Crónicas de la ciudad

El Plan Litoral y el futuro del Parque de Málaga

Si se realiza, el Ayuntamiento debería repasar el informe de la Academia Malagueña de Ciencias sobre posibles efectos muy negativos en el Parque, para tratar de evitarlos

El Parque, en marzo 2007, tras su remodelación.

El Parque, en marzo 2007, tras su remodelación. / JAVIER ALBIÑANA

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Si entre dos puntos la distancia más corta es la línea recta, entre dos presupuestos nuestro Ayuntamiento suele tener querencia por el más caro con diferencia. 

Esto es al menos lo que hemos podido comprobar con el plan de reforma del río Guadalmedina: en lugar de llevar a cabo la renaturalización que proponía Ecologistas en Acción, un plan diseñado por el mismo responsable de la exitosa renaturalización del río Manzanares, que habría costado 4,5 millones de euros -sufragados en un 95% por el Gobierno central pero en realidad, por la UE- nuestro Consistorio ha optado por un proyecto de unos 250 millones de euros. Si los peces no son de plata sufriremos una decepción.

El famoso Plan Litoral va en la misma línea de una gran producción de Hollywood porque, olvidado el veterano proyecto de una ‘alfombra mágica’ que uniría la plaza de la Marina con el Puerto, ahora pasamos a una propuesta que costaría, según anunció esta semana el Ayuntamiento, 391 millones de euros aunque la oposición socialista eleva la cifra a 600. 

Presupuestos aparte -será por dinero público- hace 23 años, cuando ya coleaba el excavar un túnel bajo el Paseo de los Curas, la Academia Malagueña de Ciencias realizó ‘gratis et amore’ un informe que aún hoy tiene plena vigencia. 

Aunque nuestro alcalde tiene por asentada tradición ignorar a todo tipo de expertos salvo si coinciden con sus planteamientos, haría muy bien en tener presente este documento por la supervivencia de nuestro centenario Parque

Porque esta obra será extremadamente delicada por la vecindad con esta joya botánica y como advertía el informe se corren dos riesgos: la llegada de este túnel podría secar el Parque, ante la interrupción total o parcial del acuífero que lo nutre, que se toparía con una suerte de muro a perpetuidad, sin olvidar el riesgo de entrada de agua del mar durante las obras, algo que podría pudrir los árboles, al igual que si el túnel provoca la elevación de los niveles freáticos.  

Visto el legendario apaño perpetrado en el espaldón de dique de Levante, una chapuza marinera que de momento costará unos 6 millones enmendar -será por dinero público-, no vendría mal ser cuidadosos.

Por eso, no está de más advertir a nuestros cargos públicos de que de llevarse a cabo el ingente Plan Litoral es su obligación estar vigilantes, porque cualquier error de cálculo, cualquier pícaro recorte de costes podría tener consecuencias irreparables para el Parque de Málaga.

Si nos va a costar un riñón y parte del otro, las precauciones técnicas deberían ser absolutas. 

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