Apuntes

El plan para el Guadalmedina tardará 20 años en completar todas las fases

La intervención de mayor calado es la cubrición parcial de 350 metros entre los puentes de Armiñán y la Aurora, que afecta al comportamiento hidráulico del río

Vista del río Guadalmedina desde la presa del Limonero

Vista del río Guadalmedina desde la presa del Limonero / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Málaga

De entre los proyectos de enjundia que se mantienen atascados mientras los años se van sucediendo en la ciudad de Málaga, sin duda, la solución para el río Guadalmedina sigue ocupando uno de los puestos más destacados. Es un debate en torno al que la clase política lleva orbitando durante dos décadas, presentando y confrontando diversas soluciones que nunca han terminado de materializarse.

Sin ir más lejos, han pasado 12 años desde que el arquitecto José Seguí, con un proyecto de renaturalización y sin embovedamientos, ganó el concurso de ideas auspiciado por la Fundación Ciedes para arrojar luz sobre el futuro del cauce. Una iniciativa más que interesante pero no vinculante, por lo que finalmente lo que de allí salió quedó en agua de borrajas. Desde entonces, el río ha experimentado algunos cambios especialmente importantes aguas arriba del puente de Armiñan, donde la Junta de Andalucía ha realizado labores de reforestación, renaturalización y ha abierto un paseo fluvial que une el centro con barrios periféricos como la Virreina o Huerta Nueva, y que está más que concurrida por deportistas, peatones y animales de compañía.

Cumplida esta parte por parte del Gobierno andaluz, el Ayuntamiento de Málaga debe cumplir su parte, recuperando el cauce desde Armiñán hasta la desembocadura, como así lo acordaron ambas administraciones. Esa segunda fase se ordena en torno a un Plan Especial que la Gerencia de Urbanismo presentó en noviembre de 2021 ante la Delegación Territorial de Sostenibilidad para que esta emitiese una evaluación ambiental estratégica, ya que sin este documento favorable el proyecto no puede seguir adelante.

Dos años y medio después este trámite no se ha cumplido aunque el pasado mes Sostenibilidad emitió un informe relevante para la tramitación, esto es, el documento de Alcance del Estudio Ambiental Estratégico (DA), en el que se hacen propuestas y correcciones previas que el Consistorio malagueño deberá tomar en consideración para afinar su propio Plan Especial, que deberá presentar de nuevo ante la Delegación. En cualquier caso, este documento da pistas importantes sobre el plan de Francisco de la Torre, conocido como los «puentes-plaza», así como otros detalles relevantes, por ejemplo, la duración total de las intervenciones previstas. Según la documentación consultada por este periódico, el Plan Especial necesitará 20 años para completar todas las fases, que se dividirán en «diferentes etapas». La intervención de mayor calado será la cubrición parcial de un tramo de 350 metros del cauce que discurre entre los puentes de Armiñán y la Aurora, en el que se contemplan la apertura de diversos «huecos» en el futuro tablero construido.

Propuesta «óptima»

Una propuesta que afectará «directamente al comportamiento hidráulico del encauzamiento» del río pero que se considera como la alternativa «óptima» para el Guadalmedina. «La modificación de la geometría del cauce en el Plan Especial se plantea a partir del primer puente mediante un acuerdo vertical convexo de 200 metros de longitud que permite la transición entre la pendiente aguas arriba del puente de Armiñán con una nueva rasante del lecho, con una pendiente de 1.21%, hasta el puente de la Aurora, con el objetivo de reducir el calado, lo que permitiría introducir mejoras en la permeabilidad y conectividad entre ambas márgenes», explica el documento técnico.

«Esta modificación del perfil transversal del río son las que mayor impacto paisajístico producen, por lo que serán las que determinen finalmente la nueva imagen del cauce». Se añade en el informe que la propuesta plantea también en este tramo un cauce de aguas bajas en forma de V, «cuyo vértice se desplaza transversalmente a lo largo del recorrido del río a la vez que varía la apertura de su ángulo, lo que produciría un efecto cambiante en la lámina de agua que circule superficialmente (zigzagueante)».

Agua de los parkings de Camas y Salitre

El documento de Alcance del Estudio Ambiental Estratégico (DA) emitido por la Junta de Andalucía para el Plan del Guadalmedina señala que esta intervención implicará un «consumo extra de agua para baldeo y riego dentro del proyecto paisajístico de la nueva zona de urbanización y ajardinamiento que se propone, en el que se prevé la instalación de sistemas de riego localizado para las plantaciones previstas».

Por ello, y precisamente debido a los duros períodos de sequía que atraviesa la capital -cada vez más graves y prolongados debido a los efectos de la crisis climática-, el Ayuntamiento de Málaga pretende afrontar este aumento de las necesidades hídricas empleando agua del nivel freático procedente de los parkings de Camas y de Salitre, «que actualmente se vierten directamente en la red de saneamiento, ya que se trataría de aguas limpias», según han confirmado Emasa, como responsable municipal de la gestión del agua en la capital, y Smassa, la empresa municipal de aparcamientos.

No obstante, esto requerirá el desarrollo de obras complementarias como la instalación de tuberías de impulsión que conecten las actuales bombas de achique de los parkings con los tanques de almacenamiento así como con los puntos de consumo, además de un sistema de bombeo del agua del freático.distintos tanques de almacenamiento.

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