Crónicas de la ciudad

La Farola y su misteriosa ventana abierta

Esta sección detectó la ventana abierta en este BIC el pasado 16 de septiembre; volvió a verla abierta el 25 de septiembre y ayer lunes seguía de par en par. O airean el monumento o le aplican el método tradicional de los asustaviejas

Una de las ventanas de la Farola, el pasado lunes, abierta de par en par.

Una de las ventanas de la Farola, el pasado lunes, abierta de par en par. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En los tiempos montaraces de la burbuja inmobiliaria (la anterior, no la actual que algún día nos explotará), contaban los inquilinos de un abandonado corralón del Centro de Málaga que la propiedad del inmueble, una empresa que dejaba en pañales al personaje de Mr. Scrooge de Dickens en lo que a avaricia y perfidia se refería, había contratado a un chatarrero para que, al caer la noche, trepara al tejado comunitario con el fin de levantarlo lo más posible.

Su intención, claro, era que la poca lluvia que cayera en Málagalo hiciera por el hueco abierto, el inmueble se terminara de desgraciar (llevaba lustros sin mantenimiento), se declarara en ruina y pudiera dar el ansiado pelotazo.

Pese a sus malas artes, el fariseísmo empresarial no triunfó: los inquilinos ganaron la partida, con la ayuda del activo Defensor del Ciudadano, Francisco Gutiérrez, que denunció la situación en todos los micrófonos y también en un aleccionador libro sobre el acoso inmobiliario en Málaga, compendio de la falta de humanidad.

La ventana abierta en La Farola, el pasado lunes.

La ventana abierta en La Farola, el pasado lunes. / A.V.

A la vista de esta terrible historia, es lícito estremecerse ante la visión de una ventana abierta de par en par en la planta primera de La Farola, toda ella declarada Bien de Interés Cultural.

Como informó esta sección hace unas semanas, el firmante pudo constatar la ventana en parecida posición el pasado 16 de septiembre y, de nuevo, el día 25 del mismo mes.

Lo inquietante es que seguía abierta de par en par este último lunes, 21 de octubre. ¿Ha permanecido en idéntica posición durante las fuertes lluvias de este arranque del otoño?, ¿las palomas y las tórtolas del entorno, conscientes del valor de un Bien de Interés Cultural, no se aprovechan de la circunstancia y evitan la tentación de anidar y defecar dentro de La Farola?

El cristal superior de esta ventana de La Farola lleva, como mínimo, sin reponerse desde 2012.

El cristal superior de esta ventana de La Farola lleva, como mínimo, sin reponerse desde 2012. / A.V.

Airear

Pensando bien -y no mal, como aconseja el refrán español para poder acertar-, quizás estemos ante un inusual proceso para ‘airear’ el monumento. Inusual, porque las fotografías tomadas en los últimos 16 años de La Farola, salvo una vez, muestran esta ventana del primer piso cerrada a cal y canto; pero todo puede ser.

Ahora, lo más plausible es que a alguien se le haya olvidado cerrarla y ahí estaría nuestra Farola, resistiendo la ineptitud administrativa e involuntarias tácticas de los asustaviejas. 

No hay que olvidar que otra de las ventanas de este querido monumento espera la reposición de un cristal desde hace, al menos, 12 años. Este es el nivel de compromiso. A tope. 

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