Medioambiente

Málaga interpone casi 800 denuncias por ruido en lo que va de año

Las calles donde más actas se levantan son Granada y Alcazabilla en el Centro, Jara en la Trinidad, Plutarco en Teatinos o Tomás Echeverría en Huelin

Varios aficionados del Rangers escocés, en la zona centro de la capital de la Costa del Sol. | ÁLEX ZEA

Varios aficionados del Rangers escocés, en la zona centro de la capital de la Costa del Sol. | ÁLEX ZEA / ana i montañez. málagaaim

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

En lo que va de año, el Ayuntamiento de Málaga ha interpuesto casi 800 denuncias -772 actas de enero a junio- a personas por generar ruido en la vía pública o desde sus propias viviendas, haciendo imposible el descanso de los vecinos.

El dato se extrae de los balances que publica semanalmente el Área de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga sobre el incumplimiento de las ordenanzas frente a la Contaminación por Ruidos, Vibraciones y otras formas de Energía así como para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Urbano.

En relación a las denuncias por vulnerar la ordenanza contra la contaminación acústica, la Policía Local levantó actas por cantar o proferir gritos en la vía pública, por hacer ruido excesivo dentro de sus viviendas o por emplear aparatos de música, instrumentos musicales o amplificadores en la calle. En los primeros seis meses del año se han llegado a hacer 61 incautaciones.

En cuanto a las calles donde más se concentran las denuncias, destacan las calles Granada, Alcazabilla, Molina Lario o San Agustín, además de las plazas de la Constitución, la Marina, los Cristos o del Obispo en el Centro.

Otra calle polémica es Jara en la Trinidad, Tomás de Echeverría en Huelin o la avenida Plutarco en Teatinos.

Establecimientos

Estos balances incluyen también denuncias a los establecimientos hoteleros que no cumplen con la normativa.

En el mismo período analizado, se ha sancionado a 666 locales por diversos motivos, por ejemplo, por no tener en regla la documentación requerida, por no tener bien aislado el negocio y dejar salir la música al exterior por puertas y ventanas, por ocupación indebida de la vía pública o por incumplir el horario de retirada de la terraza en zonas ZAS.

El ayuntamiento recuerda que las denuncias relacionadas con la contaminación acústica «pueden suponer una sanción administrativa cuyo importe oscila entre los 600 euros, las catalogadas como leves y los 300.000 euros, las consideradas como muy graves».

Y respecto a las relacionadas con la ordenanza de Convivencia Ciudadana la multa es de 300 euros.

«No es la solución»

«Estos informes periódicos y semanales que está continuamente el ayuntamiento publicando es la demostración de que siguen sin solucionar el problema, es la constatación de que no es la solución, porque si lo hubieran solucionado, se habría acabado la publicación de estos partes», explica Carlos Carrera, presidente de la Asociación Centro Antiguo. «Están confirmando semana tras semana el enorme nivel de ruido que hay en el centro».

Los vecinos alertan de que el problema del ruido se está extendiendo del Centro a otros barrios y lo achacan principalmente al ocio nocturno que, recuerda, es incompatible con el uso residencial. «Este tipo de actividades no tienen cabida en zonas de vecinos y residenciales y mientras eso no se solucione, el problema no acabará porque todo el mundo entiende que no se puede poner un policía al lado de cada persona».

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Las asociaciones de vecinos Centro-Sur Barrios de las Artes, Centro Antiguo de Málaga, El Romeral contra el Ruido, Torrijos de Huelin, Parque del Mar de Huelin y El Palo han decidido aunar fuerzas y conformar la agrupación «Vecinos de Málaga» para denunciar los problemas comunes que afectan directamente a la convivencia y el descanso en sus barrios.

Entre sus reivindicaciones a las instituciones públicas se incluye la falta de control sobre la contaminación acústica en zonas residenciales, la ocupación «invasiva» de la vía pública por las terrazas, la suciedad, la «pésima gestión» de las viviendas turísticas frente a la escasez de vivienda asequible o los problemas de seguridad en la salida de los espacios de ocio.