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Universidad de Málaga

La UMA afronta otro curso acuciada por los problemas económicos

La «infrafinanciación» por parte del Gobierno andaluz es esgrimida por el nuevo equipo directivo como la principal causa. La Junta asegura, no obstante, que «la UMA jamás había recibido tanta financiación»

Un joven se detiene ante una de las facultades del campus de Teatinos de la Universidad de Málaga.

Un joven se detiene ante una de las facultades del campus de Teatinos de la Universidad de Málaga. / Álex Zea

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Málaga

La vuelta a la rutina de las clases es una realidad incontestable en la Universidad de Málaga (UMA) desde hace un par de semanas. Y a partir de hoy, cuando al mediodía se celebre en el Paraninfo de El Ejido el acto de apertura del curso académico 2024-2025, la UMA ya afrontará con la ‘bendición’ oficial de rigor un periodo lectivo en el que se verá nuevamente acuciada por los problemas económicos.  

El que ahora está comenzando será el primer curso completo como rector de Teo López Navarrete, quien al asumir el cargo el pasado mes de enero avisó de que había que «sanear las cuentas de la universidad lo antes posible». El balance económico de 2023, el último de su antecesor José Ángel Narváez como máximo dirigente, arrojó un déficit de 27 millones de euros, por un lado, y una deuda de 18 millones, por otro

A pesar de que había estado en el equipo de Narváez ocho años como vicerrector de Investigación y Transferencia, el propio López confesó que se había encontrado la situación económica «peor» de lo que esperaba.

Y además de desarrollar una batería de ajustes aún vigente, el nuevo rector se encomendó a una serie de conversaciones con la Junta de Andalucía para incidir en la falta de financiación que la institución académica ha venido manifestando estos últimos diez años. 

Esta necesidad de que el Gobierno andaluz aumente la cantidad de fondos que inyecta está sobre la mesa. Y es esgrimida por los nuevos gestores de la UMA, sin entrar a valorar la gestión interna heredada, como la causa que explica buena parte de los males financieros que arrastra. 

Estudiantes en la Facultad de Medicina.

Estudiantes en la Facultad de Medicina. / Álex Zea

Presupuesto prorrogado

Durante este año, la Universidad de Málaga está funcionando con un presupuesto prorrogado que es inferior en 14 millones de euros al de 2023. Aunque el montante del ejercicio anterior ascendía a 326,25 millones, la cantidad con la que contaban sus arcas para enfrentarse a la actual anualidad se quedó en 312,10 millones.

Y de estos 312 millones con los que se cuenta en 2024, casi 214 millones -14 millones más de los empleados para este concepto el año pasado- están destinados al pago de las nóminas, que abarca  prácticamente el 70% del presupuesto total.   

Los recortes presupuestarios de este año están afectando de lleno a la asignación que reciben los centros y departamentos de la UMA, que de repente se han visto limitados por rotundos ajustes en su día a día y con solo una quinta parte de los fondos que habían tenido a su disposición en 2023.

Además, la asfixia financiera incapacita al actual equipo de Gobierno a la hora de materializar nuevas infraestructuras o de emprender la remodelación de sus instalaciones más antiguas. 

Por ejemplo, las obras del Bulevar no se han podido concluir y las que se llevaban a cabo en facultades como la de Turismo -prácticamente ejecutadas ya- o la de Filosofía y Letras están paradas por la falta de liquidez.

 Al menos, la mudanza al nuevo Rectorado de la ampliación de Teatinos sí se ha llevado a cabo, aunque con limitaciones y tareas pendientes. De momento, el equipo directivo se reparte entre estas nuevas dependencias, el pabellón de Gobierno de El Ejido y el Rectorado del céntrico Paseo del Parque.

Mensaje de la gerente

Al ser preguntada por la realidad a la que se ha visto abocada la UMA, la gerente de la institución, Rosario Gómez, aseguró que el pago de las nóminas «es la prioridad». «La nómina se va a pagar, la nómina se va a pagar seguro», enfatizó.

Además, la gerente se refirió al impacto de las penurias económicas sobre el funcionamiento cotidiano de las facultades: «Hemos intentado por todos los medios y creo que lo hemos conseguido, aún ajustando mucho las cuentas, que los centros y departamentos -que son al final el alma de la universidad- no hayan sufrido tanto el recorte, aunque claro que lo han notado; nos hubiese gustado darles un poco más pero es que hemos tenido que recortar 14 millones de euros del presupuesto», añadió.

A juicio de la gerente de la UMA, «la razón fundamental de estos números, de esta situación económica tan negativa, hay que achacarla a un problema de financiación de la universidad». «No podemos hablar alegremente de una mala gestión en el pasado, creo que el problema de fondo está en la infrafinanciación de la universidad, la financiación que recibe no es suficiente; en estudiantes matriculados, estamos por encima del 15% en cuanto al peso de la Universidad de Málaga en Andalucía y, sin embargo, en la financiación que recibimos solo estamos en el 13%», expresó.

A renglón seguido, Rosario Gómez subrayó que «ahí es dónde está la descompensación». «Si hacemos las cuentas, son entre 20 y 25 millones de euros los que nos están faltando cada año», expresó. En esta línea, la gerente recordó que «la LOSU, la nueva ley orgánica del sistema universitario,  establece que la financiación básica de la universidad tiene que servir para cubrir gastos de personal, gastos corrientes, infraestructuras y una serie de cosas más; pero cuando nos vamos a la realidad todo lo que recibimos de la Junta de Andalucía no cubre ni el gasto de personal ni los gastos corrientes, muchísimo menos las infraestructuras». «Es absolutamente insuficiente la financiación que nosotros tenemos de la Junta de Andalucía», enfatizó. A su vez, la gerente expuso que se está intentando hacer un presupuesto para 2025 «con la ley en la mano». Y, respecto al balance económico de 2024, añadió que se está trabajando duro «a ver cómo podemos cerrar el año». «Esperemos que en una situación un poco más ventajosa de lo que ocurrió el año pasado; y aunque tengamos que hacer un plan de ajuste, se tiene que acompañar con medidas por parte de la propia administración autonómica acordes al peso real y a las necesidades de la Universidad de Málaga», dijo.

Más horas para el profesorado

Las consecuencias de la situación económica adquieren otra dimensión en las parcelas de las que se ocupa el Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, Bartolomé Andreo Navarro: «Me gustaría lanzar un mensaje de reconocimiento al profesorado, que está impartiendo más horas de docencia de las que debería y de las que impartía el año pasado para que podamos cubrir la necesidad docente sin un elevado número de profesores, y por ejemplo hay una reducción drástica en el número de ayudantes doctores, que han pasado en un año de 150 a poco más de una veintena; el equipo rectoral también ha aumentado sus horas y los departamentos han visto muy recortado su presupuesto al mismo tiempo por lo que, evidentemente, sus directores no han estado nada contentos».

«Ha llegado el momento de que en la Junta se tome nota de los esfuerzos que se están haciendo en la Universidad de Málaga y pueda dotarla de los medios económicos que le corresponden por la importancia que tienen dentro de la comunidad », reivindicó.

Por su parte, el vicerrector de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Universidad de Málaga, Salvador Merino, detalló cómo «por una parte con el control de gastos y por otra parte con la búsqueda de nuevos ingresos se intenta paliar la situación». 

Búsqueda de ingresos

La función de Merino está vinculada, precisamente, a la segunda misión. «Lo que tratamos es de variar la situación económica en el mínimo tiempo posible, sobre todo porque la universidad cuenta con algunas cuestiones que pueden significar ingresos importantes estables en el tiempo. Ahora lanzaremos algunas de las iniciativas que son de colaboración público-privada. Por ejemplo, la nueva residencia de estudiantes», expuso refiriéndose a una residencia con unas mil plazas que saldrá a concurso y será explotada por una empresa siguiendo el modelo ya implantado en otras universidades andaluzas: «Va a resolver un problema grande que hay en Málaga con la vivienda para estudiantes y profesores y significa también unos ingresos importantes para la universidad». 

Varios estudiantes de la Universidad de Málaga, en Teatinos.

Varios estudiantes de la Universidad de Málaga, en Teatinos. / Alex Zea

Y, al igual que este proyecto, Salvador Merino saca a la palestra varias iniciativas más. Entre ellas, la remodelación y cambio de gestión de la otra residencia ya existente, la Jimenez Fraud; la explotación para eventos y actividades culturales del Paraninfo ubicado junto al nuevo pabellón de Gobierno en Teatinos, con aforo para casi mil personas; el uso como aparcamiento para coches de la finca que posee la UMA cerca del aeropuerto; el ahorro energético mediante instalaciones de energías renovables, con seis millones de euros de ahorro económico más lo que se obtenga de las compañías que lo exploten; o la puesta en valor de otro edificio sin uso en Martiricos, dónde ya trabaja Vodafone. 

Financiación insuficiente

La idea de que la financiación que aporta la Junta de Andalucía es insuficiente la destaca con especial énfasis el secretario general de Comisiones Obreras Málaga y miembro del Consejo Social de la UMA, Fernando Muñoz Cubillo.

El dirigente sindical cifra en 206 millones de euros la cantidad de dinero que la Universidad de Málaga habría dejado de percibir por parte del Gobierno andaluz desde 2015 -cuando gobernaba la socialista Susana Díaz- hasta ahora, que tiene al frente al PP de Juanma Moreno

«Con esos 206 millones, esta universidad podría estar entra las punteras, podría estar mucho mejor de lo que está ahora mismo», subrayó Muñoz Cubillo sin perder de vista que en 2015, cuando comenzaron los recortes a los que se refiere, la UMA contaba con ahorros que le ofrecían un tranquilizador ‘colchón’ económico. En concreto, a mediados de la década pasada el remanente de tesorería de la institución académica era de 192 millones de euros, según datos cotejados por fuentes del actual equipo de gobierno.   

A su vez, Muñoz Cubillo reivindicó que «el papel que juega la Universidad de Málaga a nivel económico y social no se conoce como merece». «La UMA nos da soluciones para los problemas de las sociedad, lo ha hecho con el Covid y con la sequía, por poner solo un par de ejemplos; y en términos económicos, genera mucha empleabilidad o es consultada por cada empresa que se instala aquí, cada euro de su presupuesto repercute con cinco euros en el Producto Interior Bruto (PIB) de la provincia de Málaga», apuntó. Precisamente, el sindicato Comisiones Obreras acaba de lanzar una campaña en defensa de la universidad pública malagueña.  

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