Salud

El Clínico ayuda a dejar de fumar a más de 500 personas cada año

Desde 2016, el área asistencial de Neumología ofrece una consulta de deshabituación al tabaco y la mitad de quienes pasan por ella consiguen dejarlo si mantienen el seguimiento

El tabaquismo es la causa de más del 80% de los casos de cáncer de pulmón. | LA OPINIÓN

El tabaquismo es la causa de más del 80% de los casos de cáncer de pulmón. | LA OPINIÓN / arancha tejero. málaga

Arancha Tejero

Arancha Tejero

El consumo de tabaco es el principal factor generador de enfermedad actualmente en el mundo y la principal causa de muerte prematura evitable en España. Los expertos advierten que se trata de una droga que, si bien no es fácil de dejar, tampoco es imposible. Será necesario eso sí fuerza de voluntad, motivación, cambios en la rutina y, en algunos casos, ayuda farmacológica. Los beneficios son palpables al poco de dejarlo, sin embargo, lograrlo se convierte en una odisea para muchos fumadores, pues el problema no es solo la nicotina, sino todos los hábitos y costumbres que se generan en torno al cigarro.

Para ayudar a los fumadores en este proceso, el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, a través de su área asistencial de Neumología, cuenta, desde el año 2016, con una consulta de Deshábito al Tabaco que ofrece una asistencia completa y personalizada especializada para las personas que deseen abandonar el consumo de tabaco. Cada año, más de medio millar de personas pasan por esta unidad y el 50% logra dejar de fumar si mantiene el seguimiento, según Álvaro Martínez especialista en Neumología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, el responsable de la consulta de Deshábito al Tabaco.

El doctor Martínez insiste en que la motivación y la fuerza de voluntad son dos puntos claves para lograrlo y que hay que aprovecharlas en el momento que se presentan porque «es algo fugaz que puede terminar tan rápido como llega. Por eso intentamos que el acceso a la consulta sea lo más fácil y rápido posible». De hecho, los que no logran dejar el hábito suele ser porque abandonan el seguimiento, apunta el neumólogo.

Si el problema fuese la nicotina, se metería a la gente en la cama del hospital durante tres semanas y saldría como no fumador. La realidad es que la gente sale y vuelve a enfrentarse al mismo café, cerveza o amigos con los que fumaba y vuelve a caer

Cada martes, de manera rigurosa, el doctor Martínez atiende a una media de 20 pacientes. El proceso comienza con una entrevista para conocer los hábitos de la persona. Cuándo empezó a fumar, qué cantidad de cigarrillos al día, si fuman porque le gusta o porque lo echa en falta… A partir de ahí, el procedimiento varía según la persona. Si se trata de un fumador de baja cuantía, lo primero es informar y explicarle cuáles son los perjuicios y porque el momento de dejarlo es ahora que aún no tiene las costumbres establecidas. «Me gusta explicarles por qué se produce la adicción a la nicotina y que realmente no se trata solo de eso, sino de todo el ritual y hábito que se crea en torno al cigarro». Subraya que es en la costumbre y en la importancia de hacer cambios en su vida diaria donde más se debe incidir.

«Si el problema fuese la nicotina, se metería a la gente en la cama del hospital durante tres semanas y saldría como no fumador. La realidad es que la gente sale de su casa y vuelve a enfrentarse al mismo café, cerveza o amigos con los que fumaba y vuelve a caer en sus viejas costumbres», explica el responsable de la unidad, que asegura que nuestros hábitos sociales suponen un gran obstáculo a la hora de dejar de fumar por la gran aceptación social que tiene.

Seguimiento

En el caso de los fumadores que ya son habituales, el procedimiento es diferente. Además de la labor didáctica y de seguimiento, en algunos casos se les asigna tratamiento farmacológico, que desde febrero de este año está financiado por la sanidad pública. El doctor Martínez sostiene que hasta ahora la experiencia está siendo positiva y que para muchos pacientes sirve incluso como motivación para intentar dejarlo, «al saber que tendrán algo de ayuda».

La recaída es parte natural de la historia del abandono del cigarrillo. «Es normal que un paciente recaiga una, dos, tres y las veces que hagan falta, lo importante es que cuando vuelvan, logremos conseguir de nuevo motivarle para que continúe y lo vuelva a dejar». Asimismo, afirma que el síndrome de abstinencia, comúnmente conocido como ‘el mono’, es una realidad y que los pacientes pueden sufrirlo durante las primeras semanas. «Se ve muy claro cuando las personas hacen un vuelo muy largo. La gente que fuma está pálida, sudorosa, nerviosa, con el corazón a mil, náuseas y en cuanto le das un cigarrillo se les ha pasado todo», señala el neumólogo.

Ante esa situación, desde la unidad suelen recomendar que si están con alguna otra alternativa, como los parches o el spray, pueden recurrir a otra dosis o probar a hacer algo de ejercicio físico de intensidad moderada o alta. «Una sentadillas, dar un paseo u otra actividad que les distraiga», ejemplifica el doctor Martínez, que hace hincapié en que lo que hay que evitar es acudir al dulce para tratar de calmar el síndrome de abstinencia. Suele ser la reacción habitual, por el efecto similar que generan, y uno de los motivos por el que las personas cogen peso cuando dejan de fumar.

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