Medio Ambiente

La lucha por el Bosque Urbano en Málaga llega al cine en forma de documental

Ayer se estrenó en el cine Albéniz ‘La posibilidad de un bosque’, el documental del arquitecto y cineasta malagueño Daniel Natoli que retrata durante dos años el movimiento ciudadano en la parcela de Repsol. El Ayuntamiento no contestó a la invitación para participar

El arquitecto malagueño Daniel Natoli, director del documental sobre el bosque urbano en Repsol, ayer en el cine Albéniz.

El arquitecto malagueño Daniel Natoli, director del documental sobre el bosque urbano en Repsol, ayer en el cine Albéniz. / Alex Zea

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Criado en el barrio de la Luz, en la Carretera de Cádiz, Daniel Natoli (Málaga, 1987) estudió Arquitectura, le sorprendió la crisis económica y tras un periodo en Finlandia se hizo documentalista muy vinculado a la Arquitectura. 

Ayer, en un cine Albéniz lleno hasta la bandera estrenó el documental La posibilidad de un bosque’, el retrato, resumido en una hora, de dos años de actividades de la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga, que lucha por convertir los 177.000 m2 de los terrenos de Repsol en un bosque urbano, frente al proyecto del Ayuntamiento de un parque de 65.000 m2, cuatro rascacielos, espacio comercial y 400 viviendas de protección oficial.

La posibilidad de un bosque’, que ha sido costeada gracias al micromecenazgo, «surge de una inquietud pura y dura por retratar los conflictos urbanísticos de la ciudad», explica Daniel Natoli, que detalla que el documental es el segundo capítulo de una serie de cinco titulada ‘Se vende’ «que trata de cartografiar audiovisualmente los distintos conflictos urbanísticos a través de proyectos especulativos que se generan a lo largo de la Costa del Sol»

Del documental, que confía en que pueda mostrarse en festivales de cine, comenta que «no se plantea como una serie de entrevistas sino que bebe un poco de la tradición del cine directo de los años 60 y retrata el día a día de la plataforma»

Uno de los fotogramas del documental.

Uno de los fotogramas del documental. / La Opinión

Eso sí, la misma marcha de los acontecimientos, con novedades en estos años por las ofertas de las promotoras, los recursos judiciales y otros «giros de guión», le han obligado a compaginar el rodaje con el montaje. 

Daniel Natoli lamenta que pese a sus muchas gestiones, no haya podido recoger el punto de vista ni del alcalde de Málaga ni de otro representante del equipo de gobierno. «Del Ayuntamiento no he recibido una negativa, directamente no he recibido respuesta», señala. 

Para el arquitecto malagueño, la plataforma ciudadana «no es algo que ha surgido ahora nuevo» sino que entronca con las reivindicaciones históricas vecinales de los años 80, ahora retomadas. «Creo que es algo muy bonito porque se compone de perfiles muy distintos que van desde el vecino de base, voluntario, que en su tiempo libre planta y limpia los terrenos hasta académicos, gente de la Universidad y de ámbitos más teóricos que aportan sus reflexiones, necesarias para ofrecer un discurso muy arraigado». 

Otro momento de 'La posibilidad de un bosque'.

Otro momento de 'La posibilidad de un bosque'. / La Opinión

Los dos años como testigo de esta reivindicación le mueven a subrayar que la plataforma «se cuida muchísimo de que le relacionen con algún partido y en ella hay gente que vota a opciones muy diversas porque el ecologismo es un tema transversal». 

Para Daniel Natoli, «los ciudadanos también tienen derecho a gestionar su ciudad, los únicos legitimados no son los políticos, los técnicos de la Gerencia o los poderes económicos»

El documentalista explica que ha querido que ‘La posibilidad de un bosque’ tenga un final, «que de alguna manera no fuera conclusivo». La ‘posibilidad’, para la plataforma ciudadana, también sigue ahí y no cierra la puerta. 

Suscríbete para seguir leyendo