Uno de los pocos escudos heráldicos en piedra, que se encuentra custodiado y expuesto en el actual Museo arqueológico de Málaga, antigua Aduana, perteneció a una destacada familia malagueña llamada Salazar, de la que a continuación hablaremos de ella.
Este antiguo linaje desciende del escudero de las Guardas de los Reyes Católicos, llamado Juan de Salazar, el cual recibió en pago a sus servicios cuantiosos bienes tantos rústicos como urbanos en la recién conquistada ciudad de Málaga, según indican y recogen los Repartimientos.
Posteriormente, descendientes de este último llegaron a ostentar cargos eclesiásticos, incluso la púrpura cardenalicia. Por otro lado, otros individuos de esta familia lo fueron para el gobierno del cabildo malagueño, como cabe señalar a los hermanos Francisco, Nicolás, Baltasar, Juan y Leonardo Salazar Arciniega, nombrados regidores de Málaga, este último fue ejecutado a cuchillo por la Justicia, en la ciudad africana de Orán y se desconocen qué delitos le llevaron a tener aquel desdichado fin. Había sido nombrado en octubre de 1662 e hizo renuncia de su cargo tres años más tarde.
Pero siguiendo con los miembros de esta familia, hablemos de: Francisco de Salazar y Arciniega, fue regidor perpetuo de Málaga en 1614 y capitán de las milicias de la ciudad, el cual es recordado por su magnífica actuación en la epidemia de peste que se declaró en 1637. Falleció en Málaga y fue enterrado, unos años más tarde, en el convento de San Bernardo donde tuvo capilla enterramiento el 1 de noviembre de 1642.
Baltasar de Salazar y Arciniega fue regidor y jurado del cabildo malagueño. Casado con Antonia de Cózar, constituyó con ella mayorazgo que fue heredado por otros individuos de esta antigua familia.
Nicolás de Salazar y Arciniega, al igual que los hermanos citados, ocupó un lugar en el cabildo municipal como regidor el 15 de febrero de 1654. Contrajo matrimonio con Manuela Gutiérrez de Toledo y Salazar y fueron padres de tres hijos. En primer lugar de Gregorio Francisco, deán de la Catedral de Málaga en 1692.
El segundo, Pedro de Salazar, nació en Málaga y fue bautizado el 11 de abril de 1630. Tuvo una larga y meteórica carrera hasta ser designado obispo-cardenal de Córdoba el 25 de septiembre de 1686. Cuando este fue elegido para la silla episcopal malacitana, el cabildo organizó juegos de cañas, en los que participaron Luis Velázquez Angulo, teniente de alférez mayor perpetuo y un familiar del purpurado, llamado también Juan de Salazar.
Pedro ingresó muy joven en la antigua orden de la Merced, de la que llegó a ser su padre general. Más tarde fue elegido predicador del rey Felipe IV. Cuando falleció en Córdoba el 12 de octubre de 1704 dejó en su testamento una serie de mandas, entre ellas la de donar todos sus bienes terrenales a la comunidad mercedaria de Málaga.
Y Juan de Salazar y Arciniega, el más joven de los hermanos, fue nombrado regidor perpetuo de Málaga durante el reinado de Carlos II el 26 de junio en 1688 y renunció al cargo en 1702, a inicios del reinado de Felipe V. Juan de Salazar solicitó en 1668 la vara de alguacil del Santo Oficio de la villa de Mijas y pedía que se le admitiera para el uso y ejercicio de la vara, por ser comprada por su padre por tres vidas.
Otra rama de esta extensa, antigua e importante familia fue la iniciada por:
Jerónimo de Salazar y Moncayo, natural de Málaga, corregidor de Baeza, regidor perpetuo de Málaga en diciembre de 1665 y veinticuatro de Granada. Era hijo de Leonardo de Salazar, administrador real del impuesto de Millones y de Luisa María López Moncayo.
Jerónimo estuvo casado con Juana de Góngora y Gadea, natural de Motril (Granada). Según los datos recogidos sobre este personaje, fue un individuo poderoso que se dedicó a ejecutar los mandatos y gestiones que le solicitaba gente influyente de la Corte y según se decía, con poderes para el cobro de los arriendos de varias escribanías de la ciudad, cartas de pago, etc.
De esta unión nacieron tres hijos: Leonardo Salazar y Góngora, regidor del cabildo malagueño a inicios del siglo XVIII y caballero de la orden de Calatrava en 1696.
Resalta un hecho en el escueto currículum de este individuo: cuando Gibraltar cayó en manos de Inglaterra en 1704, el cabildo malagueño solicitó a los regidores Cristóbal Vilchez y Leonardo de Salazar una colecta de dinero, destinada para la defensa de la ciudad de Málaga y su puerto, ante un posible ataque de la flota inglesa, como desgraciadamente, así sucedió en diferentes ocasiones.
El segundo hijo fue Pedro Antonio de Salazar y Góngora, nacido en la localidad de Motril (Granada) el 8 de enero de 1696, caballero de Calatrava, en la misma fecha que su hermano. Desde muy joven abrazó la religión y fue protegido por su tío el cardenal Salazar y Toledo en la ciudad de Córdoba. Dado el apoyo familiar y a su gran vocación e inteligencia llegó a alcanzar las dignidades de deán, vicario y provisor general de la Catedral de Córdoba respectivamente. Estudió filosofía y teología en el convento de San Pablo y más tarde se doctoró. Finalmente fue elegido obispo de Córdoba en 1738.
Durante su mandato ordenó levantar el Hospital de Agudos y la capilla de Santa Teresa. Igualmente mandó rehabilitar la conocida Puerta del Perdón de la mezquita Catedral de Córdoba, donde ordenó colocar, en su cúpula interna, las armas de su familia.
Ana Jerónima de Salazar y Góngora contrajo matrimonio el 24 de mayo de 1705 con Francisco Ignacio de Quesada y Vera, primer conde de Donadío de Casasola, con descendencia.

Descripción
Este antiguo blasón se encuentra recogido en la gran obra genealógica de Francisco Piferrer, tomos II y IV. En los mismos se narra la historia y orígenes del linaje Salazar, así como su primigenio escudo heráldico o blasón:
«En una de sus casas solares se conserva todavía las primitivas armas de los Salazar, unidas con las que había ganado en batalla el héroe don Lope García de Salazar, en esta forma: Partido en pal, 1º, de azur, un castillo de plata, aclarado de gules. 2º, de gules, trece estrellas de oro».
Por otro lado, el blasón objeto de este breve estudio corresponde al expuesto en la sala del Museo de Málaga, que por otro lado, aparece igualmente en el frontal del antiguo Hospital de Agudos de Córdoba. Su distribución es la siguiente:
Cortado: 1º, de azur, dos torres donjonadas, en faja, de oro. 2º, de gules, treces estrellas de oro de seis puntas. Rodea al escudo lambrequines y al pie del mismo, una figura animal. Timbra el mismo con yelmo y penacho.