Depósitos

El ahorro de los malagueños en el banco crece un 43% desde el Covid y toca un nuevo techo

El sector privado acumula 35.660 millones, cifra récord, pese al impacto de la inflación y los altos tipos, y los expertos lo vinculan a la gran marcha del empleo y al ahorro embolsado de las familias para comprar casa

Tránsito de personas por la calle Larios

Tránsito de personas por la calle Larios / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

El sector privado de Málaga ha alcanzado nuevos niveles récord de ahorro en dinero acumulado en depósitos bancarios, a pesar de que en años anteriores tanto la escalada de la inflación como el encarecimiento de las hipotecas por las subidas de tipos hacían presagiar un descenso, tras el gran aumento que experimentaron con la pandemia. Por ahora eso no ocurre: las familias y empresas de la provincia tienen ingresados en sus cuentas actualmente 35.660 millones de euros, según las últimas cifras publicadas estos días del Banco de España, correspondientes al segundo trimestre de 2024. El volumen, mil millones por encima del trimestre anterior, supera en un 5,8% al de hace un año y en un 43,5% al de marzo de 2020, cuando estalló la crisis del Covid. El aumento, en números reales, ha sido de más de 10.800 millones en los últimos cuatro años.

La pandemia abrió una etapa en la que, de inicio, la declaración del estado de alarma congeló buena parte del consumo (sobre todo el vinculado al ocio) y mantuvo tanto a las familias como a las empresas, en los meses siguientes, en posiciones de gasto muy prudentes, en parte porque no hubo tampoco ocasiones de gasto extra (por ejemplo, las vacaciones). Todo eso motivó que el volumen de dinero que familias y pymes tenían ingresado aumentara mucho durante 2020 y 2021. El ritmo de subida aflojó a partir de 2022, cuando terminaron las restricciones del Covid, aunque la bolsa de ahorro extra en depósitos persiste. 

Empleo y vivienda

El Colegio de Economistas de Málaga vincula esta dinámica a diversas cuestiones, entre ellas al hecho de que hay hogares que vienen ahorrando desde hace años para la compra de una vivienda pero sin posibilidad todavía de realizar esa operación debido a los conocidos problemas de escasez de oferta y a los altos tipos de interés de los últimos dos años. Esta situación, sin embargo, podría empezar a cambiar, en parte, a lo largo de los próximos meses.

«Hay un ahorro contenido a la espera de comprar vivienda. Esa demanda latente de compradores ha contribuido en parte al aumento de la tasa de ahorro», explica el vicedecano del Colegio de Economistas de Málaga, Antonio Pedraza, que también presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE). El problema, afirma es que esa demanda «desaforada, ahora, con la desescalada de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE)se va a incrementar todavía más sin que haya suficiente oferta de vivienda para satisfacerla.

Por su parte, Caixabank Research, el gabinete de estudios de esta entidad financiera, ya ha comentado en alguna ocasión que la tasa de ahorro ha aumentado gracias al «fuerte avance de la renta disponible», y pese a la escalada que vivió en años anteriores la inflación. «En otras palabras: en un contexto todavía inflacionista como el de 2023, los hogares han logrado fortalecer a nivel agregado su colchón de ahorro, un hecho realmente notable», apunta.

Para Caixabank Research, este incremento de la tasa de ahorro es consecuencia de un crecimiento de la renta bruta disponible (RBD), muy superior al del consumo nominal y también claramente por encima de la inflación. 

Así, los mayores pagos netos por intereses se han visto compensados, de largo, en la economía de los hogares por factores como el aumento en las remuneraciones de los asalariados (reflejo de «la intensa creación de empleo y un mayor dinamismo salarial»), el avance de las prestaciones sociales (caso de las pensiones) y las rentas netas de la propiedad recibidas gracias al aumento del cobro de dividendos y otras rentas de inversión. Todo ello ha permitido, «una notable recuperación del poder adquisitivo perdido con el shock inflacionista desatado en 2022».

El delegado territorial de la Asociación Europea de Asesores Financieros (EFPA) en Andalucía Oriental, José Antonio Pérez Muriel, coincide en que la alta inflación de años anteriores ha mantenido algo reducido el consumo, lo que ha posibilitado que el ahorro crezca. Además, señala que los bancos han comenzado a remunerar algo mejor el dinero en depósitos, sobre todo a plazos, lo que ha estimulado estos productos. «Se ha remunerado bien el ahorro», opina.

En cuanto a la vivienda, cree que los potenciales compradores están «prefiriendo esperar», aunque sea de forma casi obligada, a que la desescalada de tipos, en algún momento, pueda traer una contención de precios. Por eso, el ahorro se mantiene embolsado. 

Depósitos a la vista y a plazos

De hecho, y aunque el total de los depósitos sigue en niveles máximos, se percibe ya una tendencia diferente. Los depósitos a la vista (aquellos donde se puede retirar una parte o la totalidad de los fondos en cualquier momento), que llegaron a alcanzar un pico de 31.200 millones en 2022, han bajado algo y son ahora 30.257.

Esta bajada se ha visto compensada por el gran incremento de los depósitos a plazos (donde se deposita un dinero por un período de tiempo establecido y con una rentabilidad pactada de antemano). En el último año, el volumen ha subido un 47% para alcanzar los 5.400 millones.

Esta doble dinámica se explica por varias razones: en primer lugar, los depósitos a la vista bajan por el uso normal del ahorro para e el consumo. También hay un repunte de la amortización de préstamos. El segundo factor, relativo a los depósitos a plazo fijo, indicaría que los hogares siguen buscando la fórmula que les proporcione un extra de rentabilidad por su dinero en el banco, aunque en realidad sean únicamente los que más fondos acumulan quienes reciben las mejores ofertas. 

Más ahorro que créditos pedidos al banco

El aumento del ahorro refleja una economía «más saludable y vitalista», según los economistas. El sector privado malagueño adeuda ahora mismo a los bancos en préstamos 33.789 millones de euros, un volumen inferior de lo que tiene ahorrado en depósitos. 

La ratio es completamente opuesta a la de 2008, año del estallido de la gran crisis económica, cuando se manejaban 47.500 millones en créditos, lo que suponía un 135% más de los apenas 20.000 millones que se tenían ahorrados por aquel entonces. El cambio obedece a que, por un lado, el sector privado se ha «desapalancado» (redujo deuda) y, por otro, a que el ahorro en depósitos ha crecido. 

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