Las paradas biológicas colocan en máximos históricos la pesca de la gamba en la Costa del Sol

La flota malagueña de arrastre está en claro peligro de extinción. Como la del resto de España, sí. Pero esto no quita que entre tantos nubarrones no haya rayos de luz para uno de los sectores pesqueros que más limitaciones recibe año tras años por parte de Bruselas. Por ejemplo, la paradas biológicas y la reducción de la actividad durante algunos periodos en plena pandemia han disparado la producción de «gambas del terreno», las que se comercializan como de la Costa del Sol en las lonjas de la provincia.

Ayer, dos de los armadores que aún se esfuerzan por mantener la tradición heredada de sus padres en el puerto de Caleta de Vélez, el más productivo de todo el Mediterráneo andaluz, expresaban que la parada de un mes que comenzará el próximo 1 de mayo se desarrollará con moderado optimismo. «Estamos ante un buen año, por la abundancia de gambas», matizaba uno de los trabajadores mientras recogía sus pertenencias ya de camino a casa.

Pero a renglón seguido aludía a factores que ya han expresado a través de estas mismas páginas portavoces del sector como la actual presidenta de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Málaga y vicepresidenta de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Mari Carmen Navas. «Los gastos se han disparado en el último año. No sólo arrastramos pérdidas desde el estallido de la guerra en Ucrania, cuando se disparó el precio del combustible. También tenemos cada vez más limitaciones por parte de Europa», agregaba a pie de lonja otro pescador.

Defensa de la flota de arrastre

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha subrayado esta semana la defensa que tiene previsto formular ante Bruselas sobre los intereses de la flota de arrastre: «Es un sector al que no se puede demonizar. España defiende la sostenibilidad de sus mares y océanos, algo que es perfectamente compatible con la rentabilidad de esta actividad».

Los pescadores confían en que para esa «estrategia de supervivencia» sirva el periodo en el que España esté por quinta vez al frente de la Presidencia de la Unión Europea, del 1 de julio al 31 de diciembre de este año. Para los armadores el denominado «Plan de acción para la conservación de recursos pesqueros y protección de los ecosistemas marinos», que aún está en fase de discusión, según argumentaba Planas en el Senado, «debe dar lugar a una normativa comunitaria que no lleve al desguace a la flota de arrastre».

Estado del arrastre en Málaga

La provincia de Málaga alberga menos de medio centenar de embarcaciones de arrastre, sobre un total de 800 buques que en este sector faenan en el conjunto del caladero nacional. Es apenas el 10% de la actividad de la flota española, pero directa o indirectamente dan empleo a más de 5.000 familias en el conjunto del país.

La actividad de estas embarcaciones ya está sometida a restricciones en determinadas zonas pelágicas o semipelágicas, como alegan los armadores. Bruselas no tiene en cuenta, a juicio de los mismos, «el modelo de sostenibilidad del que todos nos sentimos muy orgullosos. El ministro matiza que la flota española «ha alcanzado el rendimiento máximo sostenible un año antes de lo exigido por la legislación y practica desde el primer momento la obligación de desembarque».

Asimismo, diversos organismos internacionales, como por ejemplo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o el Tribunal de Cuentas Europeo, señalan a España «como ejemplo en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada». Planas considera que la pesca extractiva y la industria transformadora son «el sector que, en la producción de alimentos, mantiene el menor impacto en la huella de carbono».

Suscríbete para seguir leyendo