Educación

El método de la UMA que quiere cambiar cómo se lee en los colegios

«Nos hemos basado en las últimas tendencias del ámbito de la neurociencia y la pedagogía y hemos propuesto un método basado en la creatividad, ‘el storytelling’ y en la investigación: el Aprendizaje basado en historias», explica Enrique Sánchez Rivas, pedagogo, escritor y docente en la Universidad de Málaga, a la cabeza del proyecto - Ya se ha formado en este modelo a 200 profesores en toda la comunidad andaluza y se ha aplicado en centros de compensatoria y difícil desempeño como el Manuel Altolaguirre de Málaga

Alumnos de primero del grado de Educación Primaria de la UMA en el CEIP Manuel Altolaguirre junto al director del centro, Miguel A. Muñoz. | LA OPINIÓN

Alumnos de primero del grado de Educación Primaria de la UMA en el CEIP Manuel Altolaguirre junto al director del centro, Miguel A. Muñoz. | LA OPINIÓN / Rubén Román. málaga

Rubén Román

Los niños ya no leen o, al menos, desde la Universidad de Málaga, así lo han identificado. La competencia lectora se presenta como el mayor reto del sistema educativo español. «La lectura es algo transversal y que es necesario para todo, para Matemáticas, Ciencias Naturales, Sociales, no solo para Lengua», argumenta Enrique Sánchez Rivas, pedagogo, escritor y docente en la UMA a la cabeza del proyecto.

De acuerdo con Sánchez Rivas, la lectura es una habilidad que solo se puede desarrollar realizándola de manera repetida. Por ello, está intentando cambiar cómo se introduce en la literatura a los jóvenes de los colegios e institutos. Concretamente, lo que se pretende cambiar es la metodología con la que se trabajan los libros en el aula. Actualmente se usa una forma de enseñanza que, según Sánchez Rivas, no contribuye a desarrollar el hábito lector, sino que lo socava al hacer que el alumnado lea por obligación. Así las cosas, el principal objetivo de esta nueva metodología es desarrollar el interés hacia la lectura, es decir, conseguir que el alumnado lea por cuenta propia en su tiempo libre.

«Nos hemos basado en las últimas tendencias del ámbito de la neurociencia y la pedagogía y hemos propuesto un método basado en la creatividad, ‘el storytelling’ y en la investigación: el Aprendizaje basado en historias», explica Sánchez Rivas. El docente de la Universidad de Málaga empezó a trabajar en esta nueva técnica cuando aún era maestro, trabajando con distintos profesores de Lengua y Literatura, el nuevo método fue cogiendo forma.

El Aprendizaje basado en historias reestructura los elementos para hacer la literatura más atractiva

¿En qué consiste? El Aprendizaje basado en historias no incorpora nuevos elementos al proceso de enseñanza en la lectura, más bien los reestructura para hacer la literatura más atractiva para los alumnos. En un principio, se intenta generar interés por la historia que se va a leer en clase, no se establecen unos «objetivos» a cumplimentar como ocurre con el método tradicional. De la misma forma, el resultado final del trabajo de los estudiantes no es un ‘powerpoint’ o un examen, es la creación de una historia propia en la que emplearan elementos, tanto estilísticos como narrativos, a los que se habrían habituado con la lectura.

El Aprendizaje basado en historias cuenta con tres fases. En la primera, se trata de establecer una conexión emocional entre el libro y el alumno, se trata de que el alumnado se acerque a la historia a través de actividades interactivas y juegos. El objetivo es generar «inquietud por abrir las páginas» y no convertir la lectura en una obligación. La selección de libros a leer, sin embargo, no es diferente, principalmente debido a razones logísticas. La Junta de Andalucía es la institución que financia el material didáctico en base a lo que estipula el programa educativo, por este motivo, los institutos y los colegios compran determinadas obras en grandes cantidades. Por ello, pese a que cada alumno lea un libro ajustado a sus necesidades sería lo «ideal», no es una posibilidad real que se pueda trasladar a las aulas.

Esto se puede hacer de diversas formas, con pasapalabras, juegos y pequeñas performances, pero la idea es aportar contexto de la obra a tratar para que los alumnos se familiaricen con ellas y empiecen con conocimientos previos.

Lucía Gómez, alumna de la UMA, ha aplicado esta metodología con niños de primaria en el CEIP Vicente Espinel de Ronda y en el Blas Infante de Serrato. En el primero, ambientó una clase con elementos que recordaban a los escenarios de ‘Alicia en el país de las maravillas’ de Lewis Carrol con el objetivo de zambullir a los niños directamente en el libro. Su experiencia con el ABH es satisfactoria: «Los niños se sienten como exploradores dentro del libro, sientes que estás fomentando una lectura más comprensiva».

El ABH propone en su segunda fase una investigación sobre la obra. No en el sentido académico o universitario, sino como una prueba más informal, utilizando recursos tecnológicos con los que los estudiantes tengan mayor margen de maniobra. Estas pruebas se completan en una o dos clases, dependiendo del ritmo al que se vaya y, entre ellas está la tarea de rellenar una ficha de personaje. Conforme el estudiante vaya avanzando en su lectura, tendrá que describir el carácter de un personaje concreto y qué ha aprendido a lo largo de la narración, entre otras cosas.

El nuevo método quiere cambiar la forma en la que los alumnos se acercan a la lectura.

El nuevo método quiere cambiar la forma en la que los alumnos se acercan a la lectura. / L. O.

La tercera fase en el método tradicional es un examen, pero el ABH está orientado hacia la creatividad, algo que según Sánchez Rivas se ha «olvidado» en el sistema educativo. «Los exámenes están más destinados a que te estudies el libro a que te lo leas, cuando te ponen un examen te están preguntado por cuestiones muy concretas», denuncia Sánchez Rivas. «Al final un libro es un producto creativo, vamos a aprovechar eso y que el alumnado aprenda las estructuras y las técnicas para crear historias», indica el docente. Los estudiantes trabajan en equipo para escribir una historia y contarla en clase, una actividad con la que, esperan los docentes, se impulse la creatividad, la cooperación y la comunicación efectiva. Una propuesta que se adaptaría a cada nivel educativo, donde en Primaria se enseñaría la introducción, nudo y desenlace, en Secundaria se abordarían estructuras más complejas, como el viaje del héroe.

«Los profesores no solo están acogiendo muy bien el método, cuando lo llevan a clase, nos dicen que funciona muy bien»

Experiencia en el CEIP Manuel Altolaguirre

«Los profesores no solo están acogiendo muy bien el método, cuando lo llevan a clase, nos dicen que funciona muy bien», explica Sánchez Rivas. «Romper con la enseñanza tradicional, el gran problema del sistema educativo es que hay profesores que siguen enseñando como les enseñaron y esto ha cambiado mucho, la neurociencia ha dado un vuelco muy grande a lo que sabemos sobre cómo se aprende, si no lo aplicamos le estamos dando la espalda a los avances científicos», afirma el profesor de la UMA, que considera la lectura como uno de los puntos claves en los que hay que actuar. Algunos trabajaron con el Aprendizaje basado en historias de manera temporal, pero otros, como el CEIP Manuel Altolaguirre, situado en Palma-Palmilla, se mantiene enganchado al proyecto. Desde el año pasado, el método se ha aplicado en diferentes centros de toda Andalucía y ya se ha formado a más de 200 docentes en el ABH.

Este centro es uno de compensatoria y difícil desempeño que mantiene una relación simbiótica con los alumnos de la universidad. Por un lado, los alumnos de la UMA se forman al preparar los contenidos que van a utilizar los alumnos del colegio, y, por el otro, los alumnos en clase se enfrentan a un contenido amoldado a ellos. «El ABH crea vínculos académicos entre el nivel educativo universitario y el nivel educativo escolar», indica el director del CEIP Manuel Altolaguirre, Miguel Ángel Muñoz.

El pasado viernes, 40 alumnos de Educación Primaria en la UMA acudieron a la biblioteca para seleccionar los libros que van a dinamizar

El pasado viernes 28 de abril, 40 alumnos de Educación Primaria en la UMA acudieron a la biblioteca del centro para seleccionar los libros que van a dinamizar. En el grado que cursan estos alumnos, las prácticas no se pueden realizar hasta segundo de carrera, por lo que en ese sentido, el ABH supone para ellos una primera toma de contacto con los centros escolares. Con este nuevo método se emplean las nuevas tecnologías en clase, en el Altolaguirre, por ejemplo, se aplica con iPads, lo que el director del centro considera «una vuelta de tuerca a la modernidad» que puede contribuir a hacer más ameno el proceso.

El centro consiguió reunir recientemente 32 iPads para sus alumnos, hecho que llena de orgullo a su director. «Estamos aplicando la tecnología educativa, me alegra el hecho de poder darle a los niños lo último, la sociedad no pone a la zona ni a los centros en el sitio en el que se merece». «La mayoría de conocimientos que se tienen se tienen por la lectura, las charlas magistrales están muy bien, pero se aprende leyendo», sentencia.