La UMA a fondo

«La Escuela de Industriales es un polo de atracción muy fuerte de empresas»

Este centro de la UMA vive un excelente momento, tanto por la elevada demanda de sus grados como por la alta inserción laboral, según su director, Alejandro Rodríguez

La Escuela de Ingenierías Industriales de la UMA, en la ampliación del campus de Teatinos.

La Escuela de Ingenierías Industriales de la UMA, en la ampliación del campus de Teatinos. / La Opinión

Ocho títulos de grado y tres dobles grados, además de siete másteres y dos dobles másteres conforman la potente oferta académica de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga. Títulos que se encuentran entre los más demandados de la UMA, ya sean los que exigen más de un 12 para acceder, como aquellos cuya nota de corte está en el 5. Son estudios difíciles pero con un altísimo grado de inserción laboral. Así lo corrobora el director de la Escuela, Alejandro Rodríguez, que subraya que la «buena salud» de este centro universitario no es habitual hoy en las Escuelas de Ingeniería Industrial, por lo que tiene más valor aún.

Siete años después de la unión de la Escuela Politécnica Superior y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial, se ha podido constatar que este paso ha dado más fortaleza a Industriales y que ser un único centro «supone una ventaja sustancial», como apunta su director.

Tras esta integración, Industriales se convirtió y sigue siendo el centro con más alumnos de la UMA, al superar los 4.000 y el que oferta más plazas de nuevo ingreso, más de 750, que prácticamente quedan cubiertas en la primera convocatoria.

Industriales acogió hace dos semanas a alumnos de Primaria y Secundaria participantes en la Feria Andaluza de Tecnología, Fantec.

Industriales acogió hace dos semanas a alumnos de Primaria y Secundaria participantes en la Feria Andaluza de Tecnología, Fantec. / La Opinión

«Quizá la tradición y reconocimiento de nuestros estudios y la pujanza creciente de Málaga en sectores tecnológicos está haciendo que la demanda sea sostenida en el tiempo», indica el también profesor Alejandro Rodríguez.

La mejor prueba de que su oferta académica es la que el sector demanda es que las propias empresas o la agencia IDEA de la Junta de Andalucía recurren a esta Escuela para buscar profesionales. De hecho, el propio centro actúa como «polo de atracción» de empresas, asegura su director.

«Muchas veces son empresas extranjeras que terminan poniendo una sede en el Parque Tecnológico, atraídas por el Know-how que proporciona la Escuela de Ingenierías», comenta.

Esto hace que el grado de inserción laboral de sus alumnos esté cercano al 90% y la mayoría encuentre trabajo en el primer año tras terminar sus estudios. Por ello, en los estudios de empleabilidad que realiza la UMA, Industriales aparece siempre en los puestos más altos.

Además de la alta exigencia teórica, en estos grados tiene mucha importante la práctica. Actualmente, hay una asignatura de prácticas curriculares y en este curso son 77 los estudiantes que están desarrollándola. No obstante, son unos 450 en total los que están inmersos en prácticas extracurriculares.

Los grados más demandados son Electrónica, Robótica y Mecatrónica; Diseño Industrial y Desarrollo del Producto y el doble grado en Ingeniería Eléctrica-Mecánica. Aunque también sigue triunfando un «clásico», el de Ingeniería Mecánica.

Alejandro Rodríguez, director de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga.

Alejandro Rodríguez, director de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga. / La Opinión

Dobles grados muy consistentes

Sobre los dobles grados, Alejandro Rodríguez opina que, al menos en esta Escuela, «no van a ser una moda, sino que se van a sostener en el tiempo». Y pone el ejemplo de la formación «tan potente» que supone el citado doble grado en Ingeniería Eléctrica-Mecánica, que da a los estudiantes «una formación integral muy importante en dos ramas de conocimiento muy diferentes, lo que después les supone unas posibilidades tremendas».

En cuanto a la formación de postgrado, este curso han estrenado el Máster en Ingeniería Mecánica Avanzada, con 25 plazas y que da continuidad a uno de sus grados más demandados, el de Ingeniería Mecánica, aunque se puede acceder desde otros títulos.

La oferta académica es muy potente, pero Alejandro Rodríguez cree que habría que hacer una revisión de los planes de estudio y confía en iniciarla al menos antes de concluir su mandato, a finales de 2024. Este es un proceso largo, sobre todo la implantación, con una parte burocrática compleja, por lo que no estamos hablando de cambios inmediatos.

«Son títulos que todos gozan de muy buena salud, no hay ninguno que peligre, pero toca repensarlos», afirma al argumentar que ahora todo cambia muy rápido y que además estos títulos son ‘herederos’ aún de las dos escuelas anteriores y habría que adaptarlos a la realidad de la nueva Escuela.

Lo que no cambiará será la exigencia que requieren estos estudios, que Alejandro Rodríguez defiende como algo positivo. «Que haya una exigencia es positivo y más en una universidad pública (...). Si disminuimos esa exigencia, al final creo que vamos a devaluar los títulos. Es mi percepción particular», manifiesta.

Cuando se aborda el tema del grado de abandono en la Escuela de Industriales, que está en torno al 25%, afirma que les preocupa y se están llevando a cabo acciones de mejora. Sin embargo, puntualiza que siempre va a haber asignaturas difíciles y que lo que les interesa es detectar cuando hay «desviaciones importantes y una queja sustancial de los estudiantes. Ahí percibimos que hay un problema y actuamos», comenta.

Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga.

Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga. / La Opinión

Muchas opciones de movilidad

Cada año, más de 200 estudiantes de Industriales, un 5% del total, aproximadamente, optan por un programa de movilidad nacional o internacional, lo que Alejandro Rodríguez asegura que es un «importante complemento a su formación», además de impulsar su empleabilidad.

De hecho, son muchos los alumnos que reciben ofertas de prácticas o laborales en empresas de los países en los que realizan la movilidad, siendo Suecia uno de los principales ‘aliados’ en este sentido. «En Suecia tienen una universidad con un sector productivo de industria alrededor muy fuerte. Nuestros estudiantes van allí y muchos se quedan», explica.

El que los estudiantes de Ingenierías estén tan demandados por las empresas tiene un efecto colateral menos positivo: los problemas para encontrar becarios que se integren en los numerosos grupos de investigación existentes en esta Escuela.

«Hay unos grupos de investigación muy fuertes que están demandando estudiantes de los últimos cursos, pero se están viendo en dificultades para incorporarlos», reconoce Rodríguez, que alude a la ‘competencia’ que supone el sector privado en este sentido.

No obstante, destaca el alto nivel de la investigación en este centro de la UMA, con una intensa participación en proyectos europeos y con la presencia de investigadores de la rama de Industriales «entre los más influyentes del mundo, según un estudio realizado por la Universidad de Stanford».

Como parte de los servicios que ofrece Industriales se acaba de inaugurar el nuevo laboratorio de Impresión 3D y Prototipado, que depende de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación, del Vicerrectorado de Investigación.

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La brecha de género aún es una realidad en los grados de Ingenierías Industriales, con una proporción de un 74% de alumnos por un 26% de alumnas. Sin embargo, el director de la Escuela, Alejandro Rodríguez, subraya que estas cifras ya suponen un «crecimiento importante y sostenido de chicas». De hecho, hay títulos como el de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en el que la presencia de mujeres es mayor que la de hombres, con un 56% frente a 44%, y otros donde la paridad está cada vez más cerca. Rodríguez opina que «es cuestión de tiempo que los números se equilibren», aunque hay que continuar con acciones que aceleren este proceso como el Campus Tech de chicas UMA que se celebra cada año en Industriales, Telecomunicación e Informática. En el caso de Industriales, este año el curso está dirigido a menores de entre 13 y 16 años, y tendrá lugar del 3 al 14 de julio, de 9.30 a 13.30. Es gratuito y cuenta con 30 plazas.

Estas instalaciones cuentan con impresoras 3D que formaban parte del Taller de Mecanizado, y al que se han incorporado también equipos del Ibima, del Área de Ingeniería Mecánica y de la propia Escuela, «constituyéndose en un espacio colaborativo para prestar sus servicios a la comunidad universitaria y al sector productivo».

Según explica Alejandro Rodríguez, el objetivo es trasladar todo el Taller de Mecanizado, que se encuentra en Málaga TechPark, pero la falta de espacio en la Escuela es actualmente un escollo insalvable.

Con 50 grupos de docencia y ningún aulario cercano, el edificio de Industriales se encuentra al completo durante toda la jornada.

«Aquí hay una necesidad perentoria de espacio. Los responsables de la Universidad lo saben y hay un proyecto que estaba incluido en los planes plurianuales», recuerda el director, que confía en que con la ampliación del edificio se puede trasladar el taller completo. Mientras, el laboratorio que acaban de estrenar ya supone una excelente noticia y «hace más potente aún» la oferta de la Escuela.