mujer no te lo impida. Eso es lo que tiene que cambiar», continúa la ingeniera. «Deberíamos valorar que también a la familia hay que dedicarle un tiempo y que tiene que ser una conciliación real para todos, que no solo seamos nosotras las que pensemos en este tema porque cuando todos lo tengamos asumido no habrá esas diferencias. A todos nos parecerá normal que esa conciliación tiene que existir».

Además, Violeta Aragón señala cómo esa conciliación se va dificultando a medida que se suben peldaños en la escala de categorías profesionales, exigiendo cada vez más disponibilidad a medida que se asciende.

«En los trabajos de base, los horarios son bastante equilibrados. En construcción los horarios están muy regulados, jornada intensiva en verano, con puentes naturales. A medida que vas teniendo más puestos de responsabilidad es donde se complican los horarios y la conciliación. En eso nos queda camino por delante y es lo que hace que las mujeres todavía tengamos ese freno, porque nadie duda de nuestra capacidad».

En una profesión tan masculinizada, la presencia de la mujer sigue siendo prácticamente inexistente en los puestos vinculados a la ejecución de la obra. «Nos falta ese paso, de que en los trabajos de ejecución que cada vez están más industrializados y son menos penosos, pues que haya mujeres».

En el caso de la sanidad, que por el contrario se considera un sector muy feminizado, aún se sigue en vías de conseguir la paridad en los puestos de dirección, especialmente en la privada, según expone la jefa de Urgencias del Hospital Regional, Eva Fragero.

Eva Fragero, jefa de Servicio de Urgencias del Hospital Regional de Málaga. | L.O.

Eva Fragero, jefa de Servicio de Urgencias del Hospital Regional de Málaga: «Hace ya casi 30 años, yo era el médico y en el turno que yo tenía había varios enfermeros y auxiliares que eran hombres. Los pacientes los llamaban a ellos doctor y a mí muchacha. Asumían que el médico tenía que ser el hombre». / L. O.

«Es un sector en el que las mujeres tenemos un papel relevante. Tal vez tengamos el reto de estar más representadas a nivel de dirección y liderazgo, sobre todo en la empresa privada porque en la pública poco a poco se está consiguiendo que haya paridad. En el Regional la rozamos a nivel directivo», continúa la médico, que destaca las dificultades para conciliar que deben atravesar las facultativas que, como sus colegas hombres, aguantan jornadas de hasta 24 horas. «Tenemos que dedicar muchas horas no solo a nivel asistencial sino que también en el tiempo libre tenemos que dedicar a la formación continua y al estudio, con lo cual hace que a veces sea difícil compaginarlo todo». Fragero añade que las mujeres siempre tienen un «plus más» de dificultad que los hombres, aunque eso sí, las nuevas generaciones empiezan a compartir más cargas familiares.

La competición de la ciencia

La cara oculta de la ciencia -para aquellos completamente ajenos a ella- es el alto grado de competitividad que exige a quienes quieren hacer carrera, por lo que los investigadores deben estar siempre publicando y consiguiendo financiación para empezar nuevos proyectos.

María del Carmen García, la primera directora del Centro Oceanográfico de Málaga en más de un siglo de existencia de esta institución, recalca que en esa intensa competición -que no se estabiliza hasta que los investigadores llegan casi a los 40 años- la maternidad y la crianza dejan fuera de juego a las científicas.

María del Carmen García Directora  Oceanográfico | L.O

María del Carmen García, directora del Oceanográfico: «Hay un artículo científico en el que hacen un experimento en el que se llevan currículum exactamente iguales a evaluaciones. Uno firmado por hombres y otro por mujeres. Curiosamente, la evaluación era mejor en el caso de que el currículum fuera de un hombre que de una mujer». / L. O.

«Durante esos años en los que estás dedicada a la crianza, si quieres tener una familia, tu carrera profesional se ve paralizada. Eso hace que los hombres te vayan adelantando porque ellos no sufren ese abandono de la competición, no se tienen que echar a un lado», critica la bióloga, que añade que aunque la Ley de la Ciencia cubre ya el parón por el embarazo y la lactancia no mira al largo plazo. «Tener un niño no son tres días, y después se te pone malo, lo tienes que tener cuatro días en casa. Ese tipo de cosas es lo que hace que tu carrera se frene».

Y ese parón es el que separa a las mujeres de los puestos de mayor categoría científica, como el de investigador científico o profesor de investigación, que suele recaer en hombres pese a que en las universidades ellas ya son mayoría.

«En mi sector concretamente nosotros hacemos campañas oceanográficas, entonces si tienes niños pequeños, las dificultades que tú tienes para marcharte un mes y medio es tan grande que te impide salir al mar durante un mes». Por ello, muchas mujeres acaban abandonando su carrera científica, un descuelgue al que se le ha denominado como «la tubería que gotea», por todas aquellas mujeres que se quedan por el camino por la imposibilidad de compaginar la investigación con su vida personal.

Para la patinadora Natalia Baldizzone, campeona de Europa y del mundo con 22 años, la conciliación no es aún un problema del presente pero sí una inquietud del futuro, sobre todo en una profesión que tiene la treintena de edad como fecha de caducidad.

Natalia Baldizzone Número 1 mundial patinaje artístico | GREGORIO MARRERO

Natalia Baldizzone, Número 1 mundial de patinaje artístico: «En el deporte, y además en el que yo practico que es minoritario, siempre me han dicho que estaba loca, que dejara el deporte y me centrara en estudiar. Parece que hay más barreras de las que una misma se plantea». / Gregorio Marrero

«Siempre se comenta entre nosotras que tener un bebé, quedarte embarazada, supone el fin de la carrera deportiva. Así que se deja para cuando una se retira. Tengo compañeras que han tenido los bebés al momento de la retirada, normalmente al año siguiente ya los tienen», cuenta la deportista, que va a terminar este año el grado de Educación Primaria, una opción que tampoco descarta como salida profesional, aunque tiene claro que estará todo lo ligada al deporte que pueda.

Baldizzone insiste en que si los deportes minoritarios tienen difícil hacerse un hueco, lo es más aún si son femeninos, por lo que pide visibilidad. «Lo primero es darle mayor visibilidad, los deportes minoritarios y los femeninos están infravalorados en cuanto a medios, cuanto más medios más repercusión y afición tendrá por lo que se podrán tener referentes que podrán tener las niñas nuevas para practicar estos deportes».

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