La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, puso en valor ayer, durante la I Jornada de Trastorno de la Conducta Alimentaria celebrada en Granada, el impulso del Gobierno andaluz en la atención a la salud mental afirmando que «es una prioridad» y que cada «cada vez hay una atención más especializada» ante estos desórdenes alimenticios.
En concreto, se refirió a la anorexia y la bulimia nerviosa que, en ocasiones, requieren de hospitalización para atajar la desnutrición, además de afrontar el resto de las causas y consecuencias que provocan estas patologías. «No sólo en las propias personas que las sufren, sino también en su entorno», incidió.
Catalina García informó en su intervención de que las dos unidades de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) que existen actualmente en Andalucía -en marcha en 2020-, una en Granada y la otra en Málaga, atendieron en 2022 un total de 677 ingresos (121 en el Hospital Virgen de las Nieves y 556 en el Regional de Málaga), y 20.013 citas (10.140 en Granada y 9.973 en Málaga).
Un servicio muy necesario
«Estas cifras, que representan a personas y familias que sufren por estos trastornos, son la mayor prueba de que este servicio, de que estas unidades, son absolutamente necesarias». «Estas unidades ofertan a la población andaluza una labor colaborativa para tratar estas patologías de forma homogénea y más específica, sobre todo de casos complejos que no puedan ser atendidos por sus equipos habituales de referencia», continuó.
Al hilo de esto último, explicó que las unidades trabajan en la atención (detección, evaluación, abordaje terapéutico y seguimiento) de las personas que demandan asistencia por signos o síntomas de TCA en cualquiera de sus variantes -anorexia nerviosa (AN) o bulimia nerviosa (BN)-; sin límite de edad; basadas en los principios de buena práctica y fundamentadas en la coordinación entre profesionales de Atención Primaria, Pediatría, Salud Mental, Endocrinología, y Medicina Interna.