Arqueología

Una obra saca a la luz restos de las Atarazanas nazaríes de Málaga

La reforma de unos locales comerciales en la calle Guillén de Castro descubren vestigios arqueológicos de etapa musulmana, incluyendo restos de la muralla y la base de una torre octogonal en lo que pudo ser una zona de astilleros extramuros

Interior del antiguo bar Don Premio, con restos arqueológicos de las antiguas Atarazanas.

Interior del antiguo bar Don Premio, con restos arqueológicos de las antiguas Atarazanas. / Cedida por Christian Machowski

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Málaga

Como toda obra que se emprende en el Centro de Málaga, la reforma de unos locales comerciales en la calle Guillén de Castro, junto al Mercado de Atarazanas, han sacado a la luz restos arqueológicos del pasado nazarí de la ciudad que ya se están estudiando y que, por cierto, han llamado la atención de los malagueños que pasan habitualmente por ahí.

Las obras de esta manzana, que está impulsando Salsa Inmobiliaria, han descubierto vestigios de las Atarazanas nazaríes, unas intalaciones erigidas en época de Mohamed V (1534-1391) que funcionaban como una especie de astillero, dedicadas a la "construcción y arreglo de las fustas, cárabos y galeras musulmanas", como explicaba hace unos meses en La Opinión el historiador malagueño Antonio Lara Villodres.

En concreto, se han encontrado "estructuras menores" de las antiguas atarazanas, según informan fuentes de la Junta de Andalucía, además de la base de una torre octogonal "por determinar si es defensiva o un faro"y un tramo de muralla "posiblemente musulmana".

Sobre el terreno ya está trabajando el equipo de la empresa malagueña Arqueosur, que esta semana ha estado realizando mediciones con un dron. Fuentes autonómicas recalcan que la excavación arqueológica "no ha concluido" y que la Delegación de Cultura deberá pronunciarse respecto al valor de los restos y las acciones de conservación a desarrollar.

De hecho, estas fuentes señalan que la empresa que está realizando el estudio arqueológico "debe presentar una memoria preliminar" ante Cultura "y en función de eso ya se podría resolver".

"Se trata de buscar un equilibrio entre la recuperación y uso del histórico inmueble y la protección de los restos arqueológicos", concluye la Junta.

Mapa de Málaga en 1564. Frente a la playa, las Atarazanas malagueñas.

Vista de Málaga en 1564. Frente a la playa, las Atarazanas malagueñas. / L.O

Viviendas turísticas

Según la información publicada en la web de la promotora Salsa Inmobiliaria, del Grupo Sociedad Azucarera Larios, -que ha declinado hacer declaraciones a este medio-, el edificio de Guillén de Castro nº3, que data de 1875, está en pleno inicio de obras para reconvertir las viviendas en alquileres vacacionales gestionado por un único operador.

La planta baja del edificio se destinará a locales comerciales, mientras que entre la primera y la cuarta planta se ubicarán las viviendas turísticas, además de zonas comunes como gimnasio, salas de reuniones, jacuzzi, terraza exterior con solárium y lavandería. Según publica la revista especializada Andalucía Inmobiliaria, la rehabilitación tiene una inversión prevista de 1,8 millones de euros.

Esquina de Guillén de Castro con la calle Atarazanas. Antiguo bar Don Premio, también afectado por las obras.

Esquina de Guillén de Castro con la calle Atarazanas. Antiguo bar Don Premio, también afectado por las obras. / L.O

En estos locales comerciales se ubicaron hasta hace unos años negocios como la cafetería Don Premio o aperitivos Zali, este último hoy reubicado en la calle Moreno Carbonero.

Las Atarazanas malagueñas

Según la arqueóloga Olga Lora Hernández, las Atarazanas malagueñas se ubicaron "extramuros de la medina, a la izquierda del río Guadalmedina y dando frente al playazo ubicado al suroeste de la ciudad delimitado entre este edificio y el Castillo de los Genoveses".

Con el desarrollo actual de la ciudad, esta localización se corresponde con la manzana de las calles Sagasta, Guillén de Castro [donde se encuentra la obra], Atarazanas y la plaza Arriola, que en esa época lindaban prácticamente con las aguas del Mediterráneo-la Alameda está construida sobre terrenos ganados al mar-.

Se construyeron en dos fases, levantando primero el astillero en torno al siglo XII y realizando una serie de modificaciones y ampliaciones ya en el siglo XIV.

Grabado de las Atarazanas malagueñas entre la calle Atarazanas y la plaza Arriola.

Grabado de las Atarazanas malagueñas entre la calle Atarazanas y la plaza Arriola. / Archivo municipal de Málaga.

"El edificio, con una superficie aproximada de 5.008 metros cuadrados y reforzado con amplios muros, serviría de defensa de la ciudad, uniéndose al recinto amurallado al norte y al este, manteniéndose con diferentes usos tras la conquista cristiana de la ciudad", detalla Lora Hernández. Entre esos usos se sucedieron la actividad de cuartel del ejército, de hospital, de almacén de municiones o incluso de colegio de cirugía.

El mejor vestigio de ese pasado es el actual mercado de Atarazanas, incluida la puerta de acceso principal, original y de época musulmana. En 1880 se acometió la demolición de la edificación existente para la construcción del mercado, obra del arquitecto municipal Joaquín de Rucoba. "La revolución de 1868 decretó el derribo total del edificio para dar trabajo a las clases pobres se pidió permisio al ministro de Hacienda para construir un mercado, concedido en 1870", explica la historiadora Charo Camacho en su libro Guía Histórico Artística de Málaga.

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