Crónicas de la ciudad
Ilusión en Málaga por un Bosque Urbano de cine
La asistencia el martes al estreno del documental sobre el Bosque Urbano en Repsol fue tan numerosa que parte del público no pudo entrar en el Albéniz
De haber continuado el cine Albéniz un poco más sin abrir sus puertas, la cola de espectadores habría llegado, paradójicamente, hasta el Museo de Málaga, conseguido gracias al tesón de miles de malagueños de todas las ideologías, unidos hace un cuarto de siglo en el movimiento ciudadano ‘La Aduana para Málaga’.
En la tarde del martes se palpó la misma ilusión transversal que no tiene en cuenta la edad, la profesión ni las ideas políticas. El cine Albéniz se quedó pequeño y muchos espectadores no pudieron asistir al estreno de ‘La posibilidad de un bosque’, el documental de una hora de duración del arquitecto y documentalista Daniel Natoli que resume dos años de actividades de la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga, una propuesta que ha calado en asociaciones de todo tipo, colegios, institutos, en la Universidad... porque es sinónimo de salud, bienestar y modernidad en el siglo XXI.
El periodista Guillermo Busutil, en el coloquio posterior lo resumió muy bien: «No se pueden cambiar bidones de Repsol por rascacielos».
Porque frente a la propuesta de la plataforma ciudadana se encuentra la indecencia urbanística defendida a machamartillo por el Ayuntamiento de levantar cuatro rascacielos, un centro comercial y 400 viviendas de VPO, lo que supondrá que una de las partes de Málaga con menos metros cuadrados de zona verde por habitante (La Unión-Cruz de Humilladero sólo tiene 2,26 m2 según datos del OMAU de 2021) se quede sin 100.000 m2 de parque o de bosque.
Repsol, «el mejor espacio productivo de Málaga»
La misma indecencia supone rehuir una consulta ciudadana reclamada por miles de malagueños, por miedo a perderla, y confiar todo al ‘totum revolutum’ de la cita electoral cada cuatro años, así como el inflar los datos del parque resultante tras los rascacielos, que como ha reconocido a esta sección una portavoz popular, no tendrá 80.000 m2 de extensión, como se promete por escrito estos días, sino 65.000. (La primera cifra suma las zonas ajardinadas fuera del parque y qué menos que el enorme área a construir no sea todo cemento).
En el documental, por cierto, aparece una intervención en el pleno del entonces concejal de Medio Ambiente Raúl Jiménez que califica los terrenos de Repsol como «el mejor espacio productivo de Málaga".
La frase y el cargo de quien la pronuncia retratan a la perfección este disparate desarrollista a años luz de las necesidades reales de la parte más masificada de Málaga. Ojalá que los malagueños del siglo XXI logremos un bosque de 177.000 m2 como en su día conseguimos la Aduana.
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