Crónicas de la ciudad

Estar de Rodríguez en la auténtica calle Rodríguez

En esta calle de Capuchinos se encuentra desde hace años un jardín de aclimatación de plantas de solar en plena expansión creativa

El solar de calle Rodríguez, esta semana.

El solar de calle Rodríguez, esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En el año 1965 el director Pedro Lazaga dirigió la película ‘El cálido verano del Sr. Rodríguez’, en la que José Luis López Vázquez interpretaba al empleado de oficina Pepe Rodríguez, que aprovechaba que la familia se había ido de veraneo para tratar de meterse en líos de faldas.

Un año antes, la expresión «estar de Rodríguez» ya aparecía recogida en el libro ‘Panorama español contemporáneo’, así que por esos años de apertura al turismo ya estaba de moda frase tan famosa.

En Málaga, sin necesidad de optar al peculiar casting de ‘La isla de las tentaciones’, uno puede estar de Rodríguez sin ninguna connotación peliculera simplemente recorriendo la calle de idéntico apellido, por Capuchinos, a dos pasos de la Alameda de Barceló.

Con un apellido tan común, parece que ni el Ayuntamiento conoce quién fue el Rodríguez de calle Rodríguez o al menos no consta en la información de su callejero digital.

En todo caso, podemos tener un atisbo del estado de la zona, antes de la llegada de la calle y del tal Rodríguez, gracias a un solar que estos días es un prodigio de la Naturaleza.

Porque como bien sabemos quienes vivimos en esta ciudad, basta tener un terreno en barbecho, sin que asomen licitaciones por el horizonte, y ya empieza a surgir un atisbo del Amazonas.

En este caso, se trata de ailantos, ricinos y nicotianas en una suerte de ‘jardín de aclimatación de plantas de solar’, que están en tan buen estado de forma que algunas de ellas ya trepan por los cables aéreos, que no pueden faltar en la calle Rodríguez.

Y aunque la parcelita se encuentra vallada, en ella podemos ver una abertura en la misma tela metálica, para dejar espacio a un cuenquito y, suponemos, comida para gatos. Lástima que lo intrincado de la vegetación impida localizar cualquier rastro del minino.

Las Torres de Martiricos desde calle Rodriguez

Las Torres de Martiricos desde calle Rodriguez / A.V.

Resulta un contraste enorme que por esta calle en cuesta que va desde San Juan Bosco a calle Montserrat asomen ya como gigantones de feria las mediocres y anticuadas torres de Martiricos -ya saben, diseñadas para la ciudad de Málaga y la inmensa mayoría de los pisos no tienen terraza-. La diferencia entre esos pisos para personas con cuentas bien nutridas y aseadas y estos modestos andurriales es enorme.

El solar, por la calle Marruecos.

El solar, por la calle Marruecos. / A.V.

Por cierto que como el solar da a dos calles, la vegetación también asoma por la vecina calle Marruecos. De hecho, empieza a caer en una modesta cascada por los peldaños de entrada a la vivienda desaparecida, que por calle Rodríguez tenía un hermoso jardín. Estará de Rodríguez.

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