Educación

Maristas: 100 años de educación en Málaga

El colegio Maristas Nuestra Señora de la Victoria celebra este curso su Centenario. Un 1 de octubre de 1924 los hermanos Guzmán y Luis Onesíforo abrieron las puertas del centro en la calle Santa María para tres alumnos que al final del día fueron 25. Hoy, miles de malagueños han pasado por las aulas de una institución con mucho futuro y que es parte de la historia de la ciudad

Susana Fernández

Susana Fernández

Málaga

El ambiente de celebración se palpa en el colegio Maristas de Málaga desde la propia entrada del edificio donde unas coloridas lonas anuncian que hace 100 años comenzó esta obra educativa en la ciudad. Un 1 de octubre de 1924, los primeros hermanos Maristas que llegaron a Málaga abrieron las puertas del centro, ubicado entonces en las instalaciones del Palacio Episcopal de la calle Santa María. Aquel primer día fueron 25 los alumnos y de ahí a los 1.270 actuales.

Miles de malagueños han pasado por las aulas de Maristas en sus distintas sedes, desde Santa María, al Paseo de Sancha, Marqués de Valdecañas y la calle Victoria. Todos ellos son, junto a los hermanos y el profesorado, la ‘familia Marista’ de la que habla orgulloso el actual director del centro, Federico Fernández Basurte.

«Vivimos este aniversario en un ambiente de fiesta, de celebración y con mucho sentido de gratitud, de agradecimiento por el legado recibido y por todas las personas que han hecho posible que hoy estemos aquí», destaca.

Repaso histórico a los 100 años del Colegio Maristas en Málaga, la actualidad y la celebración del centenario.

Vista aérea de los terrenos del colegio Maristas en el barrio de la Victoria en los años 50 / Colegio Maristas

Por eso, ante un aniversario tan importante como el centenario, el colegio ha querido remontarse a los orígenes, recordando a los hermanos Guzmán y Luis Onesíforo, quienes llegaron invitados por el obispo San Manuel González para crear un colegio siguiendo el carisma de San Marcelino Champagnat, fundador de los Maristas. Un centro educativo que lleva un siglo formando a generaciones de malagueños y que sólo cerró sus puertas durante los años de la Guerra Civil.

Señas de identidad actuales

El respeto al legado y a los valores, unido al afán innovador, es hoy su seña de identidad, como indica el director: «Está en nuestro ADN el seguir conservando unos valores que para nosotros siguen siendo válidos y necesarios en la sociedad actual, unido a la innovación, que además es algo también muy tradicional en los Maristas, siempre innovadores en lo pedagógico».

Repaso histórico a los 100 años del Colegio Maristas en Málaga, la actualidad y la celebración del centenario.

Clase de gimnasia en el Colegio Maristas. / La Opinión. LMA

Como valores subraya el trabajo y el esfuerzo del alumnado, aunque atendiendo a la diversidad, así como la atención a los más vulnerables a través de iniciativas como el Plan de Educación Social y la obra social con la Fundación Marcelino Champagnat.

«Nuestra propuesta nace del Evangelio y para nosotros es el mejor plan de vida que podemos ofrecer pero lo hacemos con un estilo muy nuestro: de libertad, tolerancia y apertura», remarca Federico Fernández.

En lo académico, el colegio hace especial hincapié en desarrollar la expresión escrita y oral, así como las disciplinas STEM, «trabajando de forma integrada la ciencia, la tecnología, las matemáticas e incluso la dimensión artística» y, por supuesto, los idiomas.

Por otro lado, Maristas destaca por estar muy vinculado a su entorno, desde 1948 el barrio de la Victoria, donde trabaja junto a asociaciones, cofradías e instituciones. Sin olvidar el carácter deportivo con el Club Maristas, donde cada día se reúnen medio millar de deportistas.

«También es muy importante la dimensión pastoral con la propuesta extraescolar de los grupos de vida cristiana», indica el director.

De dos hermanos a 80 profesores

Un claustro de ochenta profesionales de la educación se encarga hoy de este centro concertado en el que sigue habiendo hermanos Maristas, en concreto siete, que tienen un importante peso en la comunidad. Aunque sólo dos de ellos siguen dando clase, el resto realiza otras tareas de administración, de gestión o en el huerto.

«Nuestro fundador era un santo de mangas remangadas y delantal y eso lo tenemos claro. Ellos son testimonio y continuidad del carisma que para nosotros es muy importante».

Repaso histórico a los 100 años del Colegio Maristas en Málaga, la actualidad y la celebración del centenario.

Una clase del Colegio Maristas en los años 50 / Colegio Maristas

Como anécdota de la historia de los hermanos Maristas, recuerdan que durante la Segunda República el colegio no podía estar bajo la titularidad de una orden religiosa, por lo que tuvo que ser un profesor laico, don Ignacio Sastre, quien ejerciera de titular.

En cuanto al alumnado, Federico Fernández Basurte explica que al tener el carácter de centro concertado -sólo el Bachillerato es privado- y por el entorno en el que se encuentra, «tenemos un perfil muy diverso socioeconómico, étnico o religioso». Pero añade que «eso es una riqueza» y que en Maristas hay un clima de «convivencia, integración e inclusión muy favorable», lo que se nota «en el perfil de nuestro alumnado cuando sale fuera y aporta a la sociedad».

Pese a la bajada de la natalidad, el colegio Nuestra Señora de la Victoria sigue teniendo una gran demanda y este curso ha completado las 75 plazas de Infantil de 3 años que ofertaba, así como las plazas privadas de Bachillerato. «Esto no quiere decir que no tengamos que estar continuamente mirándonos, revisándonos y actualizándonos», puntualiza el director.

Repaso histórico a los 100 años del Colegio Maristas en Málaga, la actualidad y la celebración del centenario.

Aula de informática con alumnos de Bachiller del Colegio Maristas en Málaga. / Alex Zea

Parte de la historia de Málaga

El lema del Centenario, ‘Maristas es educación, Maristas es iglesia, Maristas es Málaga’, apunta a la intensa relación del colegio con la ciudad: «Hay una dimensión de implicación en la sociedad malagueña que es muy potente históricamente y en la actualidad».

De las aulas de Maristas han salido, como recuerda Federico Fernández, tres de los últimos cinco alcaldes, entre ellos el actual, Francisco de la Torre, además de tres alcaldes infantiles, consejeros de la Junta, parlamentarios andaluces y concejales.

Algunos de ellos estuvieron presentes el viernes en el acto institucional por el Centenario, así como miembros del tejido educativo y social del barrio.

Haber sido alumno de Maristas y reencontrarte con el colegio y con compañeros es algo habitual en Málaga donde la ‘familia Marista’ está muy presente, destaca Federico Fernández, cuya propia historia personal está íntimamente ligada a esta institución que dirige desde hace ocho años pero a la que llegó como estudiante.

«El espíritu Marista es muy importante para nosotros. Cómo se vive, la cercanía entre docentes y alumnado, el sentimiento de casa. Lo vivimos y es un reto seguir cultivándolo», concluye. Una ‘familia’ que cumple cien años de camino educativo, de compromiso social y que seguirá siendo historia de Málaga.

Actividades de encuentro y celebración

Tras los primeros actos por el Centenario del colegio Maristas Nuestra Señora de la Victoria, que arrancaron el 14 de septiembre con la conmemoración de la llegada de los primeros hermanos a Málaga, queda un amplio programa de actividades. Esta semana, el centro ha acogido una muy especial fiesta de cumpleaños en el día en el que se abrieron por primera vez sus puertas, el 1 de octubre. Además, el viernes, se celebró el acto conmemorativo del Centenario con una eucaristía y un encuentro abierto a toda la ciudad.

Durante el resto del curso se celebrarán, entre otros actos, unas jornadas pedagógicas y de pastoral, una exposición y se está preparando un documental. También se publicará una edición extraordinaria de la revista escolar Victoria.

La celebración se clausurará el 6 de junio con una eucaristía en la Catedral, coincidiendo con la festividad de San Marcelino Champagnat, y una peregrinación del profesorado a los lugares fundacionales en L’Hermitage.

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