Crónicas de la ciudad

La iglesia de Santo Domingo se nos va a trozos

Liberada de una absurda pérgola gigante, este Jueves Santo miles de personas podrán comprobar los preocupantes desconchones que adornan la fachada de este BIC

Detalle de los daños en el camarín de Santo Domingo, esta semana, con restos en el suelo.

Detalle de los daños en el camarín de Santo Domingo, esta semana, con restos en el suelo. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Circula desde hace años en las redes una exitosa imitación de don Manuel Ruiz de Lopera, el recordado presidente del Betis, quien, todo él, merecería un estudio antropológico para analizar cómo un prototipo local plagado de clichés puede hacerse carne. 

Don Manuel cuenta un chiste para la radio que, al parecer, él mismo se encargaba de divulgar en la vida real. El chiste detalla la historia del preso que, de forma periódica, visita la enfermería de la cárcel y todos los miembros de los que se duele, el médico termina amputándoselos. Enterado el director de la cárcel, con la mosca detrás de la oreja se va para el preso y le pregunta: «¿Usted no se estará escapando poco a poco, no?».

Es inevitable no acordarse de esta broma carcelaria al contemplar estos días el exterior de la iglesia de Santo Domingo.

Como muchos saben, nuestros miopes cargos públicos, los mismos que han autorizado los altamente mediocres, desfasados e invasivos rascacielos de Martiricos, son los mismos que autorizaron en 2022 una ingente pérgola casi pegada al precioso camarín barroco de la iglesia. 

La pérgola junto al BIC de Santo Domingo, ayer.

La pérgola junto al BIC de Santo Domingo, ayer. / Alfonso Vazquez

A modo de parada gigante de la EMT, la protesta ciudadana de malagueños de todas las ideologías les hizo caer del guindo y recuperar de forma metafórica -por un breve periodo de tiempo y hasta la próxima tropelía digna de Rompetechos- la ‘vista de águila’, con lo que retiraron el artefacto.

Fue un triunfo de la sensatez frente al asilvestrado urbanismo malaguita, el que se destila en una ciudad fundada por los fenicios que casi siempre se amolda al mejor postor.  

Detalle de los daños.

Detalle de los daños. / A.V.

Liberado el monumento de la absurda pérgola, el próximo Jueves Santo miles de personas y bastantes autoridades llenarán la famosa explanada; los más perspicaces, con sólo asomarse a los muros de lo que queda del antiguo Convento de Santo Domingo, Bien de Interés Cultural desde 1998, notarán que algo raro pasa con ellos. 

Otra zona dañada.

Otra zona dañada. / A.V.

En realidad, ya en una foto de 2004 de los archivos de este periódico, mientras se reparaban las cubiertas del templo se apreciaban los primeros desconchones, un proceso que ha ido ‘tomando confianza’ y que hoy es casi un despeñamiento mural, incluida la parte del precioso camarín octogonal. 

Santo Domingo, en 2004.

Santo Domingo, en 2004. / A.V.

Esta semana podían verse restos de desconchones en el suelo, mientras que en otras partes del muro se apreciaba ya la obra original. Puede durar décadas el proceso, pero si nadie lo frena, la iglesia de Santo Domingo podría marcharse del todo. El Jueves Santo comprueben esta fuga a plazos.

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