El vino de Málaga busca recuperar su  nivel de ventas y prevé una leve mejora de cosecha

El sector vitivinícola de Málaga, que se encuentra en plena campaña de la vendimia, sigue recuperando poco a poco sus niveles naturales de comercialización, ya que las ventas del vino de la provincia se vieron bastante afectadas a raíz de la pandemia debido al parón que sufrió durante esos años el turismo y la actividad hostelera. Para este año se espera que la oferta comercializadora de caldos por parte de las bodegas malagueñas se mueva en torno a los 2 millones de litros, una cifra que mejora los 1,8 millones del pasado ejercicio pero que aún está por debajo de los cerca de 2,5 millones que suelen ser marcados como nivel habitual de referencia por parte del Consejo Regulador de las denominaciones de origen «Málaga», «Sierras de Málaga» y «Pasas de Málaga».

El desfase con la época preCovid es aún del 20% pero ya mejora respecto a estos últimos años, donde se llegó a superar una caída del 25%. «Cada año recuperamos algo de mercado», apunta a este periódico el secretario general del Consejo, Francisco Javier Aranda. Este organismo, que cumple en este 2024 su centenario en el que está celebrando diversos actos culturales y conmemorativos, reúne a 47 bodegas, más de medio millar de viticultores y unas 1.800 hectáreas de cultivo entre vino y pasas.

El peaje de la sequía

Evidentemente, la sequía que asola al campo en estos últimos años también está pasando factura a las previsiones de cosecha, mermando las expectativas de producción. El Consejo espera que la vendimia de este año, que comenzó a final de julio y se prolongará hasta octubre, deje una cosecha de unos 2,2 millones de kilos de uva. La cantidad mejora levemente los 2 millones de kilos del año anterior, debido a que las escasas lluvias, dentro de la malísima situación actual, han sido algo más provechosas.

«En cuanto a las precipitaciones, se acumula un déficit del 44% respecto a la media histórica. Las lluvias de febrero y marzo, que sí estuvieron por encima de la media, han permitido amortiguar un poco el impacto de la sequía al ser un momento clave para la planta. Este hecho ha sido fundamental para el posterior desarrollo del ciclo vegetativo y del potencial productivo de la vid», explica Aranda.

Las temperaturas por su parte se han incrementado en un 3,6% de media respecto al registro histórico, aunque en mayo y junio fueron algo inferiores a la media, lo que favoreció la floración y el cuajado de los racimos. En todo caso, quedan todavía lejos las cifras de vendimia anteriores a la sequía, cuando el vino bajo la denominación de origen del Consejo alcanzaba cosechas de entre los 2,8 y los 3,5 millones de kilos.

Los vinos de Málaga cumplen 100 años

De momento, la vendimia (que en Málaga se realiza de este a oeste, comenzando en la Axarquía y acabando en Ronda) está en fase inicial. «Se ha iniciado ya en la cinco zonas productoras: Montes de Málaga, Axarquía, Norte, Serranía de Ronda y Manilva. Comenzó el 23 de julio, al unísono en la Axarquía y Norte, como es habitual por sus características físicas, y es donde más avanzada se encuentra. Se estima que llevamos un 40% de la vendimia potencial. Salvo accidente meteorológico, acabará en la Serranía de Ronda en la primera quincena de octubre», detalla. La calidad organoléptica de la uva está siendo calificada por las bodegas como «muy buena», según el Consejo, sin incidencias fitosanitarias significativas.

En la Axarquía hubo un conato puntual de mildiu que el propio régimen de temperaturas altas frenó de forma natural. Y en la Axarquía y Manilva, donde predomina la Moscatel de Alejandría, se está acusando la temperatura y la baja humedad disponible, con ciertos problemas de llenado de los granos y síntomas de pasificación en la planta, pero sin repercusión en la calidad para su destino a vinificación. «Cuando hay menos producción de uva, como están siendo estos años por la sequía, se da la circunstancia que hay más concentración de los componentes organolépticos, por tanto, el vino tiene cierta calidad extra», asevera.

Feria y hostelería

El año 2024 deja buenas sensaciones que inciden en que la tendencia de consumo continúa siendo positiva y camina a cifras «más normalizadas». En la Feria de Málaga, uno de los grandes escaparates de los vinos de la tierra, el Museo del Vino, situado en la sede del Consejo (en la céntrica plaza de Viñeros) ha incrementado su cifra de visitantes y de ventas (ya el año pasado había recibido un 40% más su asistencia), destacando el turista de origen italiano.

El Consejo lleva también años trabajando con sumilleres, restauradores y hoteles para sensibilizarlos de cara a que introduzcan los vinos de Málaga en sus cartas, un trabajo que ha dado sus frutos. «Es ya muy frecuente que los restaurantes tengan en sus cartas varias referencias a los vinos de la tierra. Antes eso no pasaba tanto», señala Aranda. Además, está el fenómeno de las enotecas, que trabajan la estrategia de vinos de gran calidad y que tiran mucho del vino de Málaga, considerados muy exclusivos en cantidad y calidad.

Ruta del Vino y exportación

En el mundo del vino destaca además el ascenso del enoturismo (visitas y degustaciones concertadas a las bodegas). El Consejo maneja la gestión de la denominada «Ruta del Vino de Ronda y Málaga», a la que se van adhiriendo de forma voluntaria bodegas, administraciones locales, establecimientos y empresas relacionadas con este rico segmento gastronómico.

Vendimia heroica para la uva Moscatel de la Axarquía

En cuanto al mercado exterior, el sector del vino malagueño viene destinando en torno a un 35% de producción a países como Francia, Alemania, Polonia, Suiza, Austria o Estados Unidos, con el otro 65% para el mercado interno. Los esfuerzos de promoción del Consejo son a nivel local aprovechando el gran tirón turístico de Málaga. También hay colaboración con entidades como Sabor a Málaga o La Carta Malacitana, y cada año se entregan los premios «Puerta Nueva» a empresas, entidades, y profesionales del sector. La apuesta por el exterior se deja en manos de cada bodega, pero hay intención de realizar acciones con la Cámara de Comercio para fomentar las exportaciones, junto a las iniciativas que se realizan de la mano de la Junta de Andalucía o la Diputación de Málaga.