Un horizonte de cuatro años cargado de tareas pendientes en Málaga

La incontestable victoria de Paco de la Torre en sus sextas elecciones municipales le abre la puerta a un séptimo mandato -el primero entró por Celia Villalobos- en el que el regidor deberá hacer equilibrio entre el éxito de Málaga y los problemas derivados de entrar en la liga de las grandes ciudades, como la gentrificación y la turistificación de sus barrios, empezando por el Centro.

La investidura de De la Torre y la conformación de la nueva Corporación municipal se celebrará el sábado 17 de junio y, solo cuatro días después, el regidor estrenará su cargo renovado viajando hasta París donde el Bureau International des Expositions (BIE) decidirá si Málaga resulta elegida como ciudad sede de la Expo 2027 entre las cinco ciudades aspirantes, Minnesota, Phuket, Belgrado, y San Carlos de Bariloche.

O lo que es lo mismo, se dilucidará si este mandato arranca con una importante victoria para la ciudad, en la que están en juego ni más ni menos que 1.400 millones de euros en inversiones públicas más la proyección internacional que otorga tal exhibición o, por el contrario, da un primer paso en falso con una derrota estruendosa y casi personal para De la Torre, principal impulsor de la idea, y que concibe este concurso como la llave para desbloquear una lista importante de proyectos pendientes en la ciudad.

Habrá que ver si los apoyos institucionales, con la Casa Real al frente, así como el compromiso empresarial que gradualmente se ha ido sumando al proyecto consiguen derrocar a un contrincante tan diplomáticamente poderoso como Estados Unidos, así como con una temática, «La Era Urbana: hacia la ciudad sostenible», que el alcalde defiende como la «más urgente» y de «más actualidad», pero que ha encontrado detractores entre los propios malagueños por considerar que el Consistorio no es ejemplo de sostenibilidad, entre otras cosas, por su oposición al proyecto ciudadano del Bosque Urbano entre los distritos de Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero.

Con Expo o no, la ciudad sigue arrastrando proyectos mandato tras mandato como es el caso del Guadalmedina, con dos décadas a la espera de una solución que para el regidor pasa por la creación de puentes-plaza sobre el río, con una inversión cifrada en 200 millones, frente a las voces, por ejemplo, de Ecologistas en Acción, que piden una renaturalización del lecho.

El auditorio de la música, en la plataforma de San Andrés, es una de las infraestructuras frustradas, en parte, por la falta de acuerdo entre el Consistorio y el Puerto, propietario del suelo, y que De la Torre espera ver impulsada con la Expo, por la necesidad de aumentar el espacio congresual. En la misma línea, se plantea la ampliación del Palacio de Ferias y Congresos, para lo que el presupuesto de 2023 reserva una partida de 1,2 millones de euros o el propio Plan Litoral para soterrar el tráfico.

Se esperan importantes cambios en el entorno de la plaza de la Merced con la construcción del Neoalbéniz, así como un centro de danza y artes escénicas en los terrenos de los antiguos cines Astoria y Victoria, especialmente ahora que De la Torre se deshace del rechazo de la que ha sido concejala de Cultura en los últimos cuatro años, Noelia Losada, fuera del Consistorio tras perder Ciudadanos toda representación. PSOE, Izquierda Unida y Podemos están en contra.

La rehabilitación de la Alcazaba y proyectar su conexión con Gibralfaro a través de la Coracha Terrestre también esperarán a ver la luz en estos cuatro años. En la Málaga Este, aguardan las reformas de los paseos marítimos de El Palo, Pedregalejo y la renovación de los Baños del Carmen y su entorno.

Torre del Puerto

Los resultados del 28M despejan por completo los últimos pasos en la tramitación de la Torre del Puerto, el hotel rascacielos que se pretende instalar en el Morro de Levante y que ha suscitado un importante rechazo ciudadano.

Con la mayoría absoluta, el Partido Popular se asegura la aprobación de la modificación del plan especial del Puerto, que dotará de uso hotelero a ese suelo portuario, permitiendo la construcción del hotel. Los populares se han visto solos en este mandato en la defensa del hotel -Vox también se opone- que ya cuenta con el informe ambiental de la Junta, por lo que solo queda agotar los trámites en el Consistorio para elevarlo al Consejo de Ministros.

Será el Gobierno central el que dé el sí definitivo al proyecto, para lo que habrá que esperar con toda probabilidad a los resultados del 23 de julio, cuando los españoles volverá a acudir a las urnas en unas elecciones generales anticipadas.

La demanda de vivienda de lujo en Málaga capital sigue creciendo y normaliza precios por encima de los 4.000 euros el metro

Emancipación de los jóvenes vs. viviendas turísticas

Más allá de los grandes proyectos de ciudad que esperan desarrollarse en los próximos cuatro años, el principal problema al que se enfrentan los malagueños y malagueñas es la imposibilidad de acceder a la vivienda en Málaga, con precios desorbitados y una falta de oferta asequible frente al desarrollo de nuevas promociones de lujo como son las Torres de Martiricos, Repsol o las Málaga Towers.

Ante este problema, Paco de la Torre defiende su plan municipal de vivienda, que consiguió aprobar en pleno en el último mandato y que prevé la construcción de 8.900 viviendas, de las que 4.100 son VPO. 

El grosor de la inversión, cerca de 1.400 millones de euros, recaerá sobre el sector privado, que aportará 932 millones, seguido de la Junta y el Estado, 383 millones en total, además de 84,7 millones de euros de las arcas municipales. 

La regulación de las viviendas turísticas, su proliferación por los barrios así como la masificación del entorno del Centro es otro de los grandes conflictos de la ciudad, con el problema del ruido que sigue afectando a zonas residenciales como el Centro, Teatinos, el Romeral y ahora también Huelin, donde ya se han iniciado los estudios para determinar si se declara como zona ZAS, esto es, acústicamente saturada.

De la Torre espera contar con un marco regulatorio autonómico que permita implantar una tasa turística en la ciudad -se cobrará por turista y día alojado en un hotel- y, en cuanto a los alquileres vacacionales, espera controlarlo creando una «tasa de solidaridad» que se aplicará a los propietarios de más de dos pisos turísticos.