Premio sociedad 2024

Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria: el alimento psicológico

La sanidad pública malagueña tiene desde 2019 una poderosa herramienta para luchar contra las enfermedades de trastorno alimentario

La UTCA ha tratado ya a más de 700 pacientes

Instalaciones de la UTCA en el antiguo Centro Guadalmedina.

Instalaciones de la UTCA en el antiguo Centro Guadalmedina. / Álex Zea

La Opinión

La UTCA (Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria) del Hospital Regional de Málaga, Premio Sociedad 2024 de La Opinión, trabaja desde 2019 para tratar problemas como la anorexia o la bulimia y por donde han pasado ya más de 700 pacientes, la mayoría de ellos mujeres y adolescentes.

Esta Unidad, ubicada en el antiguo Centro Guadalmedina, junto al Hospital Civil, se divide en tres áreas a las que se acude en función del nivel de gravedad. Son las consultas externas, hospital de día y hospitalización, que cuenta con seis habitaciones dobles, aunque ya están en obras para incorporar cuatro camas más destinadas a pacientes adolescentes. Aunque la unidad se creó en 2019, hasta 2022 no se incorporó este área de hospitalización. Desde entonces, han ingresado en ella 172 pacientes. En total, han ayudado a más de 700 personas desde su apertura.

Los trastornos más frecuentes que se tratan en esta unidad son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones. El 90% de las pacientes son mujeres y adolescentes. El pico se suele dar entre los 14 y 15 años, aunque cada vez son más jóvenes y se encuentran pacientes con 10 u 11 años. La prevalencia de estos trastornos entre mujeres de 12 a 26 años es de un 6%. No obstante, como destaca Margarita Pascual, coordinadora de esta unidad, «no hay límite de edad», y las pacientes adultas son también frecuentes en la unidad, sobre todo, de carácter crónico.

Recaídas habituales

Pero llegar a la curación no es nada sencillo. Se trata de un largo y arduo camino, en el que las recaídas son habituales. «El ingreso es solo una parte del tratamiento, pero no es la única, ni es curativa en sí misma», aclara Pascual, que subraya que el abordaje siempre es multidisciplinar e individualizado, donde intervienen desde psicólogos clínicos y psiquiatras, hasta endocrinos, enfermeras o terapeutas ocupacionales. «Las pacientes se curan cuando se curan psíquicamente. Lo que tiene que cambiar realmente es la parte mental, pero es verdad que, si la parte física no está recuperada, es imposible recuperar la otra», puntualiza la especialista, que indica que, aunque la media de ingreso en la unidad es de 50 días, la media del tratamiento son cinco años. Para supervisarlas, y sobre todo ayudarlas en este complicado proceso, las pacientes cuentan con más de 60 profesionales especializados en salud mental y TCA.

Desde la UTCA se hace hincapié en que cuanto más pronto se detecte un trastorno de conducta alimentaria, mejor es el pronóstico y las posibilidades de curación. Por ese motivo lo ideal es que se pida ayuda a los especialistas mucho antes de que se empiece a perder peso. Para ello, es importante estar atento a las señales de alarma como empezar a tener conductas restrictivas, ir mucho al baño después de comer, decir que se siente mal y que está gorda, o dejar de quedar con las amigas porque quedan a comer.

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