Crónicas de la ciudad

El otro ‘barrilito’, en el corazón de La Luz

En la plaza de Limeño no deja de engordar un hermoso ejemplar de palo borracho, quién sabe si con la intención de llegar a la hermosura del original frente al Puerto

El palo borracho de La Luz, el pasado domingo.

El palo borracho de La Luz, el pasado domingo. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Los vecinos más antiguos de La Luz recuerdan cómo, mientras el barrio se iba levantando a finales de los 60, convivieron durante un tiempo con una vaquería, pues los terrenos de esta gran urbanización pertenecieron en su día a dos hermanos santanderinos que compraron un antiguo cañaveral de caña de azúcar para sus vacas, con las que nutrían de leche a los malagueños

Como alguna vez hemos comentado, fue Luis García Ruti, uno de los dueños de la constructora Genco, quien escogió el nombre de La Luz para el barrio he hizo lo mismo con el Jardín de la Abadía y Las Delicias

Lástima que esa proximidad con el campo no se reflejara más en el número de zonas verdes, pues dado el gran número de vecinos, La Luz tiene una cantidad bastante parca. 

Eso sí, pese al escaso número podemos encontrarnos alguna agradable sorpresa botánica. Así, si se dan una vuelta por la plaza de Limeño, que homenajea al banderillero peruano Manuel Jiménez, descubrirán un ejemplar que seguramente les recordará otro famoso árbol aunque en sus tiempos mozos. 

Porque en esta plaza en la que La Luz busca el desahogo se encuentra un árbol que puede evocarles el conocido ‘Barrilito’, el veterano palo borracho de flores amarillas plantado en los años 50 del siglo pasado en los que desde 2007 se conocen como los Jardines de Alfonso Canales

Cierto que el Barrilito es hoy un árbol espectacular henchido de sí y que se ha convertido en una atracción botánica, pero también es verdad que tiene más años que el palo borracho de La Luz, que por cierto luce flores rosas. 

Detalle del tronco y la verja de protección.

Detalle del tronco y la verja de protección. / A.V.

Por lo demás, llama la atención que el árbol de la Carretera de Cádiz cuente ya con una verjita perimetral para proteger el tronco de enormes pinchos y proteger a los niños de algún posible trompazo. Así lució el Barrilito hasta 2009. La expansión del tronco, a tono con la del Universo, aconsejó eliminar un sistema de protección que iba a terminar por estrangular al arbolito. Tras su eliminación, el ejemplar quedó más expuesto a los vándalos y hace varios años que luce la pintada de algún majara congénito.

Detalle de la copa, con la colgadura.

Detalle de la copa, con la colgadura. / A.V.

Para compensar, el ‘barrilito’ de la plaza de Limeño lucía el domingo pasado los restos de una persiana en su copa. Alguna ventolera natural o incluso vecinal.

El caso es que en el corazón de La Luz ya se está fraguando lo que parece un segundo Barrilito, algunos lustros más joven que el de Alfonso Canales. Denle tiempo e igual nos llevamos una sorpresa. 

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