Málaga registra 16 agresiones a médicos en lo que va de año

Reclama más personal y cámaras

Concentración de médicos y sanitarios en la puerta del Hospital Regional  | ÁLEX ZEA

Concentración de médicos y sanitarios en la puerta del Hospital Regional | ÁLEX ZEA / arancha tejero. málaga

arancha tejero. málaga

Hace tres semanas, un hombre intentó agredir a tres médicos del Hospital Clínico de Málaga tras negarse a que lo atendiera una mujer facultativa y exigir más pruebas por no estar conforme con el diagnóstico de los profesionales. Este pasado lunes, los periódicos abrían con un nuevo caso de agresión física a tres sanitarios de Urgencias del Hospital de Ronda. Con esta, ya serían 16 las agresiones a médicos que se han producido en la provincia de Málaga en lo que llevamos de año. Aunque, según el presidente del Colegio Médico de Málaga, Pedro. J. Navarro, esta cifra es tan solo «la punta del iceberg», pues muchos profesionales no denuncian por culpa del impacto que supone o por haberse acostumbrado a convivir con las amenazas o intimidaciones.

Poco queda ya de los aplausos que se les dedicaban al personal sanitario desde los balcones de las casas, que parece que han sido sustituidos por ataques verbales o físicos. El año pasado, en Málaga se registraron 22 agresiones a médicos, una cifra que, según el doctor Navarro, se verá aumentada en 2023 y llegará a superar el medio centenar «si continúa esta tendencia al alza». En tan solo cinco meses ya han tenido lugar 15 agresiones que hayan sido registradas por el Colegio de Médicos y el Sindicato de Médicos de Málaga (SMM), casi el doble de las que se habían dado en los primeros cinco meses del año pasado. Desde el Colegio Médico defienden una política de tolerancia cero y su presidente anima a los profesionales a que, aunque sea solo una amenaza o insulto, deben denunciarlo «porque también es un tipo de agresión la que están sufriendo».

Actualmente, en los análisis de agresiones se hace esta distinción entre agresiones físicas y no físicas. Lo cual, desde el SMM consideran que es un error puesto que el acoso, la intimidación, la humillación y las amenazas son un tipo de violencia psicológica cuyos efectos pueden ir desde el estrés a los daños físicos y/o psíquicos, y que, por lo tanto, tienen la entidad suficiente para ser consideradas por sí mismas agresiones.

Según el Observatorio contra las Agresiones presentado hace unos meses por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), las cifras de 2022 batieron el récord histórico, con 843 acciones violentas comunicadas a los colegios de médicos, lo que significaba un 38% más que el año anterior. De toda España, Andalucía fue la segunda comunidad autónoma, tras Cataluña, en la que se produjo un mayor número de agresiones (117), que tuvieron lugar en su mayoría en centros de Atención Primaria y contra mujeres. De las 22 agresiones que se produjeron el año pasado en Málaga, 14 fueron a mujeres y 8 a hombres.

Preocupación

El doctor Navarro detecta una gran preocupación entre sus compañeros ante este incremento de los actos violentos por parte de sus propios pacientes y sus acompañantes después de la pandemia. «Imagina lo que es ir a trabajar a diario sabiendo que en cualquier momento te pueden insultar, amenazar o pegar», destaca Navarro. Subraya que es «inadmisible» y que, por desgracia, en la sociedad cada día hay una mayor falta de valores y de respeto a la autoridad y, sobre todo, «al médico de atención primaria y de urgencia, que está totalmente desprotegido ante el paciente».

Y es que una simple puerta es lo único que separa la sala de espera del consultorio. «El paciente entra y, a lo mejor, debido a que ha tenido que esperar mucho tiempo, a que no se le ha dado número o bien porque no se le ha recetado lo que él quería, culpa al médico de todo lo que está ocurriendo y le insulta, amenaza o agrede», explica el presidente del Colegio, que apunta que ante este tipo de personas es muy difícil poder reaccionar y tratar de convencerlo.

Por todo esto, el presidente del SMM, Antonio Martín, insiste en que es necesario aumentar la seguridad de todos los centros e invertir en prevención para tratar de evitar estas agresiones que amenazan con ir a más. «Al igual que todas las administraciones, locales, autonómicas y estatales, pedimos cámaras de seguridad en todas las zonas comunes y pasillos, no solo en las entradas y salidas de los centros de salud», subraya Martín, que afirma que actualmente son muy pocos los centros que cuentan con sistema de videovigilancia.

Más vigilantes

Asimismo, el doctor Navarro destaca la necesidad de incorporar personal de seguridad en todos los centros de salud, de manera que «si pulso el botón del pánico que tenemos en el consultorio, pueda venir a defendernos alguien con verdadera capacidad disuasoria». A esto, el presidente del SMM añade que las consultas de los centros de salud deben tener siempre comunicación entre ellas para que «no nos puedan acorralar en un lugar sin salida». Insiste en que, si hay voluntad, y se dispone de una inversión, todo se puede arreglar, pues se trata de establecer medidas disuasorias que evitar que se cometan los actos violentos.

Además de estas medidas a corto plazo, el presidente del colegio hace hincapié en la importancia de que todas las administraciones, tanto la sanitaria como la judicial y la educativa, trabajen en conjunto para fortalecer en los niños valores como el respeto a los médicos, mayores e instituciones. En este sentido, Navarro adelantó que recientemente tuvo lugar una reunión entre la Delegación de Salud, policías, colegios profesionales y otras instituciones para poner en marcha una iniciativa que se espera que reduzca las agresiones. «La idea es que la policía nacional, y a lo mejor también la municipal, se den una vuelta en días aleatorios por los centros de salud, para dar seguridad tanto al paciente no agresivo como a los médicos».

El delegado de salud, Carlos Bautista, aseguró que están trabajando para aumentar las cámaras de seguridad y realizar constantes ensayos con los profesionales para que prueben todos los sistemas de seguridad de manera que, «si por desgracia lo necesitan, conozcan los procedimientos a seguir».

Recordó también que en el Plan de Prevención y Atención frente a agresiones a profesionales del Sistema de Salud Público de Andalucía está incluida la figura del interlocutor policial sanitario que se encarga de todo el proceso, para evitar, por ejemplo, que los profesionales se tengan que desplazar para poner la denuncia.