Economía

Málaga recupera su economía preCovid pero con el lastre de la incertidumbre y la inflación

Tres años después del inicio de la pandemia, hay más empresas y trabajadores que entonces - Los precios han subido estos años más del doble que los sueldos - Empresarios, sindicatos y economistas destacan el dinamismo provincial, pero constatan las dificultades de familias y empresas y prevén bajada del consumo

Clientes en una terraza de un establecimiento de hostelería en Málaga.

Clientes en una terraza de un establecimiento de hostelería en Málaga. / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

Tres años después del estallido de la pandemia, que además de la tragedia en pérdida de vidas supuso una debacle económica, la provincia de Málaga ha repuesto por completo su tejido productivo y cuenta ya con más empresas y empleo que en la era preCovid, aunque en un entorno, el de ahora, sin duda mucho más turbulento, caracterizado por una altísima inflación y la incertidumbre que generan acontecimientos globales como la guerra de Ucrania o, ahora, el terremoto financiero propiciado por la caída del banco Silicon Valley Bank (SVB). Empresarios, economistas y sindicatos coinciden en que la pujanza y el dinamismo de Málaga han ayudado a paliar la crisis del Covid, aunque advierten del lastre que sigue arrastrando la actividad.

De hecho, se prevé que el PIB crezca este año sólo un 1,3% a nivel nacional y andaluz (Málaga suele estar siempre alguna décima por encima), según las estimaciones de Funcas. Es una tasa baja pero que, en todo caso, serviría para restablecer a cierre de 2023 el nivel de producción de los tiempos prepandemia, tras haber crecido la economía también un 5,5% en 2021 y un 5,4% en 2022.

"Tras la intensa recuperación registrada el año pasado, todas las regiones se desacelerarán en 2023 por el impacto de la inflación", avisa Funcas.

Por repasar las cifras principales que dibujan la situación actual, Málaga cuenta ahora mismo con 56.171 empresas de alta en la Seguridad Social (el dato es de febrero), un volumen que ha superado ya al que había justo antes de la irrupción del Covid (no se alcanzaban las 56.000 empresas). De hecho, el tope histórico de firmas en esta estadística se dio este pasado verano de 2022 con 57.119 en el mes de julio, una cota que, previsiblemente, volverá a alcanzarse, e incluso a superarse, esta próxima temporada estival (la época del año donde hay más empresas activas).

Cabe recordar que la brutal irrupción de la pandemia, que obligó a parar durante los primeros meses toda la actividad no esencial, redujo la cota de empresas por debajo de las 50.000 firmas. Todo ese tejido, afortunadamente, no desapareció, sino que paralizó de forma temporal su cotización como empleadores a la espera de que volviera a reanudarse poco a poco la actividad, según ha recordado en varias ocasiones la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).

En cuanto al empleo, la evolución es todavía más significativa: la provincia cuenta ahora mismo con más de 662.000 afiliados a la Seguridad Social, que son ya 43.000 más de los que había en el momento en que se declaró el Estado de Alarma y, además, el mejor dato histórico para un mes de febrero. Al igual que en el caso de las empresas, las cifras de empleo también sufrieron mucho en los primeros compases de la pandemia: el número de trabajadores cayó a los 577.000 y, de ellos, más de 120.000 estaban en realidad inactivos, cobrando los famosos ERTE activados por el Gobierno para paliar el tremendo descalabro de actividad que padeció la economía. El empleo comenzó a recuperarse de forma clara a mitad de 2021. La tasa de paro en Málaga es del 19%, similar a la que había en el arranque la pandemia.

Inflación y salarios

Pero aunque Málaga haya repuesto en cifras la dimensión de su tejido productivo, el contexto para empresas y trabajadores resulta actualmente mucho más complicado que hace tres años. El factor más decisivo es, seguramente, la escalada de la inflación, que empezó a desbocarse en 2021 por los problemas de suministros que la pandemia dejó en el comercio mundial y que terminó de desatarse a raíz de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022.

Recapitulando, el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha subido en Málaga un 11% de forma acumulada desde que estalló la pandemia, mientras que los salarios han crecido en el mismo periodo tan sólo un 4,3%, según el sindicato CCOO. El hecho de que la inflación duplique la subida de los sueldos de los trabajadores ha deteriorado, lógicamente, las economía familiares, según vienen recordando tanto CCOO como UGT. La cesta de la compra (alimentos y bebidas no alcohólicas) es ahora mismo el factor que más preocupa, después de que se haya encarecido más de un 17%.

El secretario general del sindicato CCOO en Málaga, Fernando Cubillo, valora que la provincia haya recuperado su actividad pero recuerda que la inflación y los bajos salarios están impidiendo que esa mejora se traslade a la población. "El crecimiento no es siempre progreso para todos. Hay precariedad de todo tipo entre miles de malagueños que siguen teniendo menor poder adquisitivo que en 2007, antes de la gran crisis económica", apunta.

Hipotecas que suben 350 euros al mes por el aumento de tipos

Otro gran impacto para la economía de las familias ha sido la escalada del Euríbor por las subidas de tipos aplicadas desde la primavera de 2022 por el Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación. En los últimos meses, las revisiones anuales de las hipotecas a tipo variable han encarecido las cuotas del orden de más de 250 euros al mes para un préstamo medio de 150.000 euros a un plazo de 25 años con Euríbor y un diferencial del 1% (en el caso de préstamos de 200.000 euros, la cuota puede haber subido más de 350 euros). Es un cambio respecto a la época de la prepandemia, ya que los tipos de interés han estado en niveles históricamente bajos más de una década (desde 2012 a 2021), lo que mantenía las cuotas contenidas. 

La herencia de la incertidumbre

Por su parte, los empresarios realzan el comportamiento económico de Málaga dentro la difícil coyuntura, pero advierten de que la pandemia ha dejado una rémora de "incertidumbre" que lastra el devenir de las compañías. Y sectores clave como el turismo o la agricultura han sufrido un desorbitado incremento de coste de las materias primas (la energía, por ejemplo, subió por momentos un 300%), con la tensión de no repercutir esos incrementos, en la medida de lo posible, a los precios.

"La parte positiva es que la provincia manifiesta su tradicional dinamismo y buen comportamiento, recuperando masa empresarial y de autónomos. El turismo se ha recuperado, la construcción marcha a buen ritmo y también se percibe en el empresariado interés por afrontar proyectos y por exportar", señala la vicepresidenta ejecutiva de la CEM, Natalia Sánchez. El comercio exterior ha sido, precisamente, uno de los baluartes estos años: si cuando empezó la pandemia, Málaga exportaba por valor de 2.244 millones de euros anuales, ahora alcanza unas ventas exteriores de 2.880 millones.

Sin embargo, la patronal advierte de que las subidas de tipos está teniendo como efecto un cierto estancamiento de la economía ya que, por ejemplo, pedir un crédito es ahora más caro, lo que puede disuadir opciones de inversión. Asistiremos así en 2023 a una etapa de ralentización, aunque la CEM confía en que Málaga tenga una tendencia positiva.

En cuanto a las turbulencias desatadas con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), Sánchez no ve riesgo de contagio al sistema financiero español. "No es algo que nos preocupe demasiado. Tenemos mucha confianza en la banca española, con todos los mecanismos de supervisión existentes a nivel europeo", apunta.

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