Entrevista | Ana Salinas de Frías Catedrática de Derecho Internacional de la Universidad de Málaga

«Israel no acepta la crítica, no se sostiene el ataque indiscriminado a la población civil palestina»

Esta profesora malagueña reflexiona sobre los conflictos internacionales que ‘televisan’ a diario continuadas matanzas en Ucrania y Oriente Medio. Ana Salinas sabe de lo que habla. Cuenta con experiencia como jueza en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fue asesora jurídica sobre terrorismo en el Consejo de Europa y preside la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional

«Más allá del apoyo verbal al clamor general de Occidente, Estados Unidos no está actuando para parar a Israel en una respuesta absolutamente desproporcionada», asegura la catedrática

La catedrática malagueña Ana Salinas de Frías.

La catedrática malagueña Ana Salinas de Frías. / Álex Zea

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Málaga

La profesora malagueña de Derecho Internacional de la UMA, Ana Salinas de Frías, reflexiona sobre los conflictos internacionales que ‘televisan’ a diario continuadas matanzas en Ucrania y Oriente Medio. Ana Salinas sabe de lo que habla. Cuenta con experiencia como jueza en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fue asesora jurídica sobre terrorismo en el Consejo de Europa y preside la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional

El pasado 10 de diciembre volvió a celebrarse el Día de los Derechos Humanos, ¿desprendió este año la conmemoración un halo aún más paradójico, si tenemos en cuenta los conflictos vigentes entre Israel y Hamás o entre Rusia y Ucrania?

Es verdad que suena un poco cínico o parece un poco irreal celebrar el Día de los Derechos Humanos en mitad de matanzas como las que estamos viendo a través de los medios de comunicación. No obstante, también es cierto que es importante recordar que la Declaración Universal de Derechos Humanos fue un gran hito. Y es importante recordar en todo lo que eso se tradujo después. Porque no sólo fue la declaración. Pero la verdad es que el público tiende a preguntarse hasta qué punto eso sirve hoy en día, visto lo que está pasando.

¿Le sorprende que la guerra de Rusia y Ucrania se acerque ya a los dos años de duración sin que se atisbe la paz?

Me sorprende y no me sorprende. Cuando saltó la guerra, nunca pensé que iba a ser una guerra relámpago como mucha gente dijo. O como Rusia quiso vender, asegurando que todo iba a ser muy rápido. Que iba a ser un golpe mortal a Ucrania y que se iba a resolver enseguida a favor de los intereses rusos. Yo no lo veía claro porque sabía que Ucrania, desde el principio, iba a tener el apoyo de la mayor parte de la comunidad internacional. Que la acción de Putin iba a ser condenada por la gran mayoría de la comunidad internacional e iba a tener muy pocos apoyos. Pero tampoco pensaba que iba a ser tan largo. Es verdad que una vez que entramos en este segundo año, sí esperaba que la guerra sufriera un parón como el que ahora está experimentando durante los meses de invierno. El invierno es muy duro en toda esa zona y, como paso también en la Segunda Guerra Mundial, es difícil mantener el mismo ritmo. Al margen de los avances -desgraciados porque cuestan vidas humanas- que se están produciendo con el uso de drones por parte de uno u otro bando, la guerra está más ralentizada que hace un año.

¿Hasta qué punto llegan a condicionarse mutuamente este conflicto y la situación existente desde octubre en Oriente Medio, tras el ataque de Hamás?

Son dos conflictos de distinta naturaleza. No se retroalimentan ni deberían retroalimentarse. Pero sí es cierto que fatigan a la comunidad internacional y, sobre todo, fatigan a Naciones Unidas. Es un hecho muy claro y lamentable que el Consejo de Seguridad está paralizado y no consigue hacer avances cuando hay importantes conflictos armados. Rusia está paralizando la adopción de decisiones por el Consejo de Seguridad desde la guerra de Siria hasta aquí. No sólo Rusia, también China. Y eso fatiga. Y en el caso de la guerra de Israel iniciada en la zona de Gaza tras el ataque de Hamás, pues es Estados Unidos. El ataque terrorista todo el mundo lo ha condenado. Pero luego, más allá de eso, no se ha conseguido adoptar ninguna decisión para intentar solucionar el conflicto armado en ese territorio y para intentar que se minimice el daño que está sufriendo la población civil en la respuesta a ese ataque. No se está consiguiendo porque hay objeción. Por supuesto, Israel no está de acuerdo. Y Estados Unidos no está actuando en ningún momento más allá del apoyo verbal a lo que Occidente, en general, está clamando para no ir más allá o no violar el derecho internacional humanitario. No está yendo más allá para parar a Israel en una respuesta absolutamente desproporcionada. Y, por otro lado, aunque no son conflictos que se relacionen directamente, Ucrania se queja de que ahora con el conflicto en Israel se le está prestando menos atención.

Ana Salinas de Frías. | ÁLEX ZEA

Ana Salinas de Frías. / Álex Zea

¿Qué debería hacer la comunidad internacional para que el alto al fuego en Gaza se produzca lo antes posible?

La comunidad internacional como tal, aunque usamos este término, no existe. Lo que existe es Naciones Unidas, en representación de un grupo de estados más o menos universalizado. O existen los estados ‘per se’. Lo que existe en realidad, y lo están demostrando tanto un conflicto como otro, son los estados que son dueños del destino de la Organización y de la política que quieren hacer. Es evidente, desde hace años, que no es una política multilateral. Por ejemplo, la ONG Human Rights Watch ha sacado ahora un informe que pone muy claras, punto por punto, todas las violaciones del derecho internacional humanitario que está cometiendo Israel. Tenemos también las investigaciones que está haciendo la Corte Penal Internacional, tanto en el caso de la guerra de Rusia y Ucrania como en el conflicto en Oriente Medio. Todo eso está bien. Ayuda a poner sobre la mesa esfuerzos y a intentar convencer y presionar. Pero si los estados y los gobiernos no son los que aprietan a los a los que están generando esos conflictos, pues poco se puede hacer. ¿Se le está presionando de la misma forma a Rusia, por un lado, y a Israel, por otro?En el caso de Rusia, creo que se han tomado medidas muy serias Sobre todo, con sanciones muy importantes que han tenido un efecto importante sobre Rusia. A lo mejor no todo lo que querríamos porque otros contrarrestan esos esfuerzos, como puede ser China. En el caso de Oriente Medio, hemos visto la reacción de Israel, que ha sido completamente a la defensiva y fuera de todo tipo de proporción. No acepta ni una sola crítica, ni un solo comentario. Hemos visto como ha denigrado al propio secretario general de Naciones Unidas. Y eso que todo el mundo ha condenado el ataque terrorista. Nadie apoya a Hamás. Lo que no se sostiene es el ataque indiscriminado a la población civil. Ni la situación de absoluto desamparo, de hambruna, de falta de medios, de aniquilación del hábitat del pueblo palestino que está en esa zona. Que ha sido desplazado masivamente en contra del derecho internacional humanitario. Y está siendo objeto de ataques armados, algo que está prohibido. Si Israel no acepta ayuda, no quiere compartir información, no acepta la crítica y no acepta tampoco una acción multilateral, un debate con otro socio e intentar solucionar ese problema por otras vías, pues va a ser muy difícil que la comunidad internacional haga algo. Porque la comunidad internacional no existe realmente. Existen los estados. Existen los gobiernos. Y la parte civil, que hace todo lo que puede. Y lo está haciendo en los dos conflictos. Pero no se puede ir mucho más allá de dónde los estados quieran ir.

¿Cree que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, llegará a ser juzgado en la Corte Penal Internacional, como piden sectores de la izquierda?

Es difícil. Israel no es parte en el Estatuto, nunca lo fue. Y sabemos también que, a pesar de eso, el fiscal ha iniciado pesquisas. Ha iniciado investigaciones, de la misma manera que se ha hecho contra Putin también en el caso de la guerra de Ucrania. Sabemos que Netanyahu sería, como cabeza visible que organiza la campaña que hay ahora mismo en Gaza, el primer responsable. O, al menos, uno de ellos. Es difícil. Sería una decisión inédita. Y, seguramente, sería un gran paso si finalmente se dieran las circunstancias que demostrasen todos los elementos y se reconociese esta responsabilidad internacional individual. Sería un gran paso en el derecho internacional. No sólo por Netanyahu. No es contra ningún líder en concreto. Sino, simplemente, porque todos los líderes mundiales sabrían que esto les puede ocurrir si no se respeta el derecho internacional. Pero, desgraciadamente, no es fácil.

¿Cómo interpretaría el deterioro de las relaciones de Israel con España, después de que Pedro Sánchez le abriese la puerta a una declaración unilateral de un Estado palestino?

Creo que Pedro Sánchez ha verbalizado algo que piensan muchos países occidentales. Es lo que ha defendido la Unión Europea desde el principio, con la creación del ‘Cuarteto’ y la hoja de ruta en su momento. Debemos acordarnos de la participación de Moratinos en aquella solución, que aceptaba los dos estados. La hoja de ruta y la creación de dos estados, que ya parece la solución más vieja del mundo desgraciadamente, está desde el principio y es a la que se abonó la Unión Europea. Así que lo que se ha dicho, al margen de quien lo haya dicho, es lo que la Unión Europea ha dicho siempre. Lo ha dicho Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, me daría igual que lo hubiese dicho Feijóo si fuese el presidente del Gobierno. Palestina está reconocida por más de 80 estados del mundo como Estado. Palestina tiene un estatuto especial en la UNESCO. Es observador en Naciones Unidas. Y, en principio, ha aceptado la autoridad de la Corte Penal Internacional, en la medida en que puede hacerlo sin ser formalmente un estado aceptado. O sea, lo que se ha dicho es lo que el derecho internacional dice. Más allá de esto, que haya sido una declaración de reconocimiento de un Estado los efectos que tiene son en las relaciones entre Palestina y España. Y si eso supone que Israel corte relaciones diplomáticas con España, creo que será un error grave de Israel. Porque hay más estados en el mundo que reconocen a Palestina e Israel tiene relaciones diplomáticas con ellos. O las ha abierto recientemente con ellos, que son países árabes. Israel sabe que esa es la solución que hay que dar al conflicto. Otra cosa es que no la quiera aceptar. Y aún menos en mitad de esta campaña de escarmiento tras un ataque.

¿Le concedería visos de realidad a las teorías más apocalípticas que apuntan, en los últimos tiempos, al estallido de una tercera Guerra Mundial?

Quiero pensar que los gobiernos, la población civil, las grandes organizaciones y las grandes corporaciones empresariales (todo aquello que compondría la sociedad internacional) han entendido que una guerra mundial es lo peor que nos puede pasar. Es posible que dirigentes como Putin, que son nostálgicos reconocidos de los viejos sistemas autoritarios, quizás añorasen un enfrentamiento de ese tipo para reafirmar su posición. Pero es evidente que él solo no podría. Se está viendo en la guerra contra Ucrania. Necesitaría como mínimo el apoyo de China o de India, que está siendo algo más tibia en Naciones Unidas en sus votaciones. Pero no parece que estén por esa labor. Me parece que son teorías conspirativas que, de alguna forma, alimentan ideas extrañas en la cabeza de la gente. Todo el mundo sabe que la guerra es lo peor que nos puede pasar. También lo saben los gobernantes. Lo tienen muy claro. El propio Putin no ha abierto una campaña de guerra total contra Occidente, más allá de la retórica propagandística de la guerra en la que sí habla de Occidente. Putin ha ido a sus fronteras inmediatas y a sus intereses inmediatos. Ha ido a la apertura de su país hacia el mar; a los puertos tradicionales que perdió en su momento; a reafirmar sus fronteras en ciertas zonas; y a controlar los territorios en los que la población rusófona es mayoritaria. No ha ido más allá de eso. Creo que sería muy difícil hoy en día una guerra mundial, por más que gente como los terraplanistas -o de otro pelaje parecido- quisieran plantear ese tipo de futuro negro. Yo lo veo muy difícil. Quiero pensar que es muy difícil.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents