CropBalance, la herramienta digital para que los agricultores malagueños cultiven de forma sostenible

La agricultura, como tantos otros sectores, no está al margen de la digitalización. La tecnología permite conseguir cultivos más eficientes, productivos y sostenibles. No es sólo una respuesta a las tendencias de la sociedad – la población se preocupa, cada vez más, porque los productos que consume sean sostenibles y se lanzan campañas efectivas como ‘De la granja a la mesa’ –, sino también la respuesta del sector para adaptarse a la legislación europea y española vigente, como el Reglamento de la UE 2019/1009, que amplía el listado de materiales susceptibles de formar parte de los fertilizantes (los bioestimulantes y microorganismos, por ejemplo); o el Real Decreto 1051/2022, que establece la obligatoriedad de realizar planes de abonado en las explotaciones.

Entre las diferentes herramientas tecnológicas surgidas entre los últimos años, se encuentra CropBalance -una creación de Sipcam Iberia-, un servicio de asesoramiento a los agricultores y productores malagueños que les ayuda a tomar decisiones relacionadas con la fertilización y bioestimulación en su producto estrella: el olivar. El objetivo no es otro que conseguir un cultivo más equilibrado, productivo y sostenible; pero, además, pretende garantizar el mejor estado del suelo con el cumplimiento de todas las exigencias legales.

La aplicación de CropBalance está siendo un éxito entre los agricultores de la provincia malagueña asesorados de todas partes de España porque la herramienta les ayuda a combatir los desajustes en sus plantaciones y consigue que las cosechas de aceitunas de esta campaña “sean mucho mejores que las anteriores”. 

Cropbalance permite al agricultor redirigir sus recursos económicos donde toca y rentabilizar los gastos del cultivo. Cropbalance permite al agricultor saber si debe bajar o subir los niveles de abonos porque le informa sobre qué le sobra y qué le falta al olivo.

La nutrición avanzada, ¿qué es?

Este cambio de era en la agricultura ha supuesto también la generalización del concepto de nutrición avanzada, que se basa en el uso racional y sostenible de insumos para obtener buenas cosechas en cantidad y calidad.

Este modelo se contrapone a la fertilización tradicional, en la que se combina el uso de fertilizantes orgánicos con otros inorgánicos. Mientras que los primeros mejoran las propiedades físico-químicas de los suelos y su actividad biológica, los segundos aportan la mayoría de los nutrientes para conseguir que sean productivos en calidad y cantidad. 

La nutrición avanzada se basa en la fertilización tradicional pero incorpora aspectos sostenibles -se conoce también como agricultura regenerativa- con la incorporación de la fertilización microbiológica y el uso correcto de bioestimulantes y correctores nutricionales.

En este sentido, uno de los principales baluartes de CropBalance es que es el único sistema de recomendación que integra los cuatro tipos de fertilización, los cuales se aplican o no en función de lo recogido en las analíticas del suelo y el agua. La tecnología tiene en cuenta las interacciones de todos los parámetros que intervienen en la nutrición, con la máxima de conseguir un cultivo equilibrado. Esto es posible al neutralizar las sales del suelo y el agua, reducir el estrés de las plantas y ajustarse, así, a la normativa vigente. 

Casos de éxito en la aplicación de CropBalance

CropBalance salió al mercado en el año 2022, aunque el proyecto comenzó en el año 2020 con la formación del equipo técnico y las pruebas completas de la nutrición avanzada de los cultivos.

En una primera etapa, CropBalance demostró ser óptimo para cultivos de diferentes características, como en las tierras de olivos malagueños o el olivar de secano en el Ajarafe sevillano. Pero, tras esta primera fase, la herramienta está consiguiendo probar la utilidad de la gestión de los nutrientes en otros cultivos, como la lechuga o los cítricos, los viñedos, el maíz, el pimiento de Almería, el tomate o el melocotón. 

CropBalance parte de un conocimiento específico del cultivo, del suelo y el agua. Con estos datos se busca el equilibrio nutricional, minimizar el estrés de la plantación y, además, mejorar la biodiversidad del ecosistema. Así, se ajustan las UF totales de los nutrientes e insumos mediante los cuatro tipos de fertilización. El objetivo final es obtener el máximo rendimiento y calidad del cultivo.

La tecnología de Sipcam Iberia es más que una herramienta; es, en definitiva, una nueva forma de trabajar en la nutrición de los cultivos, con un enfoque global y con la capacidad de adaptarse a todo tipo de zonas y condiciones de las plantaciones.