Historias de Málaga
El antiguo Convento de Santa Clara
El convento de las clarisas, con la advocación de la Virgen María Inmaculada, se levantó en 1505, por indicación años antes de los Reyes Católicos. A lo largo de su historia recibió prebendas de monarcas e importantes personajes de Málaga. Desapareció en 1868, a causa de la desamortización

Convento de Santa Clara, hacia 1860. / L.O.

De los diversos conventos religiosos que, tras la conquista de Málaga, se asentaron en ella, el cenobio de Santa Clara fue considerado como uno de los más importantes debido al patrimonio que llegó a poseer bajo el patrocinio de los Reyes Católicos y otros personajes de la ciudad. Las Leyes Desamortizadoras promulgadas a lo largo del siglo XIX llevaron implícito la desaparición de numerosos conventos malagueños.
En concreto, me refiero al antiguo convento de Santa Clara, el cual estuvo emplazado en los terrenos que actualmente ocupan las calles Molina Lario y Duque de la Victoria. En el año 1868 fue decretada la expulsión de las monjas clarisas por el gobierno republicano y derruido su convento meses más tarde. El vetusto edificio, a lo largo de siglos había conseguido conservar un rico patrimonio inmobiliario, pero, pese a todo, las autoridades nacionales, (Dirección General de Propiedades y Derechos de Estado y el Ministerio de Hacienda) por oficio de 22 de diciembre de aquel año hizo cesión al Ayuntamiento de Málaga de los solares correspondientes a los conventos de Santa Clara y San Bernardo.
Este acto tendría tres claros objetivos: Venta del solar o solares por medio de subastas judiciales; proporcionar trabajo a una masa obrera pasiva, y conseguir el caudal suficiente para traer el agua de Torremolinos a Málaga.
Según la historiadora María Dolores García, «la Desamortización y la conmoción anticlerical que produjo fue la única palanca capaz de transformar el urbanismo de la vieja ciudad».
Efectivamente, gran parte de la sociedad malagueña se hallaba aún anclada en los roles del pasado y su oposición a cambios era notorio. Se opuso al expolio alegando su riqueza y antigüedad, pero las autoridades municipales, desoyendo las airadas críticas de muchos, mandaron demolerlo. Málaga era una ciudad cerrada y necesitaba abrirse hacia la modernidad.
El amplio solar resultante de la demolición, en febrero de 1870 fue comprado en subasta pública al Ayuntamiento por un importante contratista y empresario para su demolición. El terreno efectivo fue parcelado en 14 partes y en ellas actuaron los conocidos arquitectos municipales Joaquín Rucoba, Gerónimo Cuervo González y Cirilo Salinas, con sugerentes proyectos urbanos que dieron pie al nacimiento de un nuevo estilo arquitectónico, típico del eclecticismo imperante y que aún hoy podemos contemplar en algunas de nuestras calles. Siguiendo con la historia del antiguo convento de Santa Clara, tras la conquista de la ciudad por las tropas del rey Fernando el 19 de agosto de 1487, algunas órdenes monásticas solicitaron a los monarcas el poder establecerse en la ciudad.
La donación regia
Los soberanos, deseando dejar muestra de su resolución y poder, mandaron al primer prelado de la ciudad don Pedro de Toledo y al comendador Mayor de León que iniciaran las capitulaciones y rentas necesarias para la construcción del mencionado convento, así como las rentas de la comunidad.
Pocos años más tarde, el 9 diciembre de 1495, los Reyes Católicos, por medio de los repartidores, hicieron a la comunidad donación de un importante lote de tierras de regadío y árboles frutales en los términos de las villas de la Axarquía, Coín y Alhaurín. «Sepan cuantos esta carta de donación vieren como yo el Bachiller Cristóbal Alonso Serrano Corregidor y reformador de Málaga y su tierra por el Rey et la Reyna nuestros señores, otorgó et digo que por cuanto el Rey et La Reyna mandaron dotar et ensanchar en los sitios et casas de las iglesias, et Monasterios et hospitales de la dicha ciudad en esta Toma, en especial la casa que para Monasterio de Monjas se ha de hacer en la dicha ciudad de Málaga y a tenor de lo cual por la dicha reforma han quedado a la dicha casa para el dicho Monasterio las viñas, tierras et otros árboles de la Alcaría de Juncares, que es en la Azarquía y término de la dicha ciudad, con cuatrocientas fanegas en término de Coín que es de la jurisdicción de ella el asiento de lo cual se ha sentado en el libro de la reformación: ‘E las viñas del Alcaría de Juncares’.
Por la reformación quedó dotado et proveído para la Casa et Monasterio que van ha hacer en la dicha ciudad de Málaga, todas las viñas et tierras, et árboles et heredades de la dicha Alcaría de Juncares. Et las tierras del garrobo de Alhaurín… con quinientas diez y ocho fanegas de tierras de sembradura en todo el dicho partido que linda por una parte con el deslindamiento de Alhaurin et de la parte de arriba con los montes et lo que se dio por olivares tierras de riego que se dieron a Diego de la y otras que lindan con ellas… Lo cual se dio de esta forma, para el Monasterio que se ha de edificar en Málaga se dotaron cuatrocientas fanegas, et dióse a Juan de Toledo, criado de doña Mencia, por la carta del aviso de Sus Altezas, ciento diez y ocho fanegas de la viña apertid, para complemento et treinta fanegas de la dicha merindad que hubo de él por compra de Pedro Barrionuevo et se le dio doce fanegas de tierras que eran de la Tanrajona et se la quitaron porque a pedimento de Miguel Dararo que las había comprado se le dieron junto con lo suyo con linderos de una parte con tierras de Cristóbal de Ureña et de la otra con tierras de Alonso Berenguer.
Según está sentado et proveido por ante el escribano del Repartimiento y reformación de dicha ciudad et por la presente hago donación buena perfecta et acabada por ahora et para siempre jamás de todo lo susodicho, lo cual dono et aplico para la casa Monasterio en la manera que dicho et por perpetua donación et por perpetua memoria les quede, según como S.S.A.A. lo mandaron que no se pueda vender ni enajenar por persona alguna sin licencia et espreso consentimiento de Sus Altezas… apercibo al dicho Monasterio de las Monjas en la posesión et doto et aplico la propiedad el verdadero señorio de ello, el mando a todos et cualesquiera Justicia de la dicha ciubdad villas y lugares, que agora son, et requiero de parte de S S .A A. de las que ser de aquí en adelante puedan, et amparen et defiendan dicha Casa et Monasterio de las monjas en la posesión de forma que sin contradicción alguna lo tengan é posean como sus Altezas lo mandan sobre lo cual otorgué esta carta de donación ante el Escribano del Repartimiento para que la dé dicho Monasterio en forma signada como sus Altezas mandan. Fechado et otorgado en dicha ciudad de Málaga, año del Nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos et noventa et cinco años. Testigo que fueron presentes al otorgamiento de la dicha carta Norberto Rodríguez de Riaño, Diego Muñoz, Cristóbal Villalobos, Álvaro de la Serna y Juan de Navarrete, vecinos de la cibdad».
Cesión de casas en 1496
Un año más tarde, en 1496, el prelado de la diócesis don Pedro de Toledo cedió unas casas de su propiedad cercanas al Palacio Obispal, y otras del duque de Cádiz y de Antón Jiménez.
Además de la donación real, la comunidad religiosa de Santa Clara recibió del Comendador Mayor de León, don Gutiérrez de Cárdenas, por testamento del 31 de mayo de 1498, las cuantiosas heredades recibidas en los Repartimiento de la ciudad, por los Reyes, así como 300 fanegas de trigo. En una de sus cláusulas decía al respecto: «E que por tener noticia que el Monasterio que los Reyes Católicos habían empezado era muy pequeña le agregaba todo lo que él tenía. Igualmente asigno 100 fanegas de trigo anuales para el sustento de las monjas». Este comendador fue quien enarboló por primera vez, la cruz sobre las murallas de Málaga recién tomada a los musulmanes.
La construcción
Pese a todas estas donaciones, la construcción del convento fue demorada hasta que en el cabildo municipal del 6 de abril de 1502 compareció el vecino Antón Rodríguez Bañuelos indicando que se le había informado de que el Ayuntamiento deseaba levantar un convento de monjas.
Por ello, estaba dispuesto a donar una casa y solar que había comprado a don Pedro Enrique en el mismo lugar donde indicaba los Repartimiento, es decir en la calle Granada. También indicó al cabildo «que si en el plazo acordado de treinta días el Ayuntamiento no decidía la construcción del mencionado convento e iglesia, podía cercar y cerrar su propiedad».
Este hombre tenía la intención de ingresar a su hija Ana como monja clarisa. El cabildo malagueño, poco tiempo más tarde, aceptó la oferta de Antón Rodríguez y envió una comisión para que indicara al Deán y cabildo catedral la decisión del Ayuntamiento de edificar en el lugar propuesto el convento de santa Clara.

Parcelación de solares del Convento de Santa Clara, en el Centro de Málaga / L.O.
Las obras de edificación fueron dirigidas por el Chantre del cabildo don Gonzalo Fernández de Ávila, y como Mayordomo mayor de la obra al Regidor don Fernando Pérez de Toledo.
Después de muchas vicisitudes, se acabaron las mismas en junio de 1505 y el edificio quedó bajo la advocación de la Virgen María Inmaculada. Mientras tanto, la comunidad obtuvo la escritura de finalización del cenobio.
Las religiosas del convento de Santa Clara, días después, tomaron posesión de su convento e iglesia el 24 de junio de aquel año. Las fundadoras fueron sor María de San Jerónimo y sor Clara de la Cruz junto a otras distinguidas mujeres de la recién comunidad como fue Juana de Valencia, viuda de Garcí Fernández Manrique, primer alcalde de la ciudad. De igual manera sus hijas, Francisca y Antonia Manrique y Valencia, hicieron su ingreso junto a su madre.
La comunidad religiosa, a lo largo de su historia, recibió incontables donaciones y prebendas de algunos monarcas y personajes importantes de la sociedad malagueña.
Por hacer referencia a algunos, citamos al propio emperador Carlos I, quien donó 96 fanegas de trigo. El primer prelado de Málaga Pedro de Toledo les cedió unas casas en la calle de Granada. Otro fue don Gabriel de Coalla, alcaide de Sedella, quién dejó todos sus bienes a la comunidad el 3 de mayo de 1547. El noble malagueño Juan Fernández de Córdoba y Coalla, primer marqués de Miranda de Auta, que hizo grandes donaciones, tuvo su capilla enterramiento familiar en este convento.
- Este es el pueblo de Málaga que fue fundado por el propio Julio César: está considerado uno de los más bonitos de toda España
- Ni Huelva ni Barcelona: el único buffet libre de 'pescaíto' de toda España está en Málaga, a 20 minutos del centro
- Málaga tiene en pleno centro la primera cafetería que sirve su café en lata y que tiene todos los dulces 'virales y enormes
- Endesa recupera el suministro eléctrico a un tercio de sus clientes en Málaga
- El PSOE pide al Ayuntamiento medidas 'para acabar con la presencia de ratas
- Ocean Victory, el crucero made in Málaga llega al Puerto
- El único 'pueblo libro' de toda España está en Andalucía y se encuentra a dos horas de Málaga: te puedes encontrar a 'El Principito El Quijote' o 'Mary Poppins
- Una app ‘made in Málaga’ para afrontar la nueva Selectividad